La autovía gallega de la niebla cumple 5 años sin fecha para la solución a sus cortes de tráfico recurrentes
El 3 de febrero de 2014, hace ahora cinco años, nada dificultaba la visibilidad de las cámaras en el Alto do Fiouco, en Lugo, en el límite entre los ayuntamientos de Mondoñedo y Abadín, donde la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, inauguró los últimos 16 kilómetros de la Autovía del Cantábrico (A-8) a su paso por Galicia tras una inversión sólo en ese tramo de cerca de 200 millones de euros. Medio año después, el 26 de julio, en pleno verano, la densa niebla habitual en la zona en los meses centrales del año provocó un accidente múltiple con una fallecida y medio centenar de heridos. Desde entonces, las horas en que la baja visibilidad en ese tramo obligan a cerrarlo al tráfico suman alrededor de un mes al año. Sin embargo, Fomento aún no tiene fecha para la solución a los problemas que causa la niebla después de que hace cuatro años lanzase un innovador proceso de búsqueda de inventos que aún están pendientes de ser probados.
Ese último tramo en finalizarse de la A-8 en su extremo más occidental ya había registrado problemas durante su construcción que implicaron sobrecostes por la inestabilidad de la ladera por la que se trazó el ascenso de la autovía desde la Mariña lucense hasta la Terra Cha y el interior de Galicia. Por allí también asciende la humedad del Cantábrico en primavera y en verano, cuando las altas presiones y el viento del noreste la empujan contra las montañas, donde se transforma en nubes o niebla. A pesar de que esa situación, ratificada por los meteorólogos, es conocida de sobra por los vecinos de la zona, para Fomento no fue un problema hasta medio año después de la inauguración de la infraestructura, al igual que acaba de admitir ahora, casi cinco años después, que la lluvia habitual en Galicia está deteriorando los pilares de un viaducto de ese mismo tramo por un error de diseño.
Tras el accidente múltiple del 26 de julio de 2014, la DGT y la Guardia Civil de Tráfico establecieron unos criterios estrictos para cerrar a la circulación ese tramo de 16 kilómetros en el que se concentran los problemas por falta de visibilidad y desviar el tráfico por la carretera nacional, que discurre a una cota inferior por la ladera opuesta del mismo valle. Al tiempo, Fomento ha ido reforzando progresivamente la señalización tanto horizontal como vertical, con paneles informativos y luces laterales. Pero el ministerio fue más allá y decidió aplicar al problema allí existente un novedoso procedimiento de contratación consistente en pedir a cualquier empresa o particular que le ofreciesen ideas o inventos para evitar la niebla o paliar sus problemas de visibilidad.
Esa denominada consulta preliminar del mercado se desarrolló entre 2015 y 2016, y producto de ella Fomento recibió 26 propuestas. Sin embargo, los problemas posteriores para formar gobierno y aprobar los presupuestos del Estado fueron retrasando la firma de un convenio entre los ministerios de Fomento y Economía para financiar las pruebas de los prototipos de esos inventos con cargo a fondos europeos. Finalmente, Fomento licitó los trabajos de comprobación de qué inventos funcionarían mejor en marzo del pasado año por 7,2 millones (los presupuestos para 2019 consignan 5 millones), pero casi un año más tarde el proceso aún está pendiente de adjudicarse.
Una vez que se formalice el contrato para esas pruebas de los inventos, primero habrá que evaluarlos en laboratorio y después instalar prototipos sobre el terreno, en unos espacios ya definidos en las cercanías de la A-8. Pero para que esas pruebas en el propio Alto do Fiouco sean útiles deben realizarse en el período del año en que más problemas de visibilidad se registran, durante la primavera y el verano, por lo que si la adjudicación no se concreta en breve, puede que los procedimientos administrativos previos impidan que esos trabajos se puedan realizar este año.
Posteriormente, una vez elegido el invento o inventos más adecuados, Fomento debería instalarlos en el tramo afectado, para lo cual tendrá que convocar un nuevo concurso público de obras, por lo que la solución definitiva a la niebla en la A-8 se va acercando ya más a la temporada de baja visibilidad de 2021 que a la de 2020. Será entonces, por lo menos siete años después de su inauguración, cuando se conozca el sobrecoste final por culpa de la niebla de un tramo cuya inversión inicial ascendió a unos 200 millones y que el presidente Feijóo presentó como una puerta que abre Galicia a Europa pero que está cerrada alrededor de un mes cada año.
Los 26 inventos de Fomento
En abril de 2016 Fomento hizo pública la lista definitiva de los 26 inventos o combinaciones de ellos que empresas y particulares le presentaron para intentar evitar o paliar la niebla en la A-8. Al proceso se presentaron grandes constructoras como Sacyr, Acciona, OHL o San José, pero también empresas de ingeniería, química, iluminación y media docena de particulares. Paliar la falta de visibilidad con iluminación inteligente, bloquear físicamente la niebla o deshacerla con productos químicos o calentándola son los cuatro grandes grupos de propuestas, que en muchos casos incluyen combinaciones de medidas distintas. En el listado hay desde túneles que condensan la niebla hasta muros o ventiladores que la desvían pasando por pórticos con dispositivos que la calienten o la deshagan con productos químicos. Pero la solución más numerosa es paliativa, consistente en mejorar la visibilidad o la seguridad de la circulación con algún tipo de iluminación inteligente.
Propostas para paliar a néb... by on Scribd