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La desigualdad en la vacunación perjudica la recuperación económica mundial

Una enfermera administra una vacuna contra el coronavirus a una mujer en un centro de Tangerang Selatan, Indonesia.

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La recuperación económica mundial está en riesgo si las vacunas contra la COVID-19 no se fabrican, amplían y distribuyen de forma equitativa, han alertado este jueves el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Escuela de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford.

Las entidades sostienen que la desigualdad en la inmunización tendrá un impacto “duradero y profundo” en la recuperación socioeconómica de los países de ingresos bajos y medios bajos “si no se adoptan medidas urgentes para aumentar el suministro y garantizar un acceso equitativo para todos los países, incluso mediante las donaciones de dosis”.

Según datos difundidos este jueves por las tres entidades, los países de bajos ingresos podrían haber sumado 38.000 millones de dólares a su PIB previsto para 2021 si tuvieran tasas de vacunación similares a las de los países ricos.

“En un momento en el que los países más ricos han pagado billones en estímulos para impulsar las economías debilitadas, ahora es el momento de garantizar que las dosis de vacunas se compartan rápidamente, que se eliminen todas las barreras para aumentar la fabricación de vacunas y que se garantice el apoyo financiero para que las vacunas se distribuyan de forma equitativa y se pueda producir una verdadera recuperación económica mundial”, reza el comunicado.

Las entidades explican que un precio alto por vacunas contra la COVID-19 en relación con otras vacunas y los costes de distribución –incluido el aumento del personal sanitario– podría “suponer una enorme carga” para los sistemas sanitarios frágiles y socavar la inmunización rutinaria y los servicios sanitarios esenciales, “y podría provocar picos alarmantes de sarampión, neumonía y diarrea”. Los países de bajos ingresos, reclaman, necesitan un acceso adecuado a las vacunas a precios sostenibles y un apoyo financiero adecuado.

La enorme brecha en la inmunización global persiste: el 75% de las vacunas se han inyectado en brazos de solo 10 naciones. En las de bajos ingresos, solo el 1% de los ciudadanos han recibido al menos una dosis, en comparación con más de la mitad de las personas en las de altos ingresos, de acuerdo con las últimas cifras de la OMS.

Según el nuevo portal de datos, se prevé que los países más ricos se vacunen más rápido y se recuperen económicamente también más rápido de la COVID-19, mientras que los países más pobres “ni siquiera han podido vacunar a sus trabajadores sanitarios y a la población de mayor riesgo”, y es posible que no alcancen los niveles de crecimiento anteriores a la COVID-19 hasta 2024.

Mientras tanto, recuerdan, algunos países han vuelto a imponer medidas estrictas, en medio de la propagación de nuevas variantes como delta, lo que está “empeorando aún más el impacto social, económico y sanitario, especialmente para las personas más vulnerables y marginadas”. La desigualdad en las vacunas, advierten, amenaza a todos los países y corre el riesgo de revertir los avances hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los datos se basan en las cifras de múltiples entidades, entre ellas el FMI, el Banco Mundial, UNICEF y Gavi, y en el análisis de las tasas de crecimiento del PIB per cápita del World Economic Outlook.

“La inequidad en materia de vacunas es el mayor obstáculo del mundo para poner fin a esta pandemia y recuperarse de la COVID-19”, dice Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Desde el punto de vista económico, epidemiológico y moral, lo mejor para todos los países es utilizar los últimos datos disponibles para poner a disposición de todos las vacunas que salvan vidas”.

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