Los testigos del bombardeo israelí de una concurrida cafetería de playa en la ciudad de Gaza han descrito a The Guardian el resultado de la matanza, que dejó este lunes al menos 24 muertos y muchos más heridos.
El café de Al-Baqa, próximo al puerto de la ciudad de Gaza, la más poblada de la Franja, estaba casi lleno a primera de la tarde de ayer cuando recibió el impacto de un misil. El resultado fue una carnicería que destruyó la relativa calma que reinaba en el lugar.
Entre los muertos —muchos de ellos mujeres, niños, y personas mayores— estaban el fotoperiodista palestino Ismail Abu Hatab y el artista Frans al-Salmi, cuya obra se ha expuesto internacionalmente.
La Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), dijeron el martes que estaban comprobando lo sucedido en el ataque, que según su versión golpeó a “varios terroristas de Hamás en el norte de la Franja de Gaza”.
Abu al-Nur, de 60 años, dijo que había salido del café para ir a comer y estaba volviendo cuando se produjo el ataque. “El misil impactó cuando estaba cerca. Voló metralla por todas partes y el lugar se llenó de humo y olor a pólvora. No se veía nada. Corrí al café y vi que estaba destruido. Al entrar vi los cuerpos en el suelo. Todos los trabajadores estaban muertos”, relató.
El testigo señaló que en el establecimiento había familia con niños pequeños. “¿Por qué los atacaron? Era un sitio al que la gente venía en busca de algo de alivio a las tribulaciones de la vida”, criticó.
El café y el restaurante habían sobrevivido hasta ese momento a 20 meses de guerra y suponía un respiro para la inmisericorde violencia del conflicto.
“Es un sitio que siempre tiene mucha gente. Da bebidas, espacio para las familias y acceso a Internet”, explica Ahmad al-Nayrab, de 26 años, que paseaba por la playa aledaña cuando oyó una fuerte explosión.
“Fue una masacre”, contó a AFP. “Vi trozos de cuerpos volando por todas partes, cuerpos machados y quemados. Era una escena espeluznante, todo el mundo gritaba”, añadió.
Adam, de 21 años, trabajaba en las proximidades, alquilando sillas y mesas en el paseo. “Cuando se produjo el ataque nos tiraron al suelo y la metralla empezó a caernos encima. Cuando llegué al lugar, la escena era inimaginable. Conocía a todos los trabajadores del sitio, tenían clientes de todas las edades”, declaró a The Guardian.
Otros testigos contaron que habían visto a un niño de cuatro años muerto, un hombre mayor con las dos piernas amputadas y a otros heridos graves. Las fotografías de la carnicería mostraban charcos de sangre y vísceras entre las columnas de cemento y el techo, reventado. También se apreciaba un cráter hondo, lo que da idea de la potencia del proyectil empleado por Israel.
El portavoz de las IDF alegó que “antes del ataque se dieron pasos para mitigar el riesgo de herir a civiles con vigilancia aérea”.
Otros dos ataques en la ciudad de Gaza mataron a 15 personas, según el hospital al-Shifa, que recibió a las víctimas. También circularon informaciones de testigos, hospitales y el ministerio de Sanidad de Gaza que apuntan a que los soldados israelís mataron a otras 11 personas que buscaban comida en el sur de la Franja.
Israel ha redoblado su ofensiva contra Gaza en los últimos días con múltiples oleadas de bombardeos y “órdenes de evacuación” que han obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus chabolas en amplias zonas del norte del devastado enclave.
Las órdenes avisaban de que se producirían ataques en breve y emplazaban a los palestinos a desplazarse a las abarrotadas zonas costeras del sur de la Franja, donde hay pocas instalaciones y el agua escasea. En torno al 80% del territorio está incluido en zonas sobre las que pesan estas órdenes o están controladas por las fuerzas israelíes.
El ejército hebreo ha indicado que planea entrar en núcleo de la ciudad de Gaza, el área más densamente poblada de la Franja, para luchar contra los militantes de Hamás que haya allí.
La guerra empezó cuando militantes liderados por Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. Mataron a unas 1.200 personas, la mayoría civiles, y se llevaron consigo a Gaza a unos 250 rehenes.
La subsiguiente ofensiva militar israelí ha matado a más de 56.500 palestinos, la mayoría civiles, y desplazado a la práctica totalidad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, al tiempo que ha reducido a escombros gran parte del territorio.