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The Guardian en español

¿Eres una persona soltera? Este barrio de Bruselas quiere acabar con las desventajas de serlo

Una mujer monta en bicicleta junto al parque de Woluwe, uno de los pulmones verdes de Bruselas.

Ashifa Kassam

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Carla Dejonghe ha pasado gran parte de la última década tratando de llamar la atención sobre las desventajas a las que se enfrentan las personas solteras, como mayores gastos domésticos o la presunción de disponibilidad para trabajar durante las tardes y en fines de semana.

En las últimas semanas, esta concejal belga ha decidido tomar cartas en el asunto convirtiendo a la comuna (una suerte de junta municipal de distrito) de Bruselas de Woluwe-Saint-Pierre en la primera del país, tal vez también de Europa, que hace que los políticos tengan en cuenta el impacto que tienen sus medidas en las personas que viven solas.

“Es un hito”, dice Dejonghe, cuya comuna está en las afueras de Bruselas. “Es la primera vez que una comuna se compromete a tener en cuenta la perspectiva de los solteros a la hora de examinar sus políticas”.

La penalización de la soltería

La esperanza de Dejonghe es corregir el que durante mucho tiempo ha sido un punto ciego de la elaboración de políticas. “Nadie ha pensado en eso”, dice. “De hecho, nadie es consciente de que este grupo es tan enorme”. El suyo es uno de los hogares unipersonales de Bélgica, que suponen el 36% del total.

En poco más de una década, el número de hogares formados por un solo adulto, con o sin hijos, se ha disparado en un 30% en la Unión Europea (UE). Casi 72 millones de personas vivían solas en territorio comunitario en 2022.

Aunque según Eurostat es la categoría de hogar más común en el bloque, ha sido sistemáticamente ignorada por los políticos. En opinión de Dejonghe, se debe a la enorme diversidad que engloba el grupo. “Cuando se habla de vivir solo, todo el mundo piensa en [la serie de TV] Sexo en Nueva York, pero no es eso”, explica, citando entre los integrantes de todas las edades del grupo a trabajadores migrantes, miembros del clero, personas viudas y divorciadas.

En los últimos años se viene hablando de la llamada “penalización de la soltería”, en referencia a los gastos extra que deben afrontar las personas que no tienen a nadie para compartir el alquiler, la luz, el wifi y las suscripciones de televisión. En Reino Unido, una empresa de servicios financieros sugirió hace poco que esos costes extra podían elevarse a más de 10.000 libras al año (unos 11.725 euros), un número que es aún mayor cuando se tienen en cuenta las exenciones fiscales específicas para las personas casadas o parejas de hecho.

Las medidas

A finales de enero, el ayuntamiento de Woluwe-Saint-Pierre aprobó por unanimidad el borrador de estatuto redactado por Dejonghe, que lo califica como una novedad para Bélgica y Europa. El texto subraya el objetivo de garantizar que las familias con una fuente de ingresos única reciban el mismo trato que las demás: “Como responsables políticos, nos interesa dejar de pensar con la perspectiva de la familia tradicional como norma, y tratar de adoptar medidas que sean neutrales con relación a las condiciones de vida”.

Entre las medidas que se incluyen figuran incentivar la creación de espacios comunes en los nuevos proyectos de viviendas para facilitar la interacción social. También, modificar las invitaciones municipales especificando que los invitados pueden ir con un “más uno” en vez de con una pareja.

El ayuntamiento también intentará que las actividades que organiza sean accesibles. “En cosas como las clases de tango, [siempre] tienen que ser dos personas”, dice Dejonghe como ejemplo. El objetivo, asegura, es que las clases también sean asequibles para las personas que viven con un solo ingreso.

El estatuto también se compromete a promover prácticas favorables a las personas solteras en el sector hostelero local, como que los restaurantes tengan mesas comunitarias o más variedad de vinos de calidad cuando se pide por copas.

También se incentivará que los centros de trabajo reconsideren la práctica extendida de recurrir a las personas que viven solas cada vez que necesitan que alguien haga horas extras. “Son cosas sencillas”, dice Dejonghe. “No cuestan mucho dinero, y son muy lógicas”.

Respuesta positiva

La respuesta al estatuto ha sido abrumadoramente positiva hasta el momento, dice Dejonghe, con varios concejales de otras comunas manifestando interés por adoptar medidas similares.

Dejonghe, que también es diputada en el Parlamento belga, cree que no ha recibido ninguna reacción negativa por el momento debido al cuidado que puso en dejar claro que el estatuto no pretende de ninguna manera restar importancia a las familias tradicionales. “Es una cuestión de igualdad”, dice. “Todo el mundo tiene que ser consciente de dos cosas: si algo es bueno para una persona que vive sola, es bueno para todas. En segundo lugar, lo quieras o no, en algún momento de tu vida vas a estar solo”.

En su opinión, el estatuto es un primer paso para afrontar esta realidad. “Nuestra sociedad ha evolucionado pero nuestras políticas no”, dice. “Son pasos pequeños, pero por algún sitio tenemos que empezar”.

Traducción de Francisco de Zárate.

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