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Desenterrar a los abuelos para cobrar la herencia: la batalla entre ricos por hacerse con obras de arte y palacetes en Menorca

Uno de los balcones del Palacio Olivar.

Santiago Torrado / Néstor Cenizo

Menorca / Málaga —

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A escasos metros de la imponente Catedral de Santa María de Ciutadella, el Palacio de Olivar mantiene una posición privilegiada en el centro del casco antiguo de la ciudad desde el siglo XVII. Sus propietarios pertenecen a una de las familias más laureadas de la isla -junto con la familia Squella-Duc d’Estrada y la familia Saura-, cuya centralidad política se remonta a los inicios de la conquista cristiana de Menorca en el siglo XIII. 

En todos estos años de preeminencia social, los Olivar han aportado a la isla varios alcaldes, empresarios, algunos santos varones y, por supuesto, muchos Caixers Senyors de ses Festes de Sant Joan -una de las figuras medievales de las fiestas de Menorca-. El último aporte de esta familia noble es un escándalo mayúsculo que llevará al Instituto Nacional de Toxicología a exhumar los restos de varios de sus miembros, fallecidos hace décadas, para verificar si el último patriarca familiar, José María de Olivar y Despujol, era padre biológico de una mujer que hoy reclama parte de su fabulosa herencia. 

Según ha podido saber elDiario.es, la posible hija de De Olivar tiene ahora 76 años y reside en Marbella (Málaga). Antes vivió en Menorca y Barcelona, según cuenta Fernando Osuna, el abogado que la representa en la demanda de filiación. El letrado afirma que en el procedimiento hay “indicios” de que quien ejerció como padre de la mujer en vida no es, en realidad, su padre biológico. Según el letrado, hay también documentos que ofrecen “indicios” de la relación entre su madre y José María de Olivar. Según consta en el auto que este medio ha podido consultar, la demandante habría aportado como prueba recibos de pago de cuotas de colegio y otros gastos de manutención y una partida de nacimiento con la firma de De Olivar.

El letrado de la mujer explica que la exhumación de los cadáveres de los padres de De Olivar, ordenada por el juez Juan Pablo Molina Pérez, a cargo del Juzgado de Instrucción N 1 de Ciutadella, es la única forma que hay de obtener restos biológicos de la presunta familia paterna de su cliente, ya que el magnate fue incinerado al morir y sus hermanos y sobrinos -actualmente únicos herederos- se han negado a someterse a prueba alguna. “No teníamos más remedio que pedir la exhumación de los abuelos [de su cliente]”. El juez también ha acordado que se prohíba la manipulación e incineración de los restos óseos de los dos cadáveres, que reposan en el Cementerio Viejo de Ciutadella de Menorca, hasta que se recojan las muestras biológicas que permitan realizar la prueba. 

El Instituto de Medicina Legal será el encargado de sacar los féretros y tomar las muestras, acompañado de una comisión judicial. Después, el Instituto Nacional de Toxicología realizará la prueba de ADN, que concluirá si el material genético de la mujer es compatible o no con las muestras extraídas y, por tanto, con la paternidad de De Olivar. Osuna confía en que el juicio pueda celebrarse antes de agosto o en el último trimestre de 2023, como muy tarde.

La larga historia De Olivar

Pero, ¿quién era José María 'Pepe' de Olivar Despujol? Nacido en 1918 en Ciutadella, era hijo de Carlos de Olivar y Olives y de Pilar Despujol Pou. Estudió en la Universidad Central de Madrid donde se licenció en Derecho. En 1935 fue nombrado Caixer Senyor, un cargo de suma importancia política y social en Menorca y cuya nominación recae siempre en el jefe familiar de los linajes nobles de Ciutadella hasta nuestros días. Ocupó el cargo hasta el fin de la Guerra Civil, cuando pasó a ser Decano de la Junta de Nobles. Durante un breve período fue concejal y luego diputado en cortes por Balears. En 1965 se convirtió en alcalde de Ciutadella hasta 1971. 

Durante los años cuarenta, De Olivar habría mantenido una relación esporádica con una mujer de origen malagueño varios años menor que él, según el letrado de la mujer que reclama ahora la paternidad. Tras quedar embarazada, la mujer se habría trasladado a su ciudad natal, donde nació la hija que hoy reclama sus derechos sucesorios. El noble menorquín murió el 19 de febrero de 2018 a las 23:40 horas a los 99 años en el Palacio de Olivar, rodeado del más fastuoso lujo que alberga Menorca y sin reconocer las responsabilidades de su posible y reclamada filiación parental.

El abogado Osuna no da cifras, pero sí anticipa que se trataría de una herencia notable, compuesta de palacios, terrenos rústicos (“En Menorca están muy cotizados porque hay muchos hoteles agroturismo”, dice), cuentas corrientes con grandes sumas en metálico, participaciones en empresas y obras de arte. “A ella le correspondería un mínimo del 66% del patrimonio hereditario”, defiende el letrado, especializado en demandas de filiación de hijos no reconocidos. 

Entre otras, afirma que ha ganado reclamaciones de paternidad frente a Samuel Eto’o, Julio Iglesias y Manuel Benítez El Cordobés. Él suele presentarse como un adalid de los débiles frente a los poderosos que se escabullen de sus responsabilidades paterno-filiales. En su historial hay precedentes de lo que ahora pretende: en su primer caso de este tipo, convenció al juez para que exhumara al tío de su cliente, que resultó ser el hijo de un rico terrateniente sevillano, y en 2020 logró que un juzgado emitiera una orden para exhumar los restos del escultor Mariano Benlliure, de quien su clienta decía ser nieta.

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