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¿Qué fue de Angela Merkel? Los conservadores alemanes dejan atrás el legado de la excanciller

Imagen de archivo de la excanciller Angela Merkel.

Aldo Mas

Berlín —

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Fue algo más que una líder conservadora. Marcó una época en Alemania y Europa. Fue un icono e incluso el argumento político para muchos por el que votar en Alemania a la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Sin embargo, su influencia en la política alemana se ha disipado tanto que a estas alturas ya no queda en pie prácticamente nada de su legado.

Merkel dijo que su jubilación de la política le serviría para “viajar y leer”, pero muchos sobreentendían que seguiría jugando un papel influyente en los conservadores tras su retirada. Sin embargo, la CDU, dirigida por Friedrich Merz tras la derrota electoral democristiana de las elecciones generales de 2021, no ha parado de distanciarse de la que fuera su canciller y principal valedora en el poder durante 16 años.

La salida de Merkel de la Fundación Konrad Adenauer (KAS, por sus siglas alemanas) y la aprobación del nuevo programa básico de la CDU, un texto que supone en muchos sentidos hacer tabula rasa con lo que se podía entender que era el 'legado merkeliano', es una muestra de ese distanciamiento.

La KAS forma parte del sistema de fundaciones vinculadas a los grandes partidos del país. El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación del canciller Olaf Scholz, también tiene la suya, la Fundación Friedrich Ebert. También cuentan con fundaciones propias el partido de Los Verdes (Fundación Heinrich Böll), los liberales del FDP (Fundación Friedrich Naumann) o la formación izquierdista de Die Linke (Fundación Rosa Luxemburgo).

Todas funcionan, en gran medida, como think tanks. Es decir, como organizaciones que contribuyen a nutrir y articular en Alemania el pensamiento conservador, socialdemócrata, ecologista, liberal o izquierdista, según el caso.

Merkel era una valiosa integrante de la KAS. Su presidente, Norbert Lammert, trató de evitar la salida de la excanciller en un reciente cara a cara, según ha informado el diario Bild, pero Lammert no pudo convencerla. “Sencillamente estoy fuera de ese papel”, decía la líder a cuenta de su decisión, según ha trascendido en la prensa alemana.

Así, Angela Merkel, a sus 69 años, ya está fuera de la que es la única institución que podría dedicarse a cuidar de su legado político y velar porque siguiera inspirando de algún modo a la CDU. Cierto es, no obstante, que la CDU actual, con Merz al mando, parece que quiere tener muy poco o nada que ver con la excanciller. No en vano, en su ascenso hasta la presidencia de la CDU, a Merz lo llamaban el 'anti-Merkel'.

Los caminos de CDU y Merkel se bifurcan

Políticos de la CDU citados por el semanario Der Spiegel señalan que la despedida de Merkel de la fundación es una “ruptura” clara con el partido. “Lo sorprendente es que no haya un debate en torno a la pregunta: ¿Qué fue mal con Merkel?”, dice a elDiario.es Andrea Römmele, profesora en la prestigiosa Herthie School of Governance de Berlín.

“Al SPD se le ha visto decir el pasado fin de semana, en su último congreso, que la política de Merkel hacia Rusia fue un error. Habrá que ver qué cuenta ella en sus memorias cuando se publiquen”, añade.

Con ella en la Cancillería Federal, las importaciones de gas natural ruso llegaron a representar un 55% del total adquirido en 2021, lo que muchos criticaron como poner en manos de Rusia la política energética alemana.

Merkel reconoció las crecientes tendencias tiránicas del régimen de Vladímir Putin, pero nunca lo confrontó con suficiente dureza, según se asume en Alemania. Es más, muchos sostienen que Merkel también contribuyó al progresivo desarme alemán que ha llevado al país a estar “desnudo” frente a una agresión militar. Un término que sale del propio jefe del Ejército germano.

Merkel pudo con relativo éxito liderar a su país en tiempos de grandes desafíos como fueron la crisis financiera de 2008, la crisis del euro de 2010, la crisis de los refugiados de 2015 y 2016 y la pandemia. Sin embargo, el inicio de la invasión de Rusia contra Ucrania ha supuesto que Merkel haya caído en una suerte de olvido colectivo que, en el caso de la CDU, resulta palmario.

“Su camino y el de la CDU se están bifurcando, la salida de la Fundación Konrad Adenauer es parte de esto. Ella está muy apartada”, comenta Römmele a este periódico en el marco de una cita organizada por la Asociación de la Prensa Extranjera de Berlín (VAP, por sus siglas alemanas).

El nuevo programa político de la CDU

En la escena internacional, es cierto que a Merkel se la ha visto recibir reconocimientos, como el de doctora honorífica por el Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences-Po), el pasado mes de junio. En 2022, Merkel rechazó una oferta de trabajo para ser asesora del secretario general de la ONU, António Guterres. Entre tanto, suele ser noticia en Alemania cuando se va de vacaciones, preferiblemente a destinos de interés cultural o de meteorología favorable.

También el pasado verano Merkel recibió la Orden al Mérito de Baviera, medalla que otorga el rico land del sur germano donde gobierna dese hace décadas la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), formación hermanada con la CDU. Ambos forman parte en el Bundestag del mismo grupo parlamentario, conocido aquí como “La Unión”. Premios aparte, la familia conservadora germana ya no quiere tener mucho más que ver con Merkel.

Políticamente, es ejemplo de esto el nuevo programa básico de la CDU, del que se ha presentado recientemente un primer borrador. “Vivir en libertad. Liderar a Alemania hacia un futuro seguro”, se titula el documento. En él, entre otras cosas, se vuelve a apostar por la energía atómica, una tecnología a cuyo final Merkel contribuyó en Alemania. Ella aceleró el “apagón nuclear” diseñado por socialdemócratas y ecologistas en tiempos de su predecesor, el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder.

El nuevo programa de la CDU, que está previsto que se valide este mes y que se presente en un congreso en mayo de 2024, también plantea cambios radicales en el sistema de asilo. Quieren los conservadores germanos luchar para que “terceros países” reciban y se ocupen de los demandantes de asilo que quieran pedir refugio en Alemania mientras se trata su solicitud.

Otro de los aspectos más comentados de dicho programa es una polémica afirmación incluida en el documento: “Los musulmanes que comparten nuestros valores, pertenecen a Alemania”. En Alemania se estima que viven seis millones de musulmanes. En virtud a eso, Merkel decía aquello de “el Islam pertenece a Alemania”. Pero esa frase ya no guía a la CDU de Merz.

“Las ideas del nuevo programa de la CDU se identifican muy bien con su candidato a canciller, que sería Friedrich Merz, alguien que hace mucho rompió con Merkel”, concluye Römmele.

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