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Las visitas a Meirás mantienen la apología del fascismo y cargan contra la exhumación de Franco

Cartel de la Fundación Francisco Franco en el Pazo de Meirás

Miguel Pardo

En el pasado mes de mayo, una delegación de varios eurodiputados acudió al Pazo de Meirás en una de las visitas guiadas al inmueble de las que desde hace meses se encarga la Fundación Francisco Franco. Querían comprobar si, tal y como se preveía, el recorrido por las Torres acababa en la apología del régimen franquista que prometía la entidad, que había advertido de que emplearía los itinerarios para exaltar la figura del dictador. A pesar de ser aquella la versión más corta y ligera, precisamente por la presencia de medios y cargos políticos, el guía mostró su admiración por el general fascista y dio un peculiar repaso por la Historia. Sin periodistas ni políticos --y solo días antes de que la familia Franco impulsase una nueva maniobra especulativa con la propiedad-- la ruta por el Bien de Interés Cultural (BIC) ha vuelto a proporcionar a los turistas una edulcorada, benévola y ensalzadora visión del fascismo.

Así lo corroboran a este diario varios de los visitantes que desde fuera de Galicia acudieron a una de las últimas visitas guiadas. Aunque con semejanzas obvias a la realizada por los eurodiputados, estas personas han podido encontrar ya en la capilla del Pazo un enorme panel en el que la Fundación Francisco Franco alude al “genocidio de los católicos españoles”, censura el “sadismo” y “crueldad” del Frente Popular y ataca a aquellos que pretenden --tal y como ha aprobado ya el Congreso-- exhumar el cuerpo de Franco del Valle de los Caídos, que define como “el monumento funerario más importante erguido por la humanidad en el siglo XX”.

“Esto nos retrotrae a 1936 y a actos tan execrables como la exhumación y escarnio público de las religiosas del Convento de las Salesas de Barcelona”, dice una de las frases sobre la intención de exhumar al dictador o a Primo de Rivera en un expositor que no había aparecido por ningún lado durante la visita de los eurodiputados, pero sí meses antes. Luego, la Xunta dijo que había instado a la Fiscalía a abrir una investigación por si pudiese haber delito por apología del fascismo. Nada se ha sabido.

Allí incluso, a un lado de este cartel, los Franco siguen presumiendo de las figuras de Abraham e Isaac que formaban parte de la Catedral de Santiago y que reclama Compostela por vía judicial. “Algunos canales de televisión dan información errónea sobre ellas porque no eran del Pórtico de la Gloria, sino de la antigua fachada románica del Obradoiro”, explica el guía, miembro de la Fundación Francisco Franco e histórico ultraderechista coruñés. Segúnexplica a los turistas, las estatuas fueron “donadas” por el Ayuntamiento compostelano “al jefe de Estado”.

También fueron donados, advierte, “de manera altruista y por los vecinos” los terrenos colindantes al Pazo que sirvieron para aumentar la extensión de las propiedades de Franco. Ni una palabra de la represión en plena guerra civil, de las colectas forzosas con brigadas de falangistas o del expolio documentado. Sí hubo detalles, por el contrario, de la “brillante carrera militar” del dictador, que lo llevó “a ser con 33 años el general más joven de España”.

Franco es, en las visitas guiadas del Pazo de Meirás, el “Generalísimo” o el “Caudillo”. La guerra civil es la “guerra española” y, por supuesto, el bando fascista es “el bando nacional”, territorio donde se quedó situada “toda Galicia” al poco de comenzar el conflicto. Los motivos por los que el territorio gallego --con miles de asesinados en pocos meses-- fue rápidamente sometido por los golpistas no son explicados. Tampoco la brutal represión sufrida, por ejemplo, en la comarca donde se asienta el inmueble, cuya historia es explicada por una entidad fascista a pesar de ser una construcción declarada BIC y pese a que la Xunta promete vigilar que no se haga elogio ni del dictador ni de su régimen. “A Coruña salió muy beneficiada porque desde que Franco vino aquí a veranear el ABC le dedicaba una página diaria a la ciudad”, insiste.

“Si a nosotros nos consta que se sigue haciendo apología del fascismo, informaremos a la Consellería de Cultura de lo que ocurre porque es la encargada de velar por que se cumpla la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia y quien tiene que ejercer las medidas legales oportunas”, dice el alcalde de Sada, Benito Portela, preguntado por la situación. Además, advierte de que el Ayuntamiento “hará lo que le corresponde para evitar que dentro de nuestro territorio se haga elogio y se ensalce un régimen dictatorial y a un dictador”.

La visita incluye detalladas referencias a episodios bélicos de la guerra civil, a la Legión, a los requetés, a la Falange o a los himnos fascistas. Se alude al paso de los golpistas de las costas africanas a Cádiz y Algeciras “con la primera ayuda que Benito Mussolini hace a la España nacional” o a la “marcha sobre Madrid”, tal y como ha podido comprobar este diario. Y se aclara que el águila que acompañaba al escudo franquista “no es como dicen en La Sexta”. “Se quitó porque España pasó a ser un Estado laico”, aclara el encargado de las visitas a los turistas. Algunos, puede que esperando todavía algo peor, se lo tomaban a risa al finalizar el itinerario: “No nos han puesto el Cara al sol ni nada”. 

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