Rajoy y Feijóo dejan pasar el tiempo sin intentar formar gobierno ni decidir su futuro
Esperar. Esa es la estrategia declarada antes de decidir sus respectivos futuros políticos tanto del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, como del titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para algunos sucesor natural del primero. Así lo evidenciaron ambos hoy en el congreso provincial que renovó la dirección del PP en Pontevedra, en el que Rajoy fue más directo que Feijóo a la hora de explicitar ese compás de espera. “De momento nadie tiene el encargo para intentar la investidura”, dijo Rajoy sobre la formación de un nuevo gobierno, que solo contempla como una gran coalición con el apoyo del PSOE, mientras Feijóo lanzaba mensajes de renovación a nivel autonómico al tiempo que se mostraba satisfecho con el puesto de presidente de la Xunta.
La visita de Rajoy a la ciudad en la que creció es la primera desde que el pasado 22 de febrero la Corporación municipal lo nombró persona non grata por la prórroga que su Gobierno en funciones otorgó a la factoría de ENCE para permanecer en la ría de Pontevedra 60 años más. Pontevedra amaneció con una carta personal de Rajoy en el Faro de Vigo en la que no cita ENCE en ningún momento y en la que muestra su orgullo de ser pontevedrés, mensaje en el que insistió en persona a las puertas del auditorio en el que se celebró el congreso. “Esta es mi casa y me siento muy bien”, dijo. “Aquí voy a morir dentro de muchísimos años”, añadió luego desde la tribuna de oradores, mientras el auditorio le respondía con un aplauso entregado, con gritos de “presidente, presidente” e incluso “guapo”.
Sobre las negociaciones para formar gobierno, Rajoy destacó que “de momento nadie tiene el encargo para intentar la investidura”. “Lo que sí tiene el PP es posición”, añadió, y la resumió: “No vamos a propiciar ni por asomo que quien perdió las elecciones sea presidente del Gobierno”, dijo. Negativa que mantiene “por nuestro programa”, porque “es infinitamente mejor” que el acuerdo PSOE-Ciudadanos, sentenció. Según Rajoy, “el mejor acuerdo para España es que gobierne el primero, el que ganó, con el apoyo del segundo”. “El gobierno debe presidirlo quien ganó, como siempre”, insistió, y apeló a la lealtad y unidad de los suyos en una frase que podría entenderse como referida a su propio papel. “Nuestras decisiones las tomamos nosotros y no otros”, dijo. Sobre Galicia, lo único que dijo el presidente estatal en funciones fue que “pronto” espera dar “una muy buena noticia para los astilleros”. Ni una palabra dijo Rajoy sobre el futuro de Feijóo y las elecciones autonómicas.
Ese futuro de Feijóo se enmarca en dos ejes de coordenadas: por un lado, adelanto electoral o agotar la legislatura hasta noviembre; y por otro, que Feijóo repita como candidato o lo deje, situación esta última que a su vez presenta varias posibilidades: que abandone la política como ha insinuado en una reciente entrevista o que continúe su carrera en Madrid.
Feijóo pronunció un discurso de una ambigüedad calculada, en el que insinuó tanto su marcha como su permanencia en Galicia. En castellano, y en clave estatal, volvió a mostrar su permanente apoyo a Rajoy. “Estamos contigo”, repitió varias veces el presidente gallego, quien dijo reivindicar “una política en la que se busque una gran unión y no dividir en bloques a la sociedad”. A su juicio, “el primer español” que hace ese tipo de política es Mariano Rajoy y por eso, añadió en referencia al resto de partidos, “como lo sabemos y lo saben, no quieren hablar de políticas sino de otra cosa”. Ya en gallego, Feijóo abrió sutilmente la puerta a no repetir como candidato a la Xunta en las próximas elecciones autonómicas recordando que en los comicios de 2009 en los que el PP recuperó el gobierno, el partido venía de una renovación interna y ganó igualmente. Pero a continuación soltó otra frase en la que mostró su satisfacción con su actual puesto. “Entiendo que ser presidente de España debe de ser una honra importantísima, pero ser gallego y ser presidente de la Xunta de Galicia, eso merece la pena”, sentenció. Su futuro, dicen los suyos, sigue sin estar decidido.
Hace dos semanas el propio Feijóo aseguró que un adelanto electoral en Galicia beneficiaría a las mareas de izquierda ya que, a su juicio, cuanto más tiempo pase, más votantes se darán cuenta de lo mal que estas estarían gobernando las ciudades. Como si jugase a una estrategia de despiste, ese análisis de Feijóo en público es justo el contrario que el que realizan dirigentes del PP en privado tanto en Galicia como en Madrid, que consideran que un adelanto electoral perjudicaría especialmente a las mareas y al PSOE, que aún no disponen de candidato para concurrir a las autonómicas.
Pero además de ese análisis en clave gallega existe otro en clave estatal, en función de la posible coincidencia de ambos comicios. Dada la mayor fortaleza de los populares en Galicia que en el resto de España, el PP estatal se vería beneficiado de una coincidencia de elecciones, al tiempo que se perjudicarían las expectativas del PP gallego, cuya situación empeoraría aún más si el cabeza de lista en Galicia no es Feijóo y en España sigue siéndolo Rajoy.
Hasta el momento Feijóo es uno de los dirigentes populares que más fiel se ha mostrado a Rajoy. De hecho, la victoria de 2009 en Galicia permitió reforzar su liderazgo en el partido cuando más cuestionado estaba siendo, tras su segunda derrota contra Zapatero en las generales de 2008. Sin embargo, los movimientos y declaraciones de Feijóo en clave estatal se han revitalizado en el último año, tras haberse replegado en Galicia en los dos años anteriores después de la publicación por parte de El País de unas fotos suyas con el entonces contrabandista de tabaco y ahora condenado por narcotráfico Marcial Dorado.