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Organizaciones de derechos humanos condenan la venta de armas británicas a Arabia Saudí

Los bombardeos en Yemen han desplazado a 120.000 personas, según la ONU

The Guardian

Owen Bowcott —

Más de 1.000 millones de libras (unos 1.400 millones de euros) en bombas, misiles y cohetes se vendieron a Arabia Saudí con la autorización del Gobierno británico durante el pasado verano, según organizaciones de derechos humanos. Este incremento extraordinario de las ventas, que coincidió con un aumento de los ataques aéreos contra los rebeldes huzíes de Yemen por parte de una coalición liderada por Arabia Saudí, ha sido condenado por Saferworld, que lucha contra la venta de armas a regímenes represivos.

El mes pasado, Saferworld y Amnistía Internacional encargaron un informe jurídico al profesor Philippe Sands y a otros abogados, que concluyeron que las ventas de armas británicas a Riad, en el contexto de su intervención militar y ofensiva de bombardeos en Yemen, incumplen la legislación nacional, europea e internacional.

Las ventas de armas británicas en el trimestre de julio a septiembre de 2015 en la categoría de exportaciones –que incluye misiles, cohetes y bombas– ascendieron a 1.066.216.510 libras, según documentos del Ministerio de Economía británico. Se vendieron bajo cinco licencias diferentes. En el trimestre anterior, las ventas a Arabia Saudí en la misma categoría de municiones supusieron solo 9 millones de libras (unos 12 millones de euros).

Saferworld ha condenado ese extraordinario incremento. “Todas esas armas son para uso final de la Fuerza Aérea, con componentes para misiles aire-superficie con fines de entrenamiento”, ha afirmado un portavoz de Saferworld. “Al día siguiente de que el primer ministro (David Cameron) asegurara estar 'tratando de promover un proceso político en Yemen' y declarara que 'no hay una solución militar para Yemen', las cifras oficiales revelaban que solo en el trimestre de julio a septiembre el Gobierno aprobó la venta de más de 1.000 millones de libras en bombas para uso de la Real Fuerza Aérea Saudí”, ha explicado.

“Se trata de la misma Fuerza Aérea que ha bombardeado hospitales, escuelas, mercados, graneros, puertos y un campamento de personas desplazadas y ha ayudado a convertir Yemen en una pesadilla viviente”, ha criticado. Ha resaltado que las ventas “se multiplicaron por 100” respecto a las del trimestre anterior.

El director de políticas de Amnistía Internacional en Reino Unido, Allan Hogarth, dice: “Estas cifras son profundamente preocupantes. Muestran que Reino Unido siguió enviando enormes cantidades de armamento a Arabia Saudí a pesar de las pruebas aplastantes de que la máquina de guerra saudí estaba devastando hogares, escuelas y hospitales yemeníes”. “Mientras las autoridades estaban aprobando estas ventas, cientos –posiblemente, miles– de civiles yemeníes estaban muriendo en una aterradora lluvia de ataques saudíes indiscriminados en el país”, ha lamentado.

“La legislación es cristalina: cualquier ataque saudí, deliberado o no, que no proteja adecuadamente a los civiles es una violación del derecho internacional. Y nuestras obligaciones son igualmente claras: como gran proveedor de armamento para Arabia Saudí, Reino Unido tiene la obligación legal de suspender las exportaciones de armas”, ha manifestado.

Hogarth apunta: “Por el momento, a pesar de las evasivas de los ministros, lo cierto es que estamos vendiendo armas a los saudíes con pleno conocimiento del riesgo grave de que sean usadas para matar a civiles yemeníes”. “En lugar de hacer la vista gorda con el comportamiento de Riad en Yemen, el Gobierno debería suspender inmediatamente la licencia de exportación de cualquier nuevo envío de armas destinado a Arabia Saudí. También debería permitir una investigación completa de las acusaciones de graves incumplimientos del derecho internacional humanitario en Yemen por parte de Arabia Saudí”, ha pedido.

Amnistía ha señalado que en el trimestre anterior, del 1 de abril al 30 de junio, Reino Unido autorizó exportaciones de armas a Riad por valor de más de 1.700 millones de libras (unos 2.200 millones de euros), la amplia mayoría de las cuales se destinaron al avión de combate Typhoon y a sus repuestos y bombas. Los expertos en armas creen que las licencias de bombas del tercer trimestre indican una reposición de municiones tras un uso a gran escala del armamento en el conflicto yemení.

Un portavoz del Gobierno ha explicado: “Tenemos uno de los regímenes de control de exportación de armas más rigurosos y transparentes del mundo. Cada solicitud de licencia se evalúa caso por caso, teniendo en cuenta toda la información relevante, para asegurar el cumplimiento de nuestras obligaciones legales. No se concede ninguna licencia si no cumple esos requisitos”. “A menudo manifestamos a la coalición liderada por Riad y a los huzíes la necesidad de cumplir con el derecho internacional humanitario en Yemen. Supervisamos la situación cuidadosamente y hemos ofrecido a las autoridades saudíes asesoramiento y formación en ese ámbito”, ha continuado.

En respuesta al informe jurídico que le hicieron llegar Saferworld y Amnistía el mes pasado, el Ejecutivo británico insistió en que no estaba participando en la campaña militar de Yemen. “El Gobierno se toma muy en serio sus responsabilidades en la exportación de armas y tiene uno de los regímenes de control de exportación de armas más sólidos del mundo”, declaró un portavoz en aquel momento. “Examinamos cada solicitud rigurosamente caso por caso según los criterios de licencias de exportación de armas consolidados en el ámbito nacional y en el de la Unión Europea. Los riesgos de abusos de derechos humanos son una parte fundamental de nuestras evaluaciones”, incidió.

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