Arroyo de la Luz recuerda un año después a la primera víctima de covid en Extremadura
El municipio cacereño de Arroyo de la Luz ha rendido este jueves, cuando se cumple un año de la primera muerte confirmada por COVID-19 en Extremadura, una vecina de 59 años de este municipio, un acto homenaje a los fallecidos, enfermos y trabajadores “tras un año muy complicado en el que hemos vivido momentos muy duros”, en palabras de su alcalde, Carlos Caro.
Arroyo sufrió el aislamiento social, antes incluso de que entrara en vigor el estado de alarma, porque hace un año se convirtió en el principal foco del coronavirus en la región, durante la primera ola que dejó un saldo de 27 fallecidos en el municipio.
Placa con la Medalla Honorífica de Arroyo de la Luz
Este jueves, el alcalde y los concejales de la corporación de todos los grupos municipales han dejado en el nuevo Parque del Recuerdo, recién inaugurado, un ramo de rosas blancas “en homenaje a todas las personas que nos han dejado por culpa de esta terrible enfermedad, y en agradecimiento de todos las que la combaten”.
El denominado Parque del Recuerdo se ubica a la entrada del pueblo, junto al polígono industrial, y ha sido construido por los trabajadores del Ayuntamiento, con arboledas y plantas.
En él se ha instalado la placa con la Medalla Honorífica de Arroyo de la Luz otorgada a todas las personas fallecidas durante la pandemia.
“A sus familias, a todas las personas que han vencido a la enfermedad, a nuestros mayores, y a todos los trabajadores, colectivos y entidades que han contribuido con su trabajo, esfuerzo y dedicación a superar esta crisis sanitaria”, ha señalado el regidor.
Minuto de silencio
Posteriormente, se ha guardado un minuto de silencio en diferentes emplazamientos, que ha sido ampliamente secundado en todo el municipio por diferentes colectivos y ciudadanos, desde sus casas y lugares de trabajo.
A este homenaje se han unido, a las puerta de sus puestos de trabajo, los profesionales del Centro de Salud Arroyo de la Luz, la Guardia Civil, la Policía Local, el Centro Infantil Ta-Ca-Tá, la Residencia de Mayores Virgen de la Luz, los Servicios Sociales de Bases, comercios y empresas locales.
También los colegios Nuestra Señora de la Luz y Nuestra Señora de los Dolores, el instituto Luis de Morales, la biblioteca municipal y numerosos vecinos de forma particular desde la puerta de sus casas, comercios o lugares en los que se encontraban en ese momento.
Estos actos no han contado con una convocatoria pública en un único lugar, para evitar las aglomeraciones y cumplir con todas las medidas de prevención sanitarias.
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