Reclaman la protección de los espacios vivos de la memoria histórica de Cáceres
La protección jurídica de los lugares de la memoria, protagonistas vivos de los hechos de la guerra civil y la dictadura, es una asignatura pendiente en Extremadura.
En Cáceres reclaman la protección de la antigua prisión, hoy en venta y en estado ruinoso. Solicitan a la Junta que la declare como Bien de Interés Cultural. El colectivo de memoria histórica AMECECA insta a su conversión en un centro sociocultural y de recuerdo de las presos franquistas, al igual que se ha hecho en el caso de la antigua cárcel de A Coruña.
Además un grupo de entidades se ha unido en la defensa de la conservación y recuperación de los refugios antiaéreos situados en el ferial de Cáceres, el antiguo campo de aviación o el aeródromo cacereño, todos de la Guerra Civil.
La protección de la memoria
El campo de concentración de Castuera goza de una figura de protección, pero hay otros muchos espacios en estado ruinoso, a los que el tiempo y el abandono despoja de su valor. Nadie pone en duda que Mauthausen debe permanecer en pie para recordar el holocausto, porque es parte de la historia. Sin embargo el campo de concentración de Castuera corrió el peligro de convertirse en una zahúrda de cerdos antes de lograr una figura de protección especial.
Cabe preguntarse por ejemplo qué pasó con las tapias del cementerio viejo de Badajoz. Allí el equipo de Gobierno del PP tapó en 2009 con un muro las paredes que fueron testigo de los crímenes de agosto de 1936, la famosa 'matanza de Badajoz'. También destaca el caso de las colonias penitenciarias de Montijo, uno de los pocos campos de prisioneros de la posguerra que se mantiene en pie en todo el Estado, y cuyos pabellones son hoy un almacén agrícola que se cae a ‘chachos’ (la Junta ya ha dicho que las protegerá).
El caso de Cáceres
La Asociación Memorial en el Cementerio de Cáceres (AMECECA) reclama al Gobierno extremeño la protección de la antigua Prisión Provincial de Cáceres. Explica el historiador José Hinojosa que el penal cacereño, tras el de Burgos, fue uno de los mayores referentes de la resistencia. Sus paredes albergaron una agitada vida cultural y de militancia. Fue habitada por políticos, intelectuales y una amalgama de republicanos llegados desde todas partes de España. En su interior los presos se siguieron formando y eran frecuentes los debates políticos.
Destaca que es uno de los lugares de la memoria más importantes de Extremadura. Piden no solo su conversión, sino la construcción de un espacio de la memoria, siguiendo el ejemplo de la cárcel modelo de A Coruña.
“La cárcel es por tanto historia y está protegida; así consta en el Plan General Municipal de Urbanismo que lo incluyó en el Catálogo de Bienes protegidos de 2010, siendo una protección no acorde con la consideración que merece, con el agravante de que esa inadecuada protección puede variar”, señala la entidad en un comunicado.
Fue construida a iniciativa de Antonio Canales González, entonces alcalde socialista en la Segunda República. El destino y el golpe de estado hicieron que sus creadores fueran sus moradores. Muchos de ellos, desde la prisión, fueron llevados a dar el ‘paseillo’ que acabó con sus vidas en las tapias del cementerio.
Empezó a construirse en 1934 conforme al empeño de la ministra Victoria Kent de 'humanizar' los centros penitenciarios. Supuso un avance social sacar a los presos y presas de la miseria y el hacinamiento, explica AMECECA. “Se concibió como un edificio higiénico, sin oscuridades ni humedades, con agua corriente y luz eléctrica, de mayor capacidad y seguridad…. lo que suponía un importante cambio”.
Aeródromo cacereño
AMECECA y otros tres colectivos también solicitan la conservación de los refugios antiaéreos situados en el ferial de Cáceres, el antiguo campo de aviación o el aeródromo cacereño.
Desde el aeródromo cacereño, actual ferial, operativo hasta los años 50 y desmantelado dos décadas más tarde, fueron frecuentes los ataques de aviones alemanes de la Legión Cóndor y la aviación italiana sobre la ciudad de Madrid.
Los cincos refugios instalados en esta zona fueron construidos para reforzar las defensas antiaéreas durante la Guerra Civil ante posibles ataques y bombardeos de la aviación republicana.
Se han unido en esta causa la asociación conservacionista ADENEX, AMECECA, el Grupo de Estudios de Historia Contemporánea de Extremadura y la Asociación para el Estudio y Recuperación del Patrimonio Bélico Reciente “Frente Extremeño”.
Señalan que su protección permitiría incorporar a la ciudad un recurso turístico dentro del turismo bélico. A la vez que serían un excelente recurso didáctico para mostrar la importancia del aeródromo de Cáceres en la Guerra Civil y como “ejemplo” de las consecuencias de un conflicto bélico.
Alegaciones al plan urbanístico
Ya presentaron alegaciones al actual Plan General de Cáceres, que prevé desarrollar en la zona una actuación urbanística. En ellas solicitaban la conservación de los refugios antiaéreos “dentro de una política global de protección del patrimonio bélico para que sirva como testimonio del conflicto para las actuales y futuras generaciones y como posible recurso didáctico y turístico”.
Tanto el Ayuntamiento como la Junta desestimaron en aquel momento las alegaciones. Aunque recientemente la Consejería de Medio Ambiente, y de acuerdo a un informe desfavorable de la Dirección General de Patrimonio, ha ordenado paralizar el proyecto urbanístico hasta que se garantice la conservación de los refugios, explican en una nota de prensa.
Lugares de la memoria
Recuerdan que el Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática de Extremadura en su exposición de motivos habla del “mantenimiento de aquellos lugares, espacios o rutas de la Memoria Histórica que resulten más ilustrativos sobre la historia real vivida por el pueblo extremeño en el tiempo de la guerra civil y la dictadura franquista”.