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Ibiza, la isla de la masificación y un plan de transporte público que nunca llega: “Si no tienes coche no eres nadie”

La salida de la autovía de Eivissa hacia el aeropuerto

Esther Cabezas

Eivissa —

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A pesar de que el transporte es gratuito para jóvenes y mayores, Eivissa, uno de los territorios con mayor masificación turística, no tiene autobuses, paradas, frecuencias ni líneas suficientes y hay zonas del norte totalmente incomunicadas fuera de temporada. El servicio es obsoleto, mina la autonomía de las personas que no disponen de vehículo propio y ofrece una imagen pésima de la isla a los turistas, que en 2023 ascendieron a los 3,7 millones en las Pitiüses.

“El transporte público en Eivissa es un desastre”. Así se expresa un grupo de usuarios, residentes en la isla, que a pesar de los precios abusivos de los carburantes tienen que seguir utilizando su coche, “cuando con un buen servicio de autobuses podría dejarlo muchos días en casa. Además, no hay suficientes carriles bici y las carreteras son muy peligrosas ya que muchas de ellas no disponen de un arcén. Si no tienes coche en Eivissa no eres nadie”.

Y es que la red de transportes ibicenca deja mucho que desear: a pesar de ser un territorio pequeño (571,6 km²), nunca ha tenido un servicio adecuado para que sus cerca de 160.000 habitantes puedan realizar sus trayectos diarios en autobús, lo que influiría también en la consideración de la isla como sostenible. Tampoco se da este servicio a los turistas que tienen que alquilar vehículos o contratar taxis con un número de efectivos también insuficiente.  

Un plan de transportes digno que nunca llega

Las razones para que esta situación se dilate en el tiempo nadie las sabe pero lo cierto es que el responsable del servicio, el Consell Insular d'Eivissa, sea del color político que sea, no ha sido capaz de ofrecer al ciudadano ni al turista una red de transporte público a la medida de las necesidades del territorio en el que la ciudadanía, aparte de los núcleos poblacionales de la ciudad d'Eivissa y Sant Antoni, vive dispersa en todo el territorio rural.

El pasado día 24 finalizaba el plazo de presentación de ofertas por parte de las empresas para la licitación del nuevo concurso del servicio de transporte por un valor de 86,8 millones de euros, aunque Diario de Ibiza habla de 240 millones en dos líneas de financiación, una fija y otra variable, que se anunció el pasado mes de octubre de 2023 a bombo y platillo. Sin embargo, la máxima institución tendrá que volver a comenzar este proceso ya que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ha estimado uno de los recursos presentados por las empresas Alsa y Sagalés contra los pliegos del proceso.

Así las cosas, en estos momentos el Tribunal ha ordenado “la retroacción del procedimiento al momento anterior a la aprobación del pliego”, por lo que habrá que modificar las cláusulas relativas al precio de la licitación, a la revisión de precios y a la composición de la mesa de contratación, por lo que se mantiene la suspensión del procedimiento hasta que se resuelva este recurso. 

Un contrato prorrogado en múltiples ocasiones desde 1996

Otro retraso más para la ejecución de un plan de transportes digno que nunca llega. En un principio, el Consell preveía la adjudicación de este concurso para finales de 2024 o principio de 2025, fechas que ahora quedan en el aire, aunque el titular de transportes del Consell insular d'Eivissa, Mariano Juan, asegura que no se demorará mucho, “dado que solo se tendrán que incorporar los aspectos que hacen referencia a la actualización de los precios de los convenios con los trabajadores y los costes de mantenimiento de los vehículos”, tal y como informó en Consell el pasado 23 de enero en una nota de prensa. Según Juan, esto “solo representa menos del 1% del total del contrato”. Hay que tener en cuenta que el contrato actual data de 1996 y ha sido prorrogado en múltiples ocasiones desde 2018. 

La oposición no ha tardado en reaccionar. El PSOE, en palabras de su portavoz, Josep Marí, anterior conseller de Mobilitat i Transports del Govern balear y alcalde de la localidad ibicenca de Sant Josep de sa Talaia en años precedentes, ha asegurado a la cadena SER que “se trata de un ”nuevo fracaso del Consell“ que acaba pagando el conjunto de la ciudadanía. Marí ha puesto de manifiesto que con este retraso caducarán las actuales concesiones (previsto en octubre de 2025), con lo que habrá que prorrogar más allá de esa fecha la puesta en marcha del servicio. Marí ha calificado el servicio de transportes en la isla de ”nefasto“.

Asimismo, el PSOE ha denunciado la degradación de este servicio y la situación en la que se encuentran los vehículos que lo ofrecen, asegurando que, además, se pedirán explicaciones en el pleno, en referencia a las continuas incidencias que sufren los vehículos, incluido el incendio de un autobús que cubría la ruta Ibiza Sant Antoni en plena carretera el pasado mes de diciembre. Fuentes del Consell d'Eivissa aseguran a elDiario.es que el control del estado de los autobuses “lo realiza la ITV, como marca la normativa”.

Un problema que viene de lejos

Lo cierto es que se han ido sucediendo gobiernos de diferentes colores que no han sabido resolver una problemática que lastra la movilidad y la economía de las personas residentes y ofrece una mala imagen de la isla al turismo, ya que la falta de transporte público y la escasez del privado no puede absorber la demanda.

