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The Guardian en español

Reino Unido financia con más de 3 millones de libras la Policía y Guardacostas de Turquía

El control fronterizo Kapitan Andreevo en la frontera entre Turquía y Bulgaria. AFP/Getty Images/Nikolay Doychinov

Nicola Kelly

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El Home Office (Ministerio del Interior) británico ha financiado con más de 3 millones de libras esterlinas a la Guardia Fronteriza turca en un año, para evitar que los migrantes alcancen Reino Unido, según una investigación realizada para The Guardian.

La financiación a las operaciones fronterizas de Turquía han aumentado sustancialmente desde 2009, cuando la Policía y la Guarda Costera turcas recibieron 14.000 libras esterlinas para entrenamiento, de acuerdo con los documentos obtenidos a través de solicitudes basadas en la “libertad de Información” (mecanismo por el cual los ciudadanos pueden solicitar información de las instituciones públicas).

En 2021-2022, esa cifra aumentó hasta las 425.000 libras esterlinas, para el entrenamiento y el equipamiento; y superó los 3 millones este año (2022-2023), para “la asistencia al retorno y la reintegración”, entrenamiento y personal.

Esa financiación fue desviada del presupuesto de la Asistencia Oficial al Desarrollo y canalizada a través de las denominadas Operaciones Internacionales de Interior, que forman parte de la dirección de Inteligencia de este Departamento, explica The Guardian.

Financiación, información, equipamiento y entrenamiento

Además de la financiación, el Home Office también suministró a las fuerzas fronterizas turcas, incluidas la Policía y la Guarda Costera, equipos y formación. Por ejemplo, en junio de 2022, nueve vehículos fueron entregados a la Policía Nacional turca en la frontera con Irán.

El año pasado, Turquía aseguró haber evitado la entrada de 238.448 migrantes por su frontera oriental con Irán. Algunos vídeos analizados por The Guardian muestran casos en los que se empleó violencia y fuerza extremas contra los migrantes afganos que intentaban cruzar la frontera con Turquía: las fuerzas de seguridad dispararon con fuego real mientras los migrantes huían, incluso a los pies de niños; les golpearon con sus rifles, les robaron y les humillaron, y les empujaron para devolverlos al otro lado de la frontera.

Un abogado turco, que trabaja con casos de abusos de derechos humanos y de asilo, Mahmut Kaçan, afirmó que las muertes y las devoluciones en la frontera empezaron a aumentar hace dos años. “ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) nunca critica o menciona lo que está haciendo Turquía en la frontera, son cómplices de las muertes de estas personas, así como lo son la Unión Europea y los países que dan dinero a Turquía para la seguridad de fronteras”.

Mientras, una fuente cercana al equipo de Operaciones Internacionales del Home Office dijo que Turquía se ha convertido en “un país de importancia creciente (para el Gobierno británico) en los pasados dos años y ahora es visto como un país estratégicamente crucial para la seguridad fronteriza”.

La fuente agregó que ese equipo “ofrece su experiencia y evidencias a los funcionarios locales, mostrándoles las rutas que creemos que los migrantes ilegales o las bandas están usando”. Explicó que si “esta es la ruta que los traficantes y los migrantes ilegales usan para llegar a Reino Unido, necesitamos hacer más para pararlo”. Entonces, “el Gobierno turco nos dice 'esto es lo que necesitamos para poder pararlo', y lo financiamos”.

Si desde Reino Unido dicen “necesitamos fortalecer el área X de la seguridad fronteriza”, Turquía responde que “necesita Y para poder aumentar el número de agentes fronterizos” y entonces ayudan a este país para lograrlo, afirmó la fuente. Otra fuente también conocedora del trabajo de Operaciones Internacionales, consideró que “pagar para este tipo de cosas aumenta nuestro soft power en otras áreas, como posibles acuerdos de retorno”.

Las fuentes agregaron que, en el marco de las operaciones del Ministerio de Interior en el extranjero, se obtiene información de inteligencia a través de entrevistas con migrantes que han llegado a Reino Unido. Esa información es compartida con las fuerzas fronterizas locales para “poner en marcha un plan operacional para detener” la migración.

“Beneficios mutuos”

Otros documentos obtenidos por The Guardian revelan que el Home Office ha aumentado el número de empleados desplazados sobre el terreno, y otras fuentes aseguraron que el personal de Interior supera a los diplomáticos británicos que trabajan en Turquía.

La estrategia fronteriza de Interior para 2025 establece como una de sus prioridades “mejorar el uso de medidas contra la migración ilegal en otros países para prevenir las entradas ilegales en Reino Unido”. También estipula que el Ministerio “evitará las entradas a Reino Unido mejorando la seguridad fronteriza y trabajando con países de origen y de tránsito, apoyando estos países a la hora de hacer frente a los retos de la migración irregular en su región”.

La encargada de campañas y redes de JCWI (una ONG que trabaja a favor del bienestar de los migrantes), Mary Atkinson, afirmó que “este Gobierno ha demostrado que va a quebrantar la ley internacional para evitar que las personas ejerzan su derecho humano fundamental a buscar seguridad”.

Por su parte, un portavoz del Home Office, en respuesta a lo revelado por la investigación de The Guardian, dijo que “como muchos otros países, Reino Unido trabaja sin descanso en casa y en el extranjero en una serie de prioridades, que incluyen hacer frente a la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y la esclavitud moderna. Esto conlleva un trabajo estrecho y beneficio mutuo para todas las contrapartes operativas en una serie de países aliados, como Turquía”.

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