Marcha a pie, 43 kilómetros, para protestar por el traslado de servicios del hospital de Llerena a Zafra
Un grupo de personas harán el próximo domingo 29 y por turnos los 43 kilómetros que hay desde Llerena a Zafra, llevando en una silla de ruedas a un maniquí que figura ser un enfermo con su gotero, todo ello para protestar por un traslado que denuncian de servicios desde el hospital de la primera ciudad a la segunda.
Lo organiza la la Plataforma en Auxilio del Hospital de Llerena y marcharán por la carretera N-432 tras el permiso gubernativo conseguido, afirma un portavoz de ese colectivo.
Saldrán a las siete de la mañana y quieren llegar a Zafra entre la una y las dos.
El maniquí es un supuesto enfermo que, en silla de ruedas y conectado a un gotero, se ve obligado a recorrer 43 kilómetros para ser atendido en un servicio de traumatología, “precisamente, uno de los más claramente afectados por lo que los organizadores califican de progresivo desmantelamiento” del hospital de Llerena“.
Una más de las acciones emprendidas por la plataforma en contra del “sucesivo recorte de servicios que, especialmente desde que la actual gerencia se ha hecho cargo de la gestión, viene sufriendo el hospital de Llerena; servicios que, en la mayoría de los casos, ahora son prestados de forma compartida con el hospital de Zafra, cuando no de forma exclusiva por este. Contra esta concepción de ambos hospitales como un solo centro, con un pasillo de 43 kilómetros, se celebra esta marcha”.
Frente a las palabras del consejo de Sanidad extremeño, José María Vergeles, quien asegura que no se está desmantelando el hospital de Llerena, la plataforma exhibe una larga lista de “agravios y servicios recortados: desaparecen las consultas de la Unidad del Dolor; desaparecen los turnos de diálisis; desaparecen la mitad de las guardias localizadas de radiólogos y la Cirugía Mayor es prácticamente inexistente”.
Además una larga lista de pacientes de especialidades como urología, digestivo, cardiología e incluso ginecología “ya no son atendidos en las consultas externas de dicho hospital; se están dejando de hacer pruebas diagnósticas como histeroscopias, biopsias de próstatas o enemas opacos e, incluso, se teme que la medicina interna como hospitalización acabe desapareciendo. Otros servicios, como el de neonatología, ”nunca han llegado a funcionar en el hospital; y una promesa, la apertura de la Unidad de Cuidados Críticos, que se aseguró para el 2017, sigue retrasándose una y otra vez. “¿Existen o no razones para hablar de desmantelamiento?”, se preguntan desde la plataforma frente a las negativas oficiales.
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