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Bukele busca la reelección en El Salvador con el aval del Tribunal Supremo Electoral

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, en el Tribunal Supremo Electoral. Presentó su solicitud de inscripción 10 minutos antes de que venciera el plazo.

Glenda Girón

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“!! Hoy vamos hasta las 12 (noche) con las inscripciones para Candidaturas Presidenciales y Diputaciones: Último día mi gente !!”, publicó en su cuenta de la red social X –antes Twitter– Dora Esmeralda Martínez, magistrada presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de la República de El Salvador. Eran las 8:40 de la mañana del pasado 26 de octubre, el último día para recibir las solicitudes de las candidaturas presidenciales.

Para ese momento, ya todos los candidatos que cumplen los requisitos de ley estaban inscritos. Pero, fuera del Tribunal, decenas de personas se habían reunido a la espera de un candidato más: el actual presidente Nayib Bukele.

En El Salvador la reelección inmediata está prohibida. El mismo Bukele conoce la norma. En 2013, en una entrevista, reconoció: “La Constitución no permite que una misma persona sea presidente dos veces seguidas; puede ser presidente 80 veces, si quiere, pero no seguidas, entonces, eso es para garantizar que no se mantenga en el poder y que no utilice su poder para quedarse en el poder”.

Pero el 15 de septiembre de 2022 ya anunció que volvería a ser candidato por el partido del que también es fundador, Nuevas Ideas. El último día para presentar las candidaturas, los que habían esperado durante horas fuera del Tribunal la llegada de Bukele, estallaron en vítores al ver acercarse la caravana de camionetas de lujo que acompaña al mandatario. Bukele llegó pasadas las 23:50 de la noche. El Tribunal dio por recibida la petición cuatro minutos antes de que venciera el plazo. “Gracias a todos por venir, realmente tratamos de hacer esto a la hora más tranquila posible”, dijo Bukele por medio un megáfono a las decenas de personas que a esa hora seguían reunidas fuera del Tribunal. Entre los presentes se escuchaba un coro que repetía “cinco más”, en referencia a otro periodo presidencial.

La Constitución de la República de El Salvador contiene seis artículos que prohíben la reelección presidencial continua. El artículo 88 indica que “la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos”. Mientras que en el artículo 154 se especifica: “El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.

Candidatura ilegítima

El mandato de Bukele se ha caracterizado por el cierre de los espacios de transparencia gubernamental y por cometer violaciones a los derechos humanos bajo el argumento de mejorar la seguridad pública. Así, en marzo de 2022, la Asamblea Legislativa, con mayoría del partido de Bukele, aprobó un estado de régimen de excepción que suprimió varios derechos a la población y les dio poder a los cuerpos de seguridad para hacer arrestos masivos.

Esta medida sigue en vigor y ya son más de 70.000 personas detenidas, el 1% de la población. Un reciente informe de Cristosal, la principal organización de defensa de los derechos humanos en el país centroamericano, ha documentado al menos 153 reos muertos bajo custodia del Estado.

En este marco, el Tribunal anunció el 3 de noviembre el aval a la candidatura de Bukele sin hacer ninguna previsión y sin solicitar subsanar ningún aspecto. Lo hizo por medio de la red social X a las 14:04. Tan pronto como se conoció la decisión del ente colegiado, a las 14:19, Bukele compartió con sus más de 5.5 millones de seguidores en X un mensaje en el que destacó que su inscripción había sido aceptada sin votos en contra. “¡Dios con nosotros!”, publicó.

En el centro de las críticas están los magistrados del TSE. Junto a la presidenta Martínez, los otros miembros en este ente son: Luis Guillermo Wellman Carpio, Julio Alfredo Olivo Granadino, Rubén Atilio Meléndez García, Noel Antonio Orellana Orellana. A todos se les han encontrado vínculos con partidos políticos pese a que esto debería ser razón para su inhabilitación.

“Cristosal hace un llamado a las instituciones como el TSE, para que garanticen la transparencia y el cumplimiento de ley en este proceso electoral. Además, reitera la inconstitucionalidad en la búsqueda de la reelección inmediata y denuncia la manipulación de los sistemas electorales a través de reformas legales”, se lee en un comunicado de la organización que vela por la defensa de los derechos humanos, la transparencia y la participación ciudadana.

