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El Gobierno de Lula elimina las trabas de Bolsonaro al aborto, que intentó incluir el latido fetal

Una mujer sostiene un cartel a favor del aborto legal durante la movilización para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en Brasilia (Brasil).

EFE

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El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha revocado este lunes una normativa dictada por la administración del ultraderechista Jair Bolsonaro que inhibía el acceso al aborto en Brasil incluso en los casos amparados por la ley.

El Ministerio de Salud ha derogado la medida, en vigor desde septiembre de 2020, que obligaba a los médicos y a los hospitales a notificar a la policía que iban a realizar un aborto a una posible víctima de violación, según ha publicado en el Diario Oficial.

En Brasil, el aborto solo está permitido por ley en los casos de violación, cuando la vida de la madre está en peligro o cuando el feto presenta anencefalia.

Sin embargo, en septiembre de 2020, el entonces ministro de Salud, el general del Ejército Eduardo Pazuello, publicó esa normativa que, en la práctica, sumaba burocracias y complicaba la interrupción voluntaria del embarazo fruto de una violación.

Una de esas nuevas directrices establecía que los médicos debían avisar del procedimiento a la “autoridad policial responsable”, algo que muchas veces las víctimas evitan por temor a represalias.

El texto levantó en su día una enorme polémica, con condenas de líderes políticos y organizaciones internacionales de derechos humanos, y acabó siendo contestado en el Tribunal Supremo, que rebajó parcialmente su alcance.

Ello porque también determinaba que, antes de efectuar el aborto, debía ofrecerse a la gestante la posibilidad de ver al embrión o al feto a través de una ecografía, lo que fue anulado posteriormente por el alto tribunal.

Lula en contra del aborto

El Ministerio de Salud, bajo la gestión de Bolsonaro, publicó esa medida unas pocas semanas después del caso de una niña de 10 años que quedó embarazada tras ser violada sistemáticamente por un familiar y cuya familia se enfrentó a dificultades para abortar a pesar de estar garantizado por ley.

El Gobierno de Bolsonaro, que dejó el poder el pasado 1 de enero, cuando le sucedió Lula, siempre se declaró “a favor de la vida desde la concepción” e incluso algunos de sus aliados en el Parlamento impulsaron proyectos para limitar todavía más el aborto.

Lula dijo en la campaña para las elecciones de octubre, que ganó por un estrecho margen sobre Bolsonaro, que es “personalmente contrario el aborto”, pero que durante su mandato no abordaría el asunto, que considera competencia del Congreso. 

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