Los escorpiones en Brasil se adaptan a la vida urbana y cada vez matan a más personas
En medio de un aumento de muertes y picaduras de escorpiones en Brasil, los especialistas advierten del creciente peligro de estos fuertes arácnidos, que están proliferando en los centros urbanos del país.
En los últimos cuatro años, el número de muertes por picaduras de escorpión registradas por el sistema público de sanidad de Brasil se ha más que duplicado, pasando de 70 en 2013 a 184 en 2017. Los casos de picaduras de escorpión han pasado de 37.000 en 2007 a 126.000 el año pasado.
La muerte la semana pasada de una niña de cuatro años en el Estado de São Paulo ha reforzado la preocupación de que muchos pueblos pequeños no tienen el antídoto para tratar las picaduras.
En Brasil hay cuatro peligrosas especies de escorpión, pero el escorpión amarillo, o Tityus Serrulatus, es especialmente mortífero. Esta especie se ha adaptado de su hábitat tradicional en la sabana al alcantarillado, la basura y los escombros de zonas urbanas.
“Con la deforestación y el aumento de los centros urbanos, el escorpión está aumentando su presencia”, explica Rogério Bertani, un investigador científico y especialista en escorpiones en el Instituto Butantan, un instituto público de investigación de São Paulo. “El contacto con los seres humanos es muy grande. Personalmente creo que la tendencia irá a peor”, añade.
El escorpión amarillo es partenogenético, lo que significa que la hembra puede reproducirse sin ser fecundada por machos, y come insectos como cucarachas. “Estos escorpiones tienen un metabolismo bajo y pueden vivir varios meses sin alimentarse”, explica Bertani.
Los niños pequeños son especialmente vulnerables. Esta semana, Yasmin de Campos, de cuatro años, murió tras ser picada por un escorpión en Calabria Paulista, en el interior de São Paulo, según el periódico Estado de S. Paulo.
La niña fue traslada al hospital en Duartina, a 10 kilómetros de distancia, pero no tenían el antídoto necesario y no fue tratada hasta tres horas más tarde, después de ser trasladada a otro hospital a 50 kilómetros, en Bautu. Para entonces era demasiado tarde. Una recepcionista en el hospital de Duartina dijo que no tenía el antídoto.
José Brites Neto, veterinario, lidera un equipo de cuatro hombres especializado en escorpiones en Americana, una ciudad del Estado de São Paulo, que ha capturado 8.000 escorpiones este año utilizando luz ultravioleta y cazando de noche.
Brites Neto afirma que el escorpión amarillo se ha extendido por el alcantarillado y los desagües por la abundancia de cucarachas. “Esta especie es dominante, colonizadora y muy adaptable”, explica.
Una portavoz del Ministerio de Sanidad afirma que el antídoto se envía a autoridades sanitarias de los estados que a su vez lo distribuyen por los pueblos.
“La muerte por la picadura de escorpión se asocia con más fuerza a los niños y al envenenamiento por el Tityus Serrulatus”, afirma. “Los casos más suaves en los que no se necesita antídoto representan el 87%”, añade.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti