La ONU sopesa posponer la Conferencia Nacional por la violencia en Trípolí

La misión de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) sopesa la posibilidad de posponer la Conferencia Nacional que tenía previsto celebrar los próximos días, ante la escalada de la violencia en Trípoli, informó a Efe una fuente diplomática.

Según la fuente, la misión de la ONU ya ha completado la retirada a Túnez de todo el personal desplazado en Libia, excepto un pequeño grupo de seguridad.

La retirada coincide con un recrudecimiento de la ofensiva lanzada el jueves pasado por el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la capital, en un claro mensaje a la comunidad internacional.

Aviones de combate al mando del controvertido mariscal redoblaron hoy su ataque contra el aeropuerto internacional de Trípoli, en desuso desde hace años, y contra la base militar de Maitiga, único aeródromo en funcionamiento en la capital.

Fuentes de seguridad dijeron a Efe que los bombardeos han obligado a interrumpir el tráfico aéreo en Maitiga y han desviado todos los vuelos a la ciudad-estado de Misrata, que ha enviado tropas en ayuda del Gobierno impuesto por la ONU en Trípoli.

Los bombardeos, que han causado un número indeterminado se víctimas, se combinaron con una ofensiva terrestre en las localidades Wadi Rabie y Kasr Ben Ghachir, próximas al aeropuerto internacional, explicó a Efe una fuente militar..

“Las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, impuesto por la ONU en la capital) mantienen el control del aeropuerto de Trípoli”, aseguró la fuente.

Fuentes médicas indicaron a Efe que al menos una treintena de cadáveres han llegado a la morgue del principal hospital de la ciudad desde que el pasado jueves Hafter ordenara emprender la conquista de la capital.

A pesar de la espiral de violencia, el enviado especial de la ONU a Libia, Ghasama Saleme, aseguró el sábado que la UNSMIL seguía comprometida a celebrar la Conferencia Nacional, prevista para el 14 de abril en la ciudad fronteriza de Ghadamés.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar el Gadafi.

En la actualidad tiene dos focos de poder: uno gobierno impuesto por la ONU y sostenido por la Unión Europea en Trípoli, y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk, bajo la tutela de Hafter.

Del caos se benefician decenas de milicias y grupos mafiosos dedicados al contrabando de armas, personas y combustible que se han convertido en el verdadero motor de un estado con una economía destruida.