Comprar por internet, el drama del autónomo: la odisea de pedir factura a Amazon, Apple o Google
Ya está abierto el plazo para presentar la declaración de la renta de 2014. Como todos los años, nos proponemos llegar con tiempo e ir recopilando la documentación - modelos, borradores, solicitudes y demás papeleo - antes de que se nos eche junio encima. Sin embargo, por suerte o por desgracia, hay quien no solo tiene que preocuparse de estos trámites una vez al año.
Los autónomos, que cada tres meses deben rendir cuenta del IVA, coleccionan valiosos papeles sin importar la fecha: la palabra “factura” es fundamental en su vocabulario. Tanto las emitidas a clientes como las pagadas por la compra de material laboral cuentan en el balance trimestral del impuesto. Si ya resulta tedioso de por sí dedicar tiempo a hacerlas y enviarlas, conseguirlas puede convertirse en una misión imposible.
Internet debería agilizar el proceso. Si en unos pocos clics haces un pedido o contratas un servicio, ¿por qué no iba a ser igual de fácil obtener el documento que lo justifique?
“Los problemas para pedir una factura a una plataforma web o tienda ‘online’ son algo habitual”, confirma a HojaDeRouter.com Raúl Guijarro, abogado e impulsor de Asesor Autonónomo, una gestoría 'online' para trabajadores. “Suele haber muchas trabas en las compras a empresas pequeñas que acaban de montar su ‘marketplace’ y aún no saben muy bien cómo emitir los documentos”, concreta por su parte Carlos Hernández, fundador de la asesoría para autónomos y pymes Quaderno.
Los gigantes como Amazon, Apple o Google, en teoría más experimentados, tampoco se quedan atrás. Pese a que “hay una directiva que estipula la obligación de facturar en toda la Unión Europea”, indica Guijarro, y los tres envían los artículos desde sedes en el Viejo Continente, en ocasiones solo remiten un recibo de compra sin validez legal (por mucho que incluya el IVA).
Suelen ofrecer la posibilidad de pedir el documento una vez completado el pedido o desde tu cuenta personal, donde puedes introducir tus datos y la dirección de facturación, pero las rutas para conseguirlo son de lo más variadas: desde una simple pestaña a un número de teléfono de atención al cliente (si es que logras dar con la fórmula).
En cualquier caso, si quieres deducirte el IVA de las compras realizadas a través de sus webs, lo vas a tener algo más complicado. Amazon tiene su sede fiscal en Luxemburgo y los de la manzana mordida te cobran a través de una empresa subsidiaria del mismo estado centroeuropeo. Google, por su parte, opera desde Irlanda.
Al no facturar desde nuestro país, la única manera de poder incluir la transacción en la declaración trimestral es inscribirte en el Registro de Operadores Intracomunitarios (ROI). Se te asignará un número de IVA intracomunitario, como los que ya tienen los tres reyes de las ventas 'online'. Se trata de una opción disponible tanto para empresas como para autónomos, que ahorra muchos trámites.
“Si ambas partes de la transacción cuentan con este código, no tienen que operar con el impuesto”, explica Hernández. No es que la tasa desaparezca: el comprador pasa a ser el encargado de aplicársela y deducírsela al mismo tiempo en su próxima declaración trimestral al fisco. Este procedimiento se conoce como inversión del sujeto pasivo.
“Mientras que en otros países cuando tú te das de alta como empresa o como autónomo te asignan un número de IVA intracomunitario automáticamente, en España lo tienes que pedir en Hacienda”, objeta el fundador de Quaderno. Con el papeleo y la espera consiguientes, claro. “La solicitud se puede hacer por internet, pero el trámite puede tardar varios meses” y la concesión depende del caso. “Comprueban que tienen relaciones comerciales con otros estados”, señala.
Una vez en el ROI, ya no necesitas una factura con IVA, sino que debes indicarle a la plataforma donde realizas la compra que eres un operador intracomunitario. Algunas lo ponen fácil; en otras, tienes que ponerte de nuevo en contacto con atención al cliente o bucear por las opciones de tu cuenta hasta encontrar la opción correspondiente.
