La Federación Balear de Fútbol investigará la expulsión del entrenador que se dirigió a la árbitra en catalán
El Comité de Competición de la Federación de Fútbol de las Illes Balears (FFIB) ha abierto un expediente ordinario a raíz de la expulsión del entrenador del equipo mallorquín UE Petra por dirigirse en catalán a la árbitra que dirigió el partido de alevines disputado el pasado sábado contra el Club Cardassar Atlètic. Los hechos generaron una multitud de reacciones al considerarlo un “nuevo caso de catalanofobia” y “agresión lingüística”. La trencilla, por su parte, ha interpuesto una denuncia por las amenazas que asegura haber sufrido desde entonces en redes sociales.
La FFBI da seis días al club y a la colegiada para que presenten las pruebas y alegaciones que consideren oportunas. Con ello, el organismo deportivo quiere clarificar los hechos ocurridos en el encuentro de conformidad con la normativa vigente de la Ley del Deporte Balear. Una vez recibidos los documentos, el órgano instructor emitirá una propuesta de resolución. Los interesados dispondrán posteriormente de un plazo de diez días para alegar y, finalmente, será el órgano disciplinario el que deberá resolver en atención a todo lo actuado en el procedimiento.
La controversia se desató después de que la UE Petra emitiera el pasado lunes un comunicado en el que aseguraba que en el partido contra el Club Cardassar Atlètic su técnico fue expulsado por dirigirse a la árbitra en catalán. En una nota, el club se refería al contenido del acta en la que la colegiada recoge que en el descanso, tras ser amonestado por decir “esto es de vergüenza”, el entrenador pasó a hablar en catalán. Según el documento, la árbitra le pidió que hablara en castellano, pero el técnico “perpetuó su dialecto”. Al no conseguir que cesara y percibir “ciertas faltas de respeto” y la “desobediencia de indicaciones”, le sacó la tarjeta roja.
Según el equipo, la colegiada le pidió al entrenador que se expresara en castellano, aunque, de acuerdo al comunicado, no lo hizo “de forma educada”. Además, insiste el club, la árbitra le trasladó: “Estamos en Mallorca, Mallorca es parte de España, no España parte de Mallorca y usted me tiene que hablar en castellano”.
“Sin entrar a valorar si las protestas de nuestro entrenador merecen un amonestación, desde la UE Petra entendemos que resulta intolerable que una decisión de una árbitra de fútbol en una competición deportiva se pueda ver influenciada, a juzgar por la redacción del acta del partido, por el hecho de que un entrenador, en este caso, utilice su lengua materna allí donde esta es oficial de hace siglos”, añade el club.
Tras trascender los hechos, la Plataforma per la Llengua de les Illes Balears condenó el episodio, tildándolo de “nuevo caso de catalanofobia” e informando de que han ofrecido todo su “apoyo y asesoramiento necesario” al club de fútbol. “El catalán debe continuar siendo lengua de cohesión en la sociedad de las Illes Balears y también dentro del mundo del deporte”, señalan en la plataforma 'X' -antes Twitter-. Por su parte, la Assemblea Sobiranista de Mallorca también ha denunciado los hechos lamentando que “Franco continúa bien vivo en la España 'más progresista de la historia'. ¡Estado propio, lengua respetada!”, proclama la entidad.
La árbitra, en declaraciones a Diario de Mallorca, manifestó que, durante el descanso, pidió al entrenador que cesara con su comportamiento de protestas y que necesitaba que le hablase en castellano, dado que sólo lleva tres meses viviendo en la isla. Según su relato, el técnico le respondió: “Estamos en Mallorca y Balears y que es tu obligación hablar en catalán”. “Necesitaba que me hablara en castellano. Se ha sacado todo de contexto”, lamenta.
A raíz de este episodio, la FFIB emitió un comunicado oficial el mismo lunes en el que califica de “hechos puntuales” este suceso así como el incidente violento producido entre un jugador del AD Son Sardina hacia otro del CD Consell. Sobre la expulsión, el organismo apela a aplicar “siempre”, en los campos de fútbol, “el sentido común del respeto lingüístico en todo momento”. “Es por ello que ninguno de los 33.000 federados que forman nuestro fútbol entre todos los agentes implicados debe sentirse discriminado por el idioma oficial que decida emplear con total libertad”, concluía.
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