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Feijóo saca adelante unos Presupuestos blindados por la policía

Manifestación ante el Parlamento gallego este martes

David Lombao

“El dinero para Galicia y no para Suiza”, “menos asesores y más trabajadores”, “el PP privatiza, miseria para Galicia”, “queremos trabajar y no emigrar” o, simplemente, “no a los recortes en educación”. Son algunos de los gritos que se escuchaban este martes ante el Parlamento de Galicia, concretamente del otro lado de la fila de agentes de la Unidad de Intervención Policial -antidisturbios- que, llegados en ocho furgones, blindaban el Pazo del Hórreo y las calles más próximas durante la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales para 2013. “Menos policía y más educación”, clamaban los manifestantes mientras los diputados y diputadas del PP rechazaban las más de mil enmiendas presentadas por los grupos de la oposición a su proyecto económico.

Personal de la Xunta, desde los servicios generales al Sergas, avalado por la totalidad de las centrales sindicales, unió a sus gritos a los de los trabajadores y trabajadoras de la Universidad de Santiago y a los estudiantes de la misma institución académica. Con matices, la protesta era común: oponerse a los recortes y al “atentado” que estos suponen “a los servicios públicos”, explicaba ante la prensa Ángel Louzao, de CIG-Enseñanza. “Se van a aprobar unos presupuestos antisociales, que van destruir empleo y van a poner en tela de juicio los servicios públicos, fundamentales en cualquier sociedad democrática”, añade. A pocos metros y de una manera más sarcástica dos trabajadores de la Xunta interpretaban por partida doble el personaje del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. En su opinión, quienes protestaban eran unos “indecentes” y a la prensa hacia falta invitarla a un “descafeinado”, pero “de sobre”.

Entre ironías, protestas y tensiones con unos antidisturbios que incluso llegaron a identificar algunos de los periodistas parlamentarios que cubrían la movilización, el blindado Parlamento sacaba adelante los primeros presupuestos del segundo mandato de Feijóo. El proyecto que ahora ya es ley retrotrae la Xunta a “niveles de 2006” en lo que se refiere a su capacidad de gasto, reducida en algo más de 220 millones de euros sobre 2012 y que queda limitado en 8.700 millones. Detrás de estas grandes cifras está, por ejemplo, un recorte de 160 millones de euros en las consejerías sociales -Sanidad, Trabajo y Bienestar y Educación-, sobre las que el gabinete conservador hace recaer el 71,6% de la retallada global. De todas las consellerías, la única que manejará más dinero que hace doce meses es Hacienda, con 2,3 millones de euros más.

¿De dónde se recorta?

Pero estos recortes no dejan todo el presupuesto a niveles de 2006. Bien al contrario, hay partidas económicas que quedan muy por debajo de este nivel, es el caso por ejemplo de los programas de fomento de la lengua gallega, financiados en 2013 con 7,5 millones de euros, 14,5 millones menos de los que le asignaba el Gobierno de Manuel Fraga en el año 2006. Se recorta en lengua y también en cultura, el área que antaño fue una consejería y que esta vez tiene asignados un 30% menos de recursos que en el anterior ejercicio económico. De los 61,3 millones de euros que manejará el departamento cultural 10,4 van a parar a la Cidade da Cultura, complejo en el que siguen aumentando los gastos de conservación y mantenimiento mientras bajan los de la programación cultural propiamente dicha.

Varias partidas quedan por debajo de 2006, “nivel” en el que la Xunta sitúa el global del presupuesto

Un destino parecido al de las partidas culturales es, por ejemplo, el de las que financian la cooperación para el desarrollo, una de las áreas que salen peor paradas, ya que sus 4,2 millones de euros son un 64% inferiores a las de los últimos presupuestos del bipartito. Algo menor es la caída que experimentan las políticas activas de empleo, unos programas en los que la retirada de la financiación estatal no fue compensada con más dinero autonómico, perdiendo en 2013 cuatro de cada diez euros.

¿De dónde no se recorta?

Así y todo, en el océano de los recortes hay pequeñas islas en las que cabe el mantenimiento o incluso el incremento de fondos. Es lo que sucede, por ejemplo, en el apartado que el presupuesto reserva al pago de la deuda pública, dotado en 2013 con 1.110,9 millones de euros -en 2012 fueron algo más de 830 millones-. Según los cuadros presupuestarios de la Consejería de Hacienda durante 2013 saldrán de las arcas autonómicas 290,91 millones de euros para la partida de “intereses de deuda pública y préstamos”, mientras que en el ejercicio anterior la cifra quedó en 286,80 millones.

También en el ámbito cultural y lingüístico hay áreas que escapan de los recortes, aunque no aquellas en las que el sector reclama un mayor compromiso de la Administración autonómica. Es el caso, por ejemplo, de la Fundación Cela, organismo que ahora es público y que en 2013 cuenta con una subvención a la explotación procedente de la Xunta que asciende a 265.334 euros, exactamente los mismos que en la anterior anualidad. En un sentido parecido, la Secretaría General de Política Lingüística salva de la quema determinadas partidas que tienen como destino centros educativos y organismos privados.

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