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25 de marzo ¿Día de Extremadura?

Ocupaciones de tierras en Badajoz, en marzo de 1936.

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Como cada año, cuando se aproxima el 25 de marzo, quienes han recuperado la memoria de ese importante día y quienes intentan aumentar reconocimiento y relevancia plantean que el Día de Extremadura debería ser, en lugar del 8 de septiembre, el 25 de marzo. Supongo que la mayoría de los lectores saben que ese día es el aniversario de la ocupación de fincas que miles de yunteros, jornaleros y campesinos, de forma pacífica, llevaron a cabo en la provincia de Badajoz, a de finales de marzo de 1.936.

Conviene aclarar que allá por 1985, cuando se debatió y aprobó en la Asamblea de Extremadura la Ley reguladora del Escudo, Himno y Día de Extremadura (Ley 4/1985, de 3 de junio), nadie reivindicó ni propuso que el 25 de marzo fuese declarado Dia de Extremadura, por lo que resultó imposible discutir si era idónea o no tal fecha. Y no fue propuesta, en mi opinión, porque el 25 de marzo, el evento de 1936 que conmemora, no era en aquellas fechas ni reivindicado ni tan siquiera conocido en la región.

Tuve la ocasión, allá por los últimos años setenta del siglo pasado, de recorrer la casi totalidad de los pueblos de la provincia de Badajoz con otros compañeros, reorganizando las estructuras de la UGT y de su Federación de Trabajadores de la Tierra, y puedo decir que, en ningún momento, ni en ningún lugar, se habló de esa efeméride. En los viejos ugetistas y socialistas estaba muy presente la guerra civil, las masacres como la de Badajoz que sufrieron miles de personas, la cruel represión que habían sufrido sus predecesores y en el caso de los mayores ellos mismos, la ocupación de las Casas del Pueblo, el miedo posterior que obligó al silencio, la ilusión y esperanza por la nueva época que se vislumbraba, pero nadie nos habló nunca del 25 de marzo. Por tanto, como señalaba anteriormente, en 1985 era imposible deliberar, debatir, si el 25 de marzo podía ser el Dia de Extremadura. Por qué y cómo fue declarado el 8 de septiembre es otra historia, adornada de algunos tópicos, que en otro momento podría aclarar, pues tuve la suerte de estar allí, donde se tomó la decisión.

Desde la Asociación 25 de marzo, que tanto ha hecho por recuperar la memoria de esa efeméride, y desde algunas voces de la “izquierda de la izquierda”, se reclama que, ahora, se cambie el Dia de Extremadura y este pase a ser el 25 de marzo. A alguna de esas personas les he dicho por qué creo que no es posible el cambio. El 25 de marzo representa la realidad que vivía nuestra tierra en aquel periodo de 1936, con un descarnado enfrentamiento entre las fuerzas populares, que reclamaban la Reforma Agraria, y la derecha agrícola absentista que quería mantener sus atávicos privilegios, para lo que recurrió a parte del ejercito que se levantó contra el gobierno legítimo de la II República, con las consecuencias que todos conocemos. Plantear que esa fecha, que esa efeméride, pueda ser reconocida como Día de Extremadura es tan utópico como plantear que el 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República, sea declarado Día Nacional de España.

Para concluir, una nota al margen: El levantamiento campesino del 25 de marzo no fue un acto violento, pero tampoco revolucionario; quienes salieron a los caminos, quienes ocuparon las fincas, quienes organizaron la movilización (La Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra de la U.G.T) no pretendían con aquel acto, épico, arrancar la tierra a sus propietarios; pretendían que el gobierno del Frente Popular acelerara el proceso de Reforma Agraria que estaba llevando a cabo mediante los asentamientos que gestionaba el IRA (Instituto de Reforma Agraria), razón por la que volvieron a sus pueblos en los días posteriores al 25 a esperar los resultados de aquel proceso de entrega de tierras, que, generalmente, no eran fincas completas sino parte de ellas. Estos campesinos, sus organizaciones, aun confiaban en su gobierno; confiaban que por cauces legales la República hiciera justicia con los sin tierra. No fue posible.

*Antonio Rosa Plaza, consultor, exsecretario regional U.G.T. de Extremadura y exconsejero de Industria y Energía de la Junta de Extremadura

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