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Estudiantes y profesores se echan a las calles de Badajoz y Mérida para protestar por el calor en las aulas

Protesta estudiantil en Badajoz / Foto: @EstudiantesBdjz

EFE

Badajoz y Mérida han acogido este sábado dos concentraciones en protesta a las altas temperaturas que soportan alumnos y profesores en los centros educativos de las región.

Las protestas no han llegado en ninguna de las dos ciudades al centenar de personas, ante el asombro de los propios asistentes, que no comprendían como no se movilizan más, sobre todo los padres.

En Badajoz, convocados por la Coordinadora Estudiantil, se han dado cita sobre todo estudiantes de Secundaria tras una pancarta en la que podía leerse “No más calor en las aulas ¡queremos soluciones ya!”.

Decenas de personas se han concentrado en la Plaza de España de Mérida, convocados por la Asamblea de Estudiantes, todos ellos con un abanico de papel hecho con un folio para plasmar la única herramienta que tienen los alumnos para enfrentarse al calor en las aulas cuando se dan episodios de altas temperaturas en Extremadura.

A la concentración en la capital extremeña, a la que ha asistido la diputada de Podemos Irene de Miguel, han acudido sobre todo padres de alumnos pequeños con sus niños, pero también algún que otro profesor de instituto y un grupo de estudiantes de los niveles de Secundaria y Bachillerato. 

“Queremos aulas, no saunas”

Tras una pancarta en la que se podía leer “con nuestra salud no se juega”, los niños portaban distintos carteles en los que podía leerse “mi cerebro se derrite”, “queremos aulas, no saunas”, o “queremos estudiar, no sudar”.

Una niña que estaba en la concentración ha relatado a los medios como ha sufrido varios episodios de sangrado por la nariz, mientras que los padres han expuesto distintos casos de mareo e indisposición de los pequeños por el calor que sufren en los colegios.

En ese sentido, Olga Calvo, abuela de cuatro niños que estudian en colegios de Mérida, ha indicado que los chicos soportan en las aulas “unos calores que son insufribles” y ha precisado que durante esta semana han estado sometidos a unas temperaturas superiores a los que establece la Ley de Riesgos Laborales, que fija en 27 grados el máximo para estar en un ambiente laboral saludable.

Tras precisar que en Extremadura las olas de calor en meses lectivos como mayo o septiembre son cada vez más frecuentes, ha lamentado que a los niños les insten a hacerse abanicos de papel para soportar en las aulas temperaturas superiores a los 30 grados “mientras nuestros políticos y nosotros mismos en nuestra casa tenemos aire acondicionado o otros medios para refrigerarnos”. A su juicio, el incumplir la ley de riesgos laborales “raya con el delito”, por lo que son necesarias, no solo las medidas a largo plazo, sino otras urgentes porque “puede morir algún niño de un golpe de calor”. 

“Apadrina un aula”

Por su parte, Jesús Arance, padre de dos niños que estudian en el colegio Giner de los Ríos de Mérida, ha puesto de relieve la especial situación que se vive en este centro, pues cuenta con un tejado de chapa y con un gran ventanal, tras la última reforma que se le hizo, lo que provoca que en determinadas aulas se alcancen más de 40 grados.

Ante la “pasividad” de políticos, sindicatos, ampas o profesores, este padre ha explicado que se están pensando hacer colectas para “apadrinar un aula, como si estuviéramos en el tercer mundo” o a vender polvorones en Navidad que permitan comprar un aparato de aire acondicionado en las aulas más calurosas.

Uno de los estudiantes de Secundaria concentrados ha criticado que los despachos de los centros estén climatizados, mientras que en las aulas se soportan temperaturas “insoportables” que les hacen estar “todo el día sudando”.

“Vomitivo y nauseabundo” el calor

También un profesor, Alfonso de Jodar, docente en el instituto de Calamonte, ha dicho que es “vomitivo y nauseabundo” soportar el calor en este centro, por lo que a diario se repiten episodios de lipotimias y desmayos, así como sangrados de nariz, lo que hace “imposible dar clase”.

De Jodar ha criticado que “se hayan gastado millones de euros en aparatos informáticos”, que además generan más calor en las aulas, mientras que son incapaces de comprar un simple ventilador. 

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