Fallece Agustín Fernández Paz, sentimiento de las letras gallegas
“Contigo, Agustín, somos nación”. En el homenaje que Agustín Fernández Paz recibió en 2012 en Vigo, Xabier P. Docampo le dedicó estas palabras, que buscaban resumir el inmenso cariño y respeto que generaba en todos los ámbitos. “Queremos mucho a Agustín, es parte fundamental de nosotros. Queremos mucho a Agustín porque siempre está en posición de escuchar y lo queremos mucho por su capacidad desmesurada de esfuerzo y compromiso”, añadía Manuel Bragado. Agustín Fernández Paz ha muerto a las 7 horas de esta mañana en su casa, en Vigo, a los 69 años de edad. Es posiblemente el autor gallego más leído y traducido, y nos deja más de medio centenar de obras dirigidas al público juvenil, además de otras tres novelas y una trayectoria de colaboración incansable con múltiples iniciativas sociales.
Nacido en Vilalba en 1947, es imprescindible destacar, además, su trabajo con la editorial Xerais, desde el proyecto pedagógico -ligado a los libros de texto y a la asesoría didáctica- hasta al asesoramiento literario y a la dirección y coordinación de la colección Merlín. Igualmente, destaca su actividad en Prolingua y sus posicionamientos y trabajo a favor de la lengua gallega.
Fernández Paz continuó engordando esa prolífica producción en los últimos tiempos, editando en 2015 A neve interminable y O segredo da Illa Negra. Y en 2014 la novela para adultos A Viaxe de Gagarin, sobre la que Alberto Ramos conversó con él en esta entrevista.
En las últimas décadas el autor fue ya recogiendo todo cuanto premio y reconocimiento podía recibir, tanto en el ámbito más estrictamente literario, como en el cultural y social: Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, Premio Merlín, Premio Lazarillo, Premio The White Ravens, Premio Ánxel Casal. Premio de la Crítica, Premio de la AELG, la presencia en la Lista de Honra del IBBY... Y también el Premio Ramón Piñeiro Facer País, el Premio Trasalba, o el nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad de Vigo.
Aquel homenaje en Vigo de 2012, en el que se hizo hincapié en que -por una vez- se rendía en vida un merecido homenaje (“Nos gustan más los llantos que los cariños”, decía Rosa Aneiros), finalizó con Fernández Paz destacando que “vivimos tiempos difíciles, en los que el listado de ataques crece cada día. Tiempos duros sí, pero aquí estamos con la seguridad de que no nos van a doblar. Como diría Manu Chao: Próxima estación esperanza”. Palabras que culminaron con una enorme ovación y una cascada interminable de aplausos.
