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Rusia 'bromea' con no traer de vuelta a la Tierra a un astronauta estadounidense de la Estación Espacial Internacional

Los cosmonautas Anton Shkaplerov (a la izquierda) y Pyotr Dubrov (a la derecha) se enfundan en sus trajes espaciales con la ayuda del astronauta de la NASA Mark Vande Hei (detrás) el pasado mes de enero

Toño Fraguas

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No está el mundo para bromas ni dobles sentidos. Un vídeo de Roscosmos, la agencia rusa del espacio, ha causado una oleada de malestar entre la comunidad aeroespacial. En el montaje se ve a los dos cosmonautas de la Estación Espacial Internacional (ISS en sus siglas inglesas) desacoplando su módulo y dejando atrás al ingeniero estadounidense Mark Vande Hei, mientras de fondo suena la canción 'Proshchay' ('Adiós', en ruso).

Lo que puede parecer una broma de mal gusto pierde del todo la gracia porque el próximo día 30 está previsto el regreso en una nave Soyuz rusa de Vande Hei y de los dos cosmonautas, el comandante Anton Shkaplerov y el ingeniero Pyotr Dubrov. Esa nave debe además caer en Kazajistán, y toda la operación de recogida de los astronautas está coordinada por Rusia.

El director de Roscosmos, Dmitry Rogozin, quiso quitarle hierro a la 'broma' y tachó de “histéricos” a los medios de comunicación occidentales por extraer del video la conclusión de que Vande Hei iba a ser dejado atrás.

El vídeo, elaborado por Roscosmos y difundido hace días por la agencia estatal de noticias rusa RIA Novosti, llega en un momento singularmente delicado a bordo de la ISS. En la Estación Espacial ahora mismo hay siete astronautas: los dos rusos citados, un europeo y cuatro estadounidenses. El secretismo sobre la vida cotidiana a bordo es casi absoluto. El comandante Shakplerov, antes un locuaz tuitero, lleva una decena de días sin enviar ningún mensaje en esa red social.

El cuaderno de bitácora que mantiene la NASA da cuenta a diario de la actividad de los astronautas y, por lo que relata, los rusos permanecen en su sector de la nave siguiendo su rutina de experimentos científicos y sin interactuar en persona con los demás.

Esos siete astronautas forman la llamada Expedición 66. Este viernes está previsto que comience el relevo del contingente, con el despegue desde Baikonur –si el tiempo lo permite– de una nave Soyuz con los tres primeros cosmonautas que ya forman parte de la siguiente expedición, la 67.

Los tres nuevos cosmonautas –seleccionados en mayo de 2021– son los que deben dar el relevo a los dos rusos y a Vande Hei, quien va camino de convertirse en el estadounidense que más días ha pasado en el espacio. El día 30 los tres deberían regresar a la Tierra.

El cabreo de Scott Kelly

A ras de suelo, la controversia ha caído en el infantilismo. Quien hasta ahora ostenta en Estados Unidos la marca de permanencia en el espacio, el astronauta Scott Kelly –que pasó más de 340 días a bordo de la ISS entre 2015 y 2016– mostró su indignación por el vídeo ruso.

Kelly interpeló a través de Twitter a Rogozin, muy activo en esa red social donde acostumbra a subir vídeos que considera graciosos y a trolear a usuarios que no comparten sus puntos de vista. “¡Quítate, imbécil! Si no, la muerte de la ISS recaerá sobre tu conciencia”, llegó a responder Rogozin a Kelly en un mensaje que luego borró para después bloquear al estadounidense.

Es simplemente inimaginable que el programa espacial ruso deje atrás a una persona en el espacio de la que son responsables de traer a casa

Scott Kelly Astronauta retirado de la NASA

“Si va a actuar como un niño, entonces voy a tratarlo como tal”, declaró más tarde Kelly a la CNN: “Es simplemente inimaginable que el programa espacial ruso deje atrás a una persona en el espacio de la que son responsables de traer a casa. No puedo ni imaginarlo”. 

Otro astronauta estadounidense, Garrett Reisman, también ha cargado contra Rogozin en redes sociales: “Siempre ha sido un tonto. Solo que ahora hiere mortalmente a Roscosmos y acaba con una de las pocas fuentes de divisas que quedan para Rusia. Tenga esto en cuenta cuando su cajero automático esté vacío, pronto necesitará un trampolín”.

Las tareas a bordo de la ISS están muy repartidas. Mientras Rusia se encarga de recolocar la Estación en órbita y de traer y llevar astronautas y material mediante las naves Soyuz; Estados Unidos suministra electricidad y otro tipo de apoyo material.

El pasado 24 de febrero el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció sanciones contra Rusia que “degradarían su industria aeronáutica, incluido su programa espacial”. Ante estas medidas, Rusia comenzó a retirar personal de instalaciones mixtas y a restringir su cooperación material con la NASA y con la Agencia Europea del Espacio.

Para solventar la dependencia de Rusia en cuanto al transporte de astronautas, la NASA ha destinado casi 3.500 millones de dólares para ampliar las misiones de transporte de la empresa privada SpaceX, que desde 2020 ha prestado ese servicio en alguna ocasión.

Durante todos estos años la ISS ha cumplido una misión más allá de lo científico: demostrar que los enemigos acérrimos en el pasado pueden cooperar en aras de la Humanidad. La invasión de Ucrania por parte de Rusia –además de causar miles de muertos, de dolor y de pérdidas económicas– está poniendo en peligro esa metáfora pacifista que, hasta ahora, ha sido la Estación Espacial Internacional.

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