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Tras los pasos del asesinato sin resolver del primer ministro sueco Olof Palme

Olof Palme, exprimer ministro de Suecia asesinado en 1986.

Jan Stocklassa

Todo solía ser tan simple… Plutón es un planeta. La leche es sana. El diésel es más limpio que la gasolina. Si te metes en el agua justo después de comer, te puede dar un corte de digestión y te puedes ahogar. El asesinato del primer ministro sueco Olof Palme nunca se va a resolver.

Sin embargo, cada vez es más frecuente que las viejas verdades se pongan en duda. Es hora de volver a hacerlo. La nueva verdad nos dice que el asesinato de Olof Palme sí se va a resolver.

Para mí todo empezó en 2008 con lo más sueco que existe (a juzgar por todas las novelas de intriga provenientes de Suecia): una mujer asesinada junto a un lago en la provincia de Småland. Eso me dio una idea para un libro sobre escenarios de crímenes. Aproximadamente, un año más tarde resultó que la explicación del crimen también era de lo más sueco: la policía encontró nuevas pruebas científicas y el homicida resultó ser un alce. Sin embargo, a estas alturas, yo había abandonado mi idea original y estaba sumido en la aventura que ha dado como resultado este libro.

Cinco años más tarde, encontré el archivo olvidado de Stieg Larsson y me adentré en un mundo lleno de personas y sucesos que parecían sacados de sus novelas. Personajes igual de extremos que Lisbeth Salander y Alexander Zalachenko. Pero reales. Asesinos y sus víctimas. Espías que espían a otros espías. Mujeres y niños asesinados. Ordenadores pirateados, grabaciones secretas, operaciones encubiertas. Y muerte. Muchísima muerte, malvada y repentina.

Las tres novelas de Stieg Larsson han vendido más de ochenta millones de ejemplares, pero su principal obra no fue escribir novelas. Dedicó toda su vida adulta a luchar contra el creciente movimiento de la extrema derecha. Ya a principios de la década de los noventa, alertó sobre un partido político recién nacido llamado Demócratas de Suecia. El mismo que veinticinco años más tarde es uno de los tres grandes partidos de Suecia y que ha redibujado el panorama político del país.

El segundo proyecto más grande de Stieg fue investigar el caso Olof Palme. Se puede ver claramente en sus archivos. Hay muchísima información sobre la extrema derecha, pero el material deriva hacia el asesinato de Palme y desemboca en teorías concretas y pistas para la policía.

He seguido trabajando con las teorías y pistas de Stieg, he ahondado más y he añadido nuevas piezas al rompecabezas. La imagen que va surgiendo no solo explica las extrañas circunstancias que rodearon el asesinato. También arroja luz sobre los motivos que hay detrás. Creo haberme hecho una buena idea de lo que sucedió antes del asesinato, durante la tarde en que ocurrió (el 28 de febrero de 1986), así como una imagen de la gente que había en el escenario del crimen. En este libro describo una posible resolución: el lector mismo podrá hacerse una idea a partir de los hechos y las conclusiones que expongo.

Lo que tienes en las manos es una novela documental. Está escrita como una historia apasionante, pero el objetivo es que todo sea verídico. Hay unas treinta páginas formadas por textos del propio Stieg, cartas y memorandos. Muchos de los diálogos están reproducidos palabra por palabra, mientras que otros están dramatizados a partir de documentos sacados del archivo de Stieg y de más de un centenar de entrevistas.

En el epílogo hablo un poco más de la documentación de referencia y de cómo la he gestionado. Si quieres profundizar en los detalles del caso Palme, te recomiendo el informe de mil páginas de la Comisión de Revisión y alguno de los libros de Gunnar Wall o Lars Borgnäs, dos de los principales expertos suecos en Palme. Pero hay infinidad de material para examinar. Eso sí, he de advertir que, si se quiere indagar más: ¡hay que ir con cuidado! El caso Palme es un virus malicioso que ha contagiado a mucha gente.

Su asesinato acabará por resolverse. Según Krister Petersson, nuevo fiscal y jefe de la investigación policial del caso Palme, al primer ministro sueco no le pegó un tiro un alcohólico de nombre Christer Pettersson. Creo que tiene razón. También estoy convencido de que la investigación de Stieg Larsson contribuirá a esclarecer el crimen. Igual que este libro, con un poco de suerte.

Cuando leas esto, la policía ya habrá tenido acceso a mi material y podrá hallar pistas decisivas que tal vez lleven a alguien a los tribunales. Como mínimo, a una persona. Dentro de uno o dos años, espero que se pueda decir con seguridad que el caso Palme quedó resuelto.

La persiana de metal se enrolló hacia arriba con un estruendo y vi que el pequeño trastero estaba lleno hasta los topes. Había estanterías llenas de cajas de mudanzas hasta el techo. Había dos pasillos de cajas apiladas hasta la puerta. Miré el lateral más estrecho de una de las cajas; el texto confirmó que había encontrado lo que llevaba tanto tiempo buscando. En rotulador grueso ponía: “Archivo Stieg”.

Cada carpeta estaba marcada en el borde superior con una letra diminuta escrita a mano y perfectamente legible. En las que tenía en la mano ponía: “WACL”, “El de 33 años”, “Resistance International”, “Pista de Sudáfrica” y “Christer Pettersson”. Empecé a sentir un cosquilleo en los dedos, como si las carpetas estuvieran electrificadas. Los títulos dejaban claro que aquellos documentos trataban sobre el asesinato del primer ministro sueco Olof Palme.

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