La superficie arbolada crece en 250.000 ha en la provincia de Cáceres desde 1990
Son varios los factores que lo explican. Entre ellos el éxodo rural, el abandono de zonas agrarias que de forma natural el bosque las coloniza, o también que la tasa de aprovechamiento forestal está por debajo del crecimiento de los bosques.
Estos son algunos de los elementos que han hecho posible que las provincias de Cáceres, junto con la de Ciudad Real y León, sean las que más han aumentado la superficie arbolada (más de 250.000 hectáreas cada una) desde 1990. Mientras que Álava, Huelva y Sevilla son las que menos crecimiento han registrado.
La superficie forestal arbolada en España es de 18,4 millones de hectáreas, un 33 por ciento más que hace 25 años debido principalmente a la repoblación de bosques y al abandono de las tierras agrícolas, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Magrama).
La superficie se ha incrementado en 4,6 millones de hectáreas, pasando de 13,8 millones de hectáreas en 1990 hasta los 18,4 millones de hectáreas actuales, que representan el 36 por ciento de la superficie nacional. Mediante técnicas de repoblación forestal se han replantado 1 millón de hectáreas mientras que alrededor de 700.000 hectáreas provienen de la forestación de tierras agrícolas.
En el caso del abandono de tierras por cese de la actividad agraria, incluidas las superficies que anteriormente se pastaban y en las que ahora comienza a regenerarse el bosque, el incremento se estima en 1,3 millones de hectáreas.
Durante estos años, de los aproximadamente 17.805 millones de árboles que existen en España según los últimos datos del último recuento, la encina (Quercus ilex) es la especie que ha registrado un mayor incremento tanto en abundancia como en volumen con corteza.
Felipe Bravo, catedrático de Planificación Forestal y director del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible(IUGFS), ha subrayado que en el sector forestal hay dos tendencias que se suceden en los países desarrollados, y España no es ajena a ellas.
En la primera tendencia, la superficie forestal se expande por el abandono de zonas agrarias marginales y de forma natural el bosque las coloniza, mientras que en la segunda, la reforestación se lleva a cabo mediante intervención humana y con ayudas de la Política Agraria Europea (PAC).
Además, existe otra tendencia natural y es que la tasa de aprovechamiento está por debajo del crecimiento de los bosques, ha subrayado Bravo. A este respecto, ha detallado que España tiene una tasa media de aprovechamiento de un 35 por ciento aunque las cifras varían mucho y oscilan entre un 10 y un 88 % dependiendo de la autonomía.
El éxodo rural ha provocado en su mayoría que la superficie agrícola y los terrenos dedicado al pastoreo se hayan abandonado paulatinamente dejando la puerta abierta a un crecimiento descontrolado de la masa forestal. Para Bravo, uno de los grandes problemas de los bosques radica en saber medir su “rentabilidad” pero estos no tienen un precio de mercado y no se invierte en gestión.
Jordi Vayreda, investigador de CREAF, organismo que participa en la toma de datos de la superficie forestal arbolada a nivel provincial y experto en la materia, ha explicado que existe una idea generalizada de que la superficie forestal está disminuyendo a nivel mundial. “Sin embargo, en España y en Europa occidental está ocurriendo lo contrario ya que se ha producido un abandono de los cultivos desde los años sesenta y setenta hasta la actualidad”.