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La rebelión de Trump contra los lavavajillas y las cisternas: “¡No sale agua!”

Trump.

Icíar Gutiérrez

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Mientras sus futuros rivales demócratas debatían en televisión sobre la presencia de tropas en Oriente Medio, Donald Trump se subía a un escenario en Milwaukee y se ponía a hablar ante miles de personas de lavavajillas y la presión de la ducha.

El presidente estadounidense anunció que está a punto de “aprobar nuevos lavaplatos” que “echan más agua para que puedas lavar y enjuagar tus platos, ¡sin tener que hacerlo 10 veces!”. El público empieza a aplaudir entre risas. “Cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve....”, sigue Trump apretando un botón imaginario con la mano. 

La escena puede verse en este vídeo, que también demuestra que no es la primera vez que Trump se preocupa por la presión del agua. 

El día en que la Cámara de Representantes votó a favor del impeachment, el pasado diciembre, el presidente se dedicó a recordar con nostalgia los antiguos lavaplatos que usaban más energía y agua. “¡Boom! Era como una explosión. Cinco minutos después lo abrías, el vapor salía (...). Ahora lo aprietas 12 veces. Te dan cuatro gotas de agua”. El mandatario no lo sabe por experiencia propia. “Me lo cuentan las mujeres”, matizó. 

Antes, el presidente también destinó unos segundos de su discurso en Milwaukee a las bombillas de bajo consumo o LED. “Cuestan cinco veces más y hacen que se te vea naranja”, bromeó. Tampoco era una novedad.

“¡No sale agua!”, insistió en otra de las partes de su discurso. El presidente aludió a los retretes, aunque no repitió que ahora había que tirar de la cisterna “10, 15 veces”, como dijo en diciembre. Sí se refirió a los lavabos y las duchas. “Te metes en la ducha, abres el agua. Gotea, gotea, gotea (...) es el filtro (...) nos estamos deshaciendo de los filtros restrictores para que tengáis un chorro completo”, indicó después de asegurar que necesita “mucha agua” para lavar “esta hermosa cabellera”.

Cada comentario jocoso de Trump provoca las risas de la audiencia, pero el chascarrillo está cargado de trasfondo político y tienen en la diana un objetivo concreto: los estándares de ahorro de agua y eficiencia energética –supervisados por el Departamento de Energía– que afectan a la iluminación y los electrodomésticos, una medida que los expertos consideran útil para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas al cambio climático. 

Pasos para revocar las regulaciones medioambientales

“Las afirmaciones de Trump sobre que la gente tiene que tirar de la cadena 10 o 15 veces, hacer funcionar sus lavaplatos 10 o 12 veces o que las bombillas de luz LED hacen parecer anaranjado son ridículas”, afirma a eldiario.es Noah Horowitz, director del centro de estándares de eficiencia Energética del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), ONG medioambiental con sede en EEUU. 

A pesar de que el líder republicano está utilizando estos ejemplos para hacer campaña contra los demócratas, los medios estadounidenses explican que este tipo de regulaciones sobre el flujo de agua o la iluminación son anteriores a la era Obama y se han aplicado bajo varios Gobiernos. “Lo que es especialmente desconcertante es que se están haciendo comentarios sobre productos comunes para el hogar que han visto importantes mejoras en el ahorro de energía (y dinero) que se remontan a décadas de acción gubernamental”, agrega Horowitz. 

Por ejemplo, el uso de inodoros de bajo consumo se remonta a la década de los noventa, después de que el presidente George H .W. Bush firmara la Ley de Política Energética (1994). Hoy en día, según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), los retretes –“la principal fuente de uso de agua” en los hogares estadounidense, de acuerdo con el organismo gubernamental– consumen un 20% del agua que emplean los WC “antiguos e ineficientes”. El estándar federal actual es de unos seis litros por descarga. 

No obstante, Trump no se ha quedado en las palabras y ya ha dado pasos para tomar medidas que revierten las regulaciones medioambientales. En diciembre, anunció que había ordenado revisar los estándares que se aplican a las instalaciones de baño. Igualmente, el Departamento de Energía ha decidido no elevar los criterios para las bombillas incadescentes tradicionales, que requieren más energía y ha revocado una regulación de la administración Obama que casi habría duplicado el número de bombillas sujetas a estándares de eficiencia energética a partir de este enero. Asimismo, está intentando crear una categoría de producto que permitiría que algunos lavavajillas estén exentos de los estándares de eficiencia energética.

“Bajo la administración de Trump, las agencias federales de Estados Unidos han retrocedido, bloqueado, relajado o no han presentado regulaciones ambientales”, indica Horowitz. “Nosotros hemos demandado al Departamento de Energía porque es un retroceso ilegal. Nuestras leyes prohíben retroceder en los estándares de eficiencia energética”, apuntala el responsable de la organización.

Preguntado sobre si considera que el presidente estadounidense ha puesto en marcha un proceso de reversión de la normativa medioambiental, Horowitz es tajante: “Sin ninguna duda, lo ha habido”. De hecho, algunos medios estadounidenses identifican estos retrocesos como una de las principales tendencias y prioridades del Gobierno de Trump. En colaboración con las universidades de Harvard y Columbia, The New York TimesThe New York Times ha identificado más de 90 normativas y regulaciones que están retrocediendo bajo su mandato: 58 de ellas ya se han completado y otras 37 están en proceso. Una de las más simbólicas es la salida del Acuerdo de París que pretende luchar contra el cambio climático. 

El responsable del NRDC detalla que en los últimos tres años han presentado más de 100 demandas contra las medidas “antiambientales” del Gobierno de Trump y explica que, de los más de 60 casos que se han resuelto, han ganado “la gran mayoría”. “Estas victorias representan protecciones más fuertes contra los químicos dañinos, la conservación de nuestros océanos, menos emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, menos desperdicio de energía en nuestros hogares y nuevas oportunidades de supervivencia para las especies en peligro de extinción”, sostiene.

'Make dishwashers great again' 

El discurso de Trump entronca con aspiraciones históricas de sectores conservadores que durante décadas han tenido en su punto de mira las regulaciones sobre energía, como subraya la prensa estadounidense. 

El pasado septiembre, un grupo llamado FreedomWorks promovió una petición en Internet para reclamar que suavizaran los estándares que se aplican a los lavaplatos. “Los lavavajillas solían limpiar una carga completa de platos sucios en menos de una hora. ¡Pero ahora toman un promedio de dos horas y media y todavía dejan los platos sucios!”, se leía en la petición, de la que informó The New York Times, tenía por título un juego de palabras con el lema más popular del presidente, 'Make dishwashers great again', algo así como “Recuperemos la grandeza de los lavavajillas”. Según explicó el diario estadounidense, la acción era parte de una amplia campaña coordinada por organizaciones conservadoras vinculadas a compañías de combustibles fósiles. 

Trump ha decidido que la forma en la que los estadounidenses friegan los platos o tiran de la cadena sea uno de los elementos de su campaña contra los demócratas. Al centrarse en este tipo de temas, apela directamente a un segmento concreto de votantes, recuerda The Washington Post citando las palabras de Doug Heye, estratega republicano. “Para su base, especialmente, es algo que es tangible, que es táctil y que gusta a los votantes. También toca amplios temas como la libertad y la invasión del Gobierno en la vida diaria de la gente”, sentencia.

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VÍDEO: Nando Ochando. 

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