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ANÁLISIS

Putin, Trump y por qué Europa habla de defensa

Fotografía de archivo de un tanque Leopard 2, de fabricación alemana.

Lili Bayer

Bruselas —

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En un contexto de una grave escasez de armamento en Ucrania y crecientes dudas sobre el apoyo de Estados Unidos en un futuro, Europa se apresura a evitar el “juego de acusaciones” en materia de defensa mientras se pregunta cómo aumentar la producción armamentística.

Mientras Ucrania se adentra en el tercer año de guerra con Rusia y planea la duda sobre qué compromiso tendrá Washington con los miembros europeos de la OTAN, políticos, diplomáticos y expertos coinciden en que Europa debe hacer un mayor esfuerzo en materia de defensa. El tenso asunto figuró en el orden del día de la reunión de este lunes de una veintena de líderes europeos en París, donde coincidieron en avanzar hacia “una economía de guerra”. El presidente francés, Emmanuel Macron, no excluyó incluso el envío de tropas si fuera necesario para lograr ese objetivo, unas palabras que han levantado ampollas entre los aliados europeos, que han rechazado esta posibilidad.

Aunque muchos países europeos han aumentado su gasto en defensa, sigue sin estar claro hasta qué punto existe voluntad política en las capitales para ir más allá, y qué objetivo es realmente realista para países que durante décadas han confiado en que Estados Unidos velará por su seguridad. “Ahora mismo, ¿tiene Europa capacidad para llenar el vacío que pueda dejar Estados Unidos? La respuesta es no. Europa lo sabe, la industria europea lo sabe, Putin también lo sabe”, ha dicho Jim Townsend, exsubsecretario de Defensa Adjunto para Europa y la OTAN.

En los círculos europeos de políticas de defensa hay división de opiniones sobre lo que cabe esperar tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos del próximo noviembre, particularmente teniendo en cuenta las declaraciones de Donald Trump, que ha dicho recientemente que, si es reelegido, no defendería a los aliados de la OTAN que no cumplan con sus objetivos de gasto en defensa.

Preguntado por el grado de preocupación de los responsables políticos europeos por el impacto de una posible presidencia de Trump, un alto cargo europeo de Defensa dice que es “elevado”. “En conversaciones que no trascienden, se están considerando y proponiendo muchas medidas para seguir apoyando a Ucrania en el caso de que EEUU le dé la espalda”.

La visión de otros es más optimista. “No cree que se produzca un cambio radical. De la misma forma que Estados Unidos es importante para sus aliados europeos, estos mismos aliados europeos son importantes para Estados Unidos”, dice en una entrevista telefónica con The Guardian Hanno Pevkur, ministro de Defensa de Estonia.

Kajsa Ollongren, su homóloga holandesa, cree que, dejando las declaraciones de Trump al margen, la guerra en Ucrania ha sido “la llamada de alerta para las democracias del mundo y, muy especialmente, de Europa”. En un correo electrónico dice que “en efecto, Europa necesita asumir una mayor responsabilidad en lo que respecta a su propia seguridad. Y esto supone destinar más presupuesto a la inversión en defensa”. Y puntualiza: “Esto es lo que, de hecho, estamos haciendo ahora. La inversión en defensa de los países europeos ha aumentado considerablemente”. “No se trata de buscar culpables sino de actuar”, remarca.

Aumento del gasto en defensa

Este mes, la OTAN ha anunciado que 18 de sus países miembros alcanzarán el objetivo de gastar el 2% de su PIB en defensa. Hace diez años, solo tres miembros alcanzaron este objetivo. El año pasado, el gasto en defensa de los países europeos que son miembros de la OTAN y Canadá creció un 11%.

La UE ha gastado miles de millones en un fondo que reembolsa parcialmente a los Estados miembros la ayuda enviada a Ucrania. Además, la UE y la OTAN han puesto en marcha planes para impulsar la producción. Se espera que la Comisión Europea presente en las próximas semanas una nueva estrategia industrial europea de defensa.

Townsend, que ahora es un experto invitado del Center for a New American Security, cree que todavía persisten algunos retos. “El dinero llega a cuentagotas”, dice, pero algunos países tendrán que gastar más del 2%, mucho más que el 2%, como Alemania, si quieren que sus fuerzas estén a la altura“. El experto señala que la capacidad de la industria armamentística sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades. ”La industria es demasiado pequeña en términos europeos, y Estados Unidos tiene el mismo problema, incluso si tuviéramos el dinero y la voluntad política, no podríamos producir a la escala necesaria, tendrían que pasar años para poder suministrar lo que se necesita“.

Aunque el bloque ha suministrado más armamento a Ucrania, no lo ha podido hacer en la escala y velocidad que muchos hubieran deseado.

Thierry Breton, comisario europeo que ha supervisado los intentos de impulsar la producción de defensa, dice: “Ahora entramos en la fase industrial de la guerra”. La nueva estrategia europea, que irá acompañada de un programa de la UE para la industria de defensa, avanzará hacia un enfoque “más permanente, de mayor alcance y presupuesto, y con un impacto estructural en la industria europea de defensa”, afirma en una declaración enviada por correo electrónico.

“Con este paquete, confirmaremos la necesidad de impulsar e incentivar la adquisición conjunta, así como la inversión directa en la capacidad de producción de equipos de defensa (más allá de la munición)”, dice.

Breton afirma que la UE ha “alcanzado la capacidad de producir” más de un millón de cartuchos de munición al año (aunque en 2023 estaba muy lejos de ese objetivo). A finales de 2024 se alcanzarán los 1,5 millones y el año que viene, los dos millones.

Limitaciones

Tanto los responsables políticos como los expertos creen que es necesario actuar con mayor urgencia. Camille Grand, ex secretario general adjunto de la OTAN para inversiones en defensa, se muestra “optimista a medio plazo, y preocupado a corto plazo, porque hay algunas medidas que son absolutamente urgentes en lo que respecta a Ucrania”.

Pevkur afirma que “la máxima prioridad es tomar decisiones relativas a coger todo lo que se pueda de las reservas de todo el mundo, especialmente munición, para enviarlo a Ucrania”.

Pero, incluso en el supuesto de que Europa haga un esfuerzo mayor, persistirán las limitaciones. 

Sophia Besch, investigadora visitante de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, se hace la siguiente pregunta: “¿Hacer un mayor esfuerzo significa que tenemos que demostrar a Estados Unidos que podemos compartir la carga y ocuparnos de nuestra propia seguridad de manera proporcionada dentro de la alianza con Estados Unidos? Entonces, para ser sinceros, seguimos teniendo dificultades, pero el escenario es más realista”.

Sin embargo, añade, “si dar un paso adelante quiere decir que tenemos que reemplazar a Estados Unidos, no veo cómo eso sería posible”.

Traducción de Emma Reverter.

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Este artículo ha sido actualizado por la redacción de elDiario.es.

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