Hernández afirma que la mayoría de los autónomos desconoce esta opción. En otros casos, como el código coincide con el NIF o CIF precedido de las letras “ES”, lo utilizan sin haberlo validado. “Cuando se lo piden para algunas compras lo introducen en la casilla, pero las tiendas buscan en una base de datos oficial de la UE para comprobar que existe y si no es oficial, no les vale”, indica Hernández.
Cambios en la normativa: la 'Tasa Amazon'
“También se ha montado un lío con el cambio de la normativa para los productos digitales”, añade el fundador de Quaderno. Hasta diciembre del año pasado, a los libros electrónicos, cursos ‘online’, aplicaciones o servicios en Red (alojamiento en servidores, mantenimiento de equipos, venta de imágenes o texto sin soporte físico) se les aplicaba el IVA del país del vendedor, como sigue ocurriendo con los artículos físicos. Tanto si comprabas en Amazon como en Apple, la factura tenía que incluir el porcentaje establecido en Luxemburgo (3% para los 'e-books' y un 15% para las 'apps').
A partir del uno de enero, la cosa ha cambiado. Una nueva directiva de la UE, conocida como 'Tasa Amazon' (por la gracia que le ha debido de hacer al gigante de internet) determina que ahora debe aplicarse el impuesto del territorio en que reside el comprador.
Acudas a la web que acudas, si adquieres un producto digital tendrás que abonar el IVA español, y después la empresa debe reembolsar el impuesto a la Administración. Sí, pagas más, pero a ellos se les ha acabado el chollo: ya no les vale como excusa que en Luxemburgo el libro electrónico tenga un IVA reducido.
El cambio se hubiera sentido con o sin 'Tasa Amazon'. El pasado cinco de marzo, el Tribunal de Justicia europeo obligaba a Francia y Luxemburgo a retirar el IVA reducido de los ‘e-books’, al considerar que esta medida solo puede aplicarse a los libros en formato físico. Ambos países deben incrementar el tipo impositivo, del 5,5% al 20% en el caso francés y del 3% al 17% en el Gran Ducado.
La directiva afecta además a los países de fuera de la Unión Europea. “Muchos autónomos tienen contratados servicios de mantenimiento o herramientas de analítica web a compañías de Estados Unidos. Hasta ahora no pagaban impuestos, solo una cuota mensual”. En la actualidad, si compras algún producto o contratas un servicio digital a una empresa estadounidense, también tendrían que aplicar el IVA español en la factura, para que sea válida, salvo que estés registrado en el ROI.
“En productos físicos esto no ocurre”, prosigue Hernández. Cualquier artículo enviado a nuestro país desde fuera de la UE pasa por la aduana, donde se añade el impuesto para que lo abones junto con el precio en la entrega.
De todas formas, ya se trate de algo físico o digital, “el problema número uno es que en la mayoría de los casos no te envían factura”, dice Hernández. Más allá de las fronteras de la UE no comparten las normas en cuanto al sistema impositivo, y muchas veces ni siquiera saben cómo elaborar el documento. Así que también tendrás que contactar con el proveedor para conseguir el justificante y no un simple recibo. “Cuando vienen de fuera de Europa no puedes hacer nada más que lo que consigas a título personal”, afirma Guijarro.
Las compras a terceros a través de un intermediario suponen otra traba bastante común. Las plataformas como Amazon “tienen espacios donde empresas externas pueden vender sus productos”, explica Hernández. Entonces, esas otras compañías o particulares son los responsables de expedir la factura, si logras entenderte con ellos. Suele existir un canal para comunicarse, aunque “quedas a expensas de que el vendedor final esté al día de cómo debe hacer una factura”.
Además, está el caso de las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, donde nada de lo antedicho se cumple porque allí no tributan por el IVA. “Estamos dentro de la Unión Europea a todos los efectos menos en el plano fiscal”, explica Hernández, natural del archipiélago. “Fuera de España piensan que funcionamos como en la península y tienes que ponerte en contacto con el vendedor para advertirle”.
Los problemas que se derivan del comercio elecrónico son muchos para el autónomo, aunque también las ventajas (como no tener que desplazarte para realizar tus compras). En muchos casos, las facturas con validez acaban llegando, pero tendrás que poner todo de tu parte. Ánimo y paciencia.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Las imágenes de estre repotaje son propiedad, por orden de aparición, de Andrés Nieto Porras, Karl Baron