El pasado mes de diciembre, el pleno del Consell d’Eivissa aprobaba la prórroga hasta el 31 de octubre de 2025 de las concesiones del servicio de transporte regular de viajeros a las empresas Ibiza Bus S.A., Autocares Lucas Costa S.A. y Voramar El Gaucho S.L., ya que la máxima institución insular preveía en aquella fecha que la elección del ganador del concurso generaría más recursos, tal y como publicaba en aquel momento Diario de Ibiza.

El titular ibicenco de Transportes aseguraba en diciembre a este rotativo que la ganadora del servicio tendría que introducir poco a poco los nuevos vehículos, con lo que la puesta en marcha de los servicios programados por este departamento se prorrogaría por mucho más tiempo. Aunque Juan puntualizaba que sería dentro de esta legislatura, lo cierto es que nadie sabe especificar cuando. Eso sí, el conseller concretaba que, no obstante, se produciría “antes que lo hagan Mallorca y Menorca”, cuestión baladí para las personas usuarias.

Condiciones de la nueva licitación

La nueva contrata de transporte público en Eivissa incluye el servicio que se da dentro de la ciudad d’Eivissa y el de la isla en general. En sus pliegos incluye “más horarios, más rutas, mejores buses y más paradas”, según aseguran a este diario desde el Consell insular d'Eivissa. 

En cuanto a los autobuses, los pliegos de la nueva licitación prevén la puesta a disposición de los ciudadanos de 99 vehículos, incluyendo el área metropolitana d'Eivissa y toda la isla (38 y 61, respectivamente), de los cuales la gran mayoría seguirán funcionando con diésel (diez serán eléctricos y cuatro, híbridos). El horizonte de una isla sostenible se aleja un poco más. Los vehículos no podrán tener más de 12 años de antigüedad, es decir, las concesionarias no tendrán que habilitar vehículos nuevos, pero la nueva flota irá incorporándose al servicio paulatinamente en un plazo de nueve meses, a pesar de que el Consell d’ Eivissa insiste en que se van a poner a disposición nuevos autobuses.

Con respecto a los horarios y rutas, las mismas fuentes aseguran a elDiario.es que los actuales vienen marcados por la antigua concesión, “con la nueva estos flujos han sido medidos y se modificarán”. La licitación prevé un aumento del servicio, sobre todo en temporada baja, ya que contempla 61 líneas de autobús con un incremento del kilometraje anual del 48,4%, según informaba en octubre el Consell ibicenco. Esta medida es muy esperada por las personas usuarias que, si se cumple lo prometido, podrán utilizar por fin este servicio.

“No puedo ir a jugar con mis amigos al pueblo”

Sobre todo los más jóvenes, que a pesar de tener el transporte totalmente gratuito igual que las personas mayores, no pueden utilizarlo por falta de líneas, horarios y también paradas, ya que una gran mayoría viven en casas diseminadas en el campo, sobre todo en el norte de Ibiza, donde en la actualidad son deficitarias en todas las localidades. Es el caso de Santa Agnès, Sant Mateu, Sant Miguel o Sant Joan donde los adolescentes no pueden moverse sin la colaboración de sus familiares más mayores que disponen de coche, con lo que esto supone para la falta de autonomía de los mismos.

“No puedo ir a jugar con mis amigos al pueblo”, comenta a el Diario.es un adolescente de Sant Miguel: “Mi casa está a 3 kilómetros y no tengo ningún autobús que pase por la carretera más cercana, no hay ni paradas”. Otro joven que vive en la carretera de Sant Joan cuenta que cerca de su casa sí hay parada, pero los fines de semana no hay autobús en esta línea y durante la semana “son tan pocos que es difícil coincidir”. “Tengo que pedirle a mi madre que me lleve. Y no siempre puede”, explica.

En cuanto a las paradas de autobús, el Consell insular asegura que también con la nueva licitación se van a aumentar. En octubre emitía una nota de prensa en la que aseguraba que el Departamento de Red Viaria iniciaba los trámites para poder licitar la redacción del proyecto ejecutivo del llamado Plan de Adecuación de Paradas de Autobús, que podría superar los 6,2 millones de euros. Como anunciaban, por este Plan “se adecuarán el 38% de las paradas dependientes del Consell insular, unas 120”. Aseguraban que las de la zona norte son las que más necesidades tienen en este sentido. 

Por otro lado, en ese mismo comunicado, la máxima institución insular aseguraba que dentro del proyecto Smart Island, con los fondos de Next Generation, se instalarían un total de 190 columnas digitales de información de autobuses que permitirán la previsión de paradas “que permitirá conocer el tiempo real de espera de cada autobús, gracias a la tecnología GPS”. Las columnas informativas ya están instaladas, pero ni existe la nueva contrata ni hay autobuses nuevos, por lo que el servicio que dan en las zonas rurales no tiene ninguna operatividad. La ciudadanía, mientras tanto, tendrá que seguir esperando un servicio esencial para el desarrollo de la vida social, económica, laboral, e incluso cultural, de una isla que está en el punto de mira de millones de personas en el mundo.

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