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The Guardian en español

La tecnología británica permite a Turquía convertirse en una de las principales potencias mundiales en drones de guerra

Imagen del dron Bayraktar TB2 fabricado por la empresa turca Baykar con piezas ideadas y suministradas por una empresa británica

Dan Sabbagh y Bethan McKernan

Turquía logró esquivar una prohibición de Estados Unidos de exportación de drones de guerra al país otomano desarrollando los suyos propios gracias a un componente clave de los misiles suministrado desde el Reino Unido. Esta estrategia ha permitido que Ankara pase a ser una potencia emergente en la tecnología letal, cuyo auge, advierten los expertos, está proliferando peligrosamente.

La entrada en escena de una fábrica de Brighton resultó crucial para que Turquía se convirtiera en el segundo mayor usuario de aviones teledirigidos armados del mundo; uno de los países que emula los métodos utilizados por primera vez por Estados Unidos en su “guerra contra el terrorismo”.

De hecho, las autoridades turcas han utilizado los aviones teledirigidos Bayraktar TB2, de fabricación nacional, en las tres operaciones que se han impulsado hasta la fecha contra las fuerzas lideradas por los kurdos en Siria. Los aviones teledirigidos son responsables de la muerte de 449 personas en una de estas ofensivas, lo que representa una quinta parte de las muertes reconocidas por Ankara.

También se han utilizado para matar este mes a cinco individuos que se encontraban al otro lado de la frontera en Irak y que, según el Ministerio de Defensa de Turquía eran “cinco terroristas del PKK”. Esta acción ha reproducido los ataques extraterritoriales iniciados por Estados Unidos en Pakistán, Yemen y Somalia.

Aunque los aviones teledirigidos armados Bayraktar TB2 son fabricados por una empresa turca, no podrían haberse desarrollado sin el bastidor de misiles Hornet, que fue ideado y suministrado por EDO MBM Technology, una fábrica situada en las afueras de Brighton, en algún momento en torno a 2015.

Un artículo publicado en Jane's Defence Review en mayo de 2016 señala que el Hornet fue suministrado a Baykar, el fabricante del Bayraktar TB2, en la fase de desarrollo inicial; un momento clave. La empresa turca desarrolló sus propios bastidores de misiles.

Cuatro años después, las fuerzas de seguridad turcas dirigen una flota de 86 TB2 armados y el país es un actor emergente en el uso de aviones teledirigidos; un sector que hasta hace tres o cuatro años estaba dominado por Estados Unidos y, en menor medida, por el Reino Unido e Israel.

“Lo que estamos viendo es que países como Turquía se están convirtiendo en actores relevantes en el uso de aviones no tripulados y, al igual que Estados Unidos, están dispuestos a utilizarlos para cometer asesinatos selectivos fuera de sus propias fronteras”, indica Chris Cole, director de Drone Wars UK, --ONG que trabaja por la prohibición a largo plazo del uso de drones armados a nivel internacional.

En la actualidad, el sector está plagado de nuevos fabricantes, incluyendo los de países como China y Turquía, y nuevos compradores, como los Emiratos Árabes Unidos, que ha estado detrás de su despliegue en la actual guerra civil en Libia, apoyando a los rebeldes liderados por el general Khalifa Haftar.

La otra parte, el Gobierno reconocido por la comunidad internacional y con sede en Trípoli, ha utilizado los aviones no tripulados turcos TB2 para contraatacar en un conflicto en el que decenas de personas han muerto a causa de los ataques con aviones no tripulados.

Durante mucho tiempo, el objetivo del Gobierno turco fue utilizar aviones teledirigidos contra los separatistas kurdos del PKK que han estado involucrados en una prolongada insurgencia en el sureste del país, cerca de las fronteras con Siria e Irak.

Un cable diplomático de Estados Unidos de 2009, que forma parte de los documentos filtrados por Wikileaks, escrito por el entonces embajador de Estados Unidos en Turquía, James Jeffrey, informaba de que “Turquía busca adquirir, de forma urgente, su propia flota de UAV [vehículo aéreo no tripulado en sus siglas en inglés, es decir, un avión teledirigido] para poder continuar las operaciones contra el PKK sin la ayuda de Estados Unidos”.

Recep Tayyip Erdoğan, que era el primer ministro de Turquía en ese momento, lideró varios intentos de compra de aviones teledirigidos Predator estadounidenses, pero el Congreso de Estados Unidos, que tenía que dar su aprobación a esta venta, no la autorizó, y Ankara tuvo que buscar otra alternativa. Fue entonces cuando Turquía decidió desarrollar sus propios drones, en gran parte con el apoyo de Selçuk Bayraktar, un ambicioso exestudiante de doctorado del MIT, que ahora está casado con la hija menor de Erdoğan, Sümeyye. En diciembre de 2015 consiguieron dar un paso decisivo. Por primera vez, Bayraktar probó con éxito un misil desde un avión teledirigido TB2.

El lanzamiento del misil requirió la ayuda del sistema Hornet, un “sistema de transporte” suministrado a Baykar y diseñado para lo que la empresa matriz de EDO MBM llama “micro municiones”, pequeñas bombas ligeras, diseñadas para evitar el peso de un avión teledirigido y que son capaces de atacar de forma mucho más precisa a un objetivo con el objetivo de matar. Se trata de un equipo sofisticado, descrito por algunos expertos como “la mano inteligente” que garantiza que las municiones disparadas desde un avión teledirigido se liberen correctamente desde el dron hasta las coordenadas del objetivo especificadas.

EDO obtuvo la patente en el Reino Unido en 2014 y en la UE y Turquía un año más tarde, como se muestra en un expediente de pruebas recogidas por Ceri Gibbons, un investigador del grupo de la campaña 'Brighton Against the Arms Trade' [Brighton en contra del comercio de armamento], que ha sido verificado por The Guardian.

EDO MBM es propiedad de la empresa estadounidense L3 Harris, el sexto contratista de defensa más grande del mundo. Sin embargo, debido a que EDO MBM está ubicada en el Reino Unido, está sujeta a las leyes de armamento británicas y no estadounidenses, lo que significa que puede exportar legalmente esta tecnología que resulta crucial para Turquía. Ni L3 Harris ni Baykar han querido hacer comentarios sobre su tecnología o relación.

Barry Gardiner, portavoz de comercio internacional del Partido Laborista, ha reconocido estar preocupado por las ventas de armas del Reino Unido a Turquía. También ha indicado que su partido estaría dispuesto a hacer “reformas profundas a los controles de exportación de armas para asegurar que las armas fabricadas en Gran Bretaña no se utilicen para matar a civiles inocentes”.

El avión teledirigido Bayraktar TB2 ha transformado las operaciones de Ankara contra el PKK en el sudeste de Turquía y en el norte de Irak, limitando gravemente los movimientos del grupo. Capaz de volar las 24 horas del día a una altitud de 7.300 metros y con una carga útil de 150 kilogramos, el TB2 está muy bien armado y es una fuente de orgullo para el país.

Las imágenes de vídeo de un TB2 destruyendo un enorme retrato del fundador del PKK, Abdullah Öcalan, en la montaña de Darmiq, cerca de Afrin, fueron ampliamente difundidas y muy aplaudidas en todo el país, hasta el punto de que propiciaron que se creara un juego para móviles en el que el jugador puede manejar un avión teledirigido armado en Afrin, una región kurda que pertenecía a Siria hasta que Turquía la ocupó en 2018.

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