Antes de que Bukele se inscribiera, el Tribunal recibió otros escritos de representantes del partido político Nuestro tiempo y de dos abogados constitucionalistas, Enrique Anaya y José Marinero, para que no aceptara la solicitud de Bukele por ser inconstitucional. “Una candidatura presidencial ilegítima socava el derecho de los ciudadanos a elecciones limpias, justas y competitivas, teniendo en cuenta que ésta subvierte la oferta electoral y el orden constitucional y democrático del país”, indica la petición suscrita por Anaya y Marinero.

Los abogados también han solicitado la recusación de cuatro de los magistrados del TSE. Consideran que ellos “anticiparon que, con independencia y a pesar de lo dispuesto expresamente en la Constitución, permitirán e inscribirán la candidatura de quien actualmente ejerce la presidencia de la República; postura que han reiterado en declaraciones públicas y en entrevistas, lo que significa que con carácter previo a la decisión de este caso ya anticiparon criterio”. Recusan a todos los miembros menos a Olivo Granadino, quien el 31 de octubre, en rueda de prensa, expresó que sus decisiones en torno a las candidaturas presidenciales estarían ceñidas a la Constitución. Pero el 3 de noviembre el voto del magistrado Olivo no fue en contra, sino una abstención.

Tas conocer la decisión del Tribunal, Anaya expresó que los magistrados no debieron pronunciarse sobre la candidatura de Bukele sin antes abordar la solicitud de recusación de cuatro de sus miembros. Señaló que esto convierte en ilegal la aceptación de la inscripción del mandatario.

Marinero considera que el Tribunal Supremo Electoral es el único recurso institucional que le queda a la ciudadanía para defender lo que demanda la Constitución de la República. Asegura que elevar el caso de la reelección de Bukele a la Sala de lo Constitucional en funciones sería un despropósito considerando que quienes la conforman fueron colocados tras un golpe dado por la Asamblea Legislativa a favor de Bukele el 1 de mayo de 2021 al destituir antes de tiempo a los magistrados legítimos y colocar a los nuevos por su afinidad con el mandatario, sin respetar el debido proceso.

Mensajes ambiguos de la comunidad internacional

Con respecto a las condiciones en las que se está realizando la campaña electoral, Marinero considera que Bukele –al inscribirse– es el único que no respeta las leyes. “El resto de candidatos está ejerciendo su legítimo derecho a participar en la contienda a pesar de la asimetría y de los riesgos que implica ser de oposición, es una manera de expresar que este es su país y su democracia”, dice.

¿Por qué no hay una manifestación masiva de rechazo a la violación de la Constitución de la República? Marinero señala que la aplicación arbitraria del Régimen de Excepción ha logrado imponer miedo entre la población: “Hay mucho desconocimiento, la propaganda del Gobierno ha sido muy efectiva en términos de crear confusión y desinformación”.

A estas peticiones de que se revise y se inhabilite la candidatura a reelección inmediata de Bukele se suma la de 15 colectivos de la diáspora salvadoreña que firman una carta en la que exigen que se tome en cuenta que este candidato no cumple con los requisitos establecidos en la Constitución. Y demandan, además, que se aplique el artículo 75 de la misma que indica que las personas que promueven la reelección pierden sus derechos ciudadanos, entre ellos, el voto. Los colectivos que firman este escrito tienen sede en Estados Unidos, México, Italia y Argentina.

La comunidad internacional con presencia en El Salvador, lejos de una condena, ha brindado mensajes ambiguos en torno al tema. “La decisión de permitir la reelección y quién va a ser el candidato preferido por parte de los salvadoreños es un tema para los salvadoreños. Hay que tener un debate amplio sobre la legalidad y la legitimidad de la elección, pero es un debate para los salvadoreños”, dijo el secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols, en una entrevista.

Y el pasado 27 de octubre, el embajador de la Unión Europea en El Salvador, Francois Roudié, publicó en la red social X lo siguiente: “Con el Presidente Nayib Bukele y el Director Gral. para las Américas Brian Glynn reafirmamos nuestra asociación con El Salvador y Centroamérica, y nuestro interés para continuar cooperando hacia un desarrollo integrador y sostenible en la región”. El mensaje fue acompañado con una foto en uno de los salones de Casa Presidencial.

Después de presentar su solicitud de inscripción, Bukele, megáfono en mano, les dijo a quienes le esperaban reunidos en la calle: “Somos sus amigos, aliados, socios, lo que no podemos ser es sus lacayos. El Salvador está listo para trabajar con toda la comunidad internacional de la mano y estamos listos para cambiar lo que tengamos que cambiar para insertarnos aún más en la comunidad de naciones, pero respetando nuestra soberanía e independencia”. Su público le respondió con un sonoro aplauso.

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