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El Parlament da luz verde a la Ley de ocio educativo para la infancia y la juventud de Balears

Pleno del Parlament balear

Europa Press

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El Parlament ha aprobado el Proyecto de ley de ocio educativo para la infancia y la juventud de Balears, “la primera normativa propia y singular” de este tipo de ocio, que delimita, entre otras cuestiones, qué son instalaciones de ocio educativo y cuáles son turísticas, o recoge prohibiciones en materia de consumo de tabaco y alcohol en estos lugares por sus efectos nocivos en niños y jóvenes.

“En una sociedad donde hay una tendencia a asociar el ocio al consumo o a la pasividad frente a una pantalla no sólo es necesaria esta ley, sino que se convierte en imprescindible; nuestros jóvenes deben tener esta oportunidad”, ha defendido la consellera de Asuntos Sociales y Deportes, Fina Santiago, este lunes durante el pleno del Parlament.

Cabe destacar que este texto legislativo está separado de la Ley de la juventud de las Islas para otorgarle importancia como herramienta educativa en la educación no formal.

En este sentido, la consellera ha insistido en que el ocio educativo tiene “categoría suficiente como actividad para tener legislación propia”, poniendo en valor que “cada semana unos 500 niños son usuarios de este tipo de ocio, lo que demuestra la importancia de esta actividad y el gran uso que se hace por parte de la ciudadanía”.

Asimismo, otro de los motivos para que tenga ley propia, según Santiago, recae en su “tradición e importancia en la comunidad, ya que fue de las primeras actividades reglamentadas”, en su “progresiva demanda” o en que el modelo económico de las Islas “requiere cada vez más espacios de conciliación de calidad”.

Instalaciones de ocio educativo y turísticas

Entre otras cuestiones, la normativa delimita qué son instalaciones de ocio educativo y cuáles son turísticas, especificando que las primeras son las destinadas a la pernoctación o a la realización de actividades de ocio educativo de niños y jóvenes, con el fin de facilitar la convivencia, alojamiento, formación o utilización adecuada del tiempo libre. Así, se detalla que quedan excluidas las que no están dedicadas en exclusiva a la infancia y la juventud.

La ley recoge también prohibiciones en materia de consumo de tabaco o bebidas alcohólicas en estas instalaciones por sus efectos nocivos entre los más jóvenes.

Además, en los distintos títulos en los que se divide la normativa se reseña el derecho a disfrutar de un ocio educativo de calidad y seguro y se definen las actividades de ocio educativo, que son aquellas dirigidas a favorecer la diversión, el descanso, la formación o las relaciones sociales.

Intervenciones de los grupos

Durante su intervención, el diputado del PP Antoni Fuster ha señalado que su formación está de acuerdo con la diferenciación de esta ley y ha puesto en valor que “la parte que hoy se tramita es mucho más técnica y menos política que la Ley de Juventud”.

“Es una ley que consideramos necesaria, lo dijimos desde el primer momento”, ha añadido. Con todo, Fuster ha defendido las enmiendas presentadas por los 'populares' a la normativa, haciendo especial referencia a la que busca “corregir la catalanización que se introduce”.

Por su parte, la diputada de El PI-Proposta per les Illes Balears Lina Pons ha calificado de “imprescindible” esta ley. “Creemos que la política tiene la grandeza de llegar a consensos por el bien común y hemos conseguido una ley que se puede ajustar a lo que deseábamos”, ha dicho Pons, que ha reivindicado que “el ocio educativo forma parte de la vida y tiene que estar reglado”.

En su turno, el diputado de Ciudadanos Juanma Gómez ha insistido en “la igualdad de oportunidades” que debe esclarecer la ley para que no haya “problemas de acceso” al ocio educativo, al tiempo que ha hecho referencia a la importancia de la convivencia de las dos lenguas oficiales de las Islas.

Desde Podemos, la diputada Antònia Martín ha considerado que la ley supone un avance “hacia una sociedad mejor” y ha puesto el acento en la participación de niños y jóvenes con discapacidad. Además, ha valorado el consenso obtenido en la ley, criticando que otros grupos “usen la lengua, otra vez, para confrontar”.

“Jugando se aprende y se socializa, el ocio es un derecho y por eso hacía falta esta ley, que beneficiará a más de 150.000 niños de entre 4 y 5 años, y a más de 160.000 de entre 15 y 19 años”, ha dicho.

Seguridad jurídica para monitores, directores y entidades

Por su parte, el portavoz parlamentario de MÉS per Mallorca, Josep Ferrà, ha enfatizado que la educación en el ocio “necesita una ley propia que ponga no solo a los jóvenes en el centro, sino también al ocio educativo”. Así, ha valorado que la normativa “cierra un círculo de seguridad jurídica para monitores, directores y entidades de tiempo libre, y conforma un marco que da respuesta a las necesidades actuales”.

La diputada del PSIB Irantzu Fernández ha resaltado también la importancia de la ley y su diferenciación con la de Juventud, ya que comprende dos periodos de edad distintos “con necesidades diferentes”.

Por contra, la diputada de Vox Idoia Ribas ha tildado de “absolutamente innecesaria” la normativa y ha criticado “la obsesión convulsiva de la izquierda de legislar todo e imponer su visión del mundo a la población”.

“Esta ley es una vuelta de tuerca más a la imposición lingüística de la lengua catalana a toda la población para desterrar el español en todos los ámbitos de su vida”, ha sentenciado.

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