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La UE tensa las relaciones con Reino Unido en su pugna con AstraZeneca

Imagen de archivo del primer ministro británico, Boris Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante un encuentro en Bruselas, el pasado 13 de diciembre. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
29 de enero de 2021 23:25 h

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No sólo hay guerra de vacunas entre la UE y el laboratorio AstraZeneca por el retraso anunciado en las entregas. Sino que esa guerra está causando daños colaterales con Reino Unido, país que acaba de salir de la UE después de cuatro años de duras negociaciones.

Este viernes la Comisión Europea ha autorizado la vacuna de AstraZeneca, pero también ha adoptado medidas para exigir que las exportaciones de vacunas desde territorio comunitario estén sujetas a una autorización por parte de los Estados miembros. Adoptadas por el procedimiento de urgencia, Bruselas dispone que, hasta finales de marzo de 2021, las exportaciones de vacunas contra la COVID-19 fuera de la UE, como Reino Unido, estén sujetas a autorizaciones de exportación. Este régimen solo se aplica a las exportaciones de las empresas con las que la Unión Europea haya celebrado acuerdos de adquisición anticipada, como AstraZeneca.

Y entre esas medidas, la UE ha decidido que esos controles también se apliquen en Irlanda del Norte. Como según el acuerdo del Brexit, todos los productos deberían exportarse desde la UE a Irlanda del Norte sin controles y ante el temor de Bruselas de que esa frontera pudiera usarse para eludir los controles de exportación, la Comisión Europea había decidido invocar el artículo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte del Brexit, que permite que se anulen unilateralmente partes del acuerdo.

Una decisión que ha generado tanto malestar en Reino Unido e Irlanda del Norte que la UE ha terminado por recular este viernes por la noche para eliminar la mención del mecanismo de fronteras irlandés del artículo 16 del texto del reglamento de control de exportaciones.

Bruselas ha publicado el siguiente comunicado poco antes de la medianoche de este viernes: “Para abordar la actual falta de transparencia de las exportaciones de vacunas fuera de la UE, la Comisión está adoptando una medida que exige que dichas exportaciones estén sujetas a una autorización de los Estados miembros. En el proceso de finalización de esta medida, la Comisión se asegurará de que el Protocolo de Irlanda con Irlanda del Norte no se vea afectado. La Comisión Europea no está activando la cláusula de salvaguarda. En caso de que se abuse de los tránsitos de vacunas y sustancias activas hacia terceros países para eludir los efectos del sistema de autorización, la UE considerará utilizar todos los instrumentos a su disposición. En el proceso de finalización del documento, la Comisión también afinará el proceso de toma de decisiones en el marco del reglamento de ejecución. La versión final del reglamento de ejecución se publicará después de su adopción mañana”.

El primer ministro irlandés, saludó la noticia.

Según informa la BBC, la primera ministra de Irlanda del Norte –territorio de Reino Unido–, Arlene Foster, tachó la medida como “un increíble acto de hostilidad” de la UE. El Ejecutivo comunitario, por su parte, ha afirmado: “La medida se justifica como una forma de salvaguardia de conformidad con el artículo 16 de dicho Protocolo para evitar graves dificultades debido a la falta de suministros que amenacen con perturbar la implementación ordenada de las campañas de vacunación en el Estados miembros”.

“El Gobierno del Reino Unido quiere una explicación urgente de la Comisión Europea”, decían fuentes del Gobierno británico: “El Reino Unido tiene acuerdos legalmente vinculantes con los proveedores de vacunas y no espera que la UE, como amiga y aliada, haga algo para interrumpir el cumplimiento de estos contratos. El gobierno del Reino Unido ha reiterado la importancia de preservar el acuerdo de Viernes Santo”, que establece una frontera invisible entre las irlandas.

En este contexto, Johnson ha hablado con el primer ministro irlandés, Micheál Martin, en la que “expresó sus preocupaciones sobre el uso por parte de la UE del artículo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte y lo que estas acciones pueden significar para las dos comunidades de Irlanda del Norte”. Según fuentes de Downing Street, Johnson “dijo que la UE debía aclarar urgentemente sus intenciones y qué pasos planea tomar para garantizar que sus propios compromisos con respecto a Irlanda del Norte se cumplan plenamente”.

Johnson también ha hablado este viernes por la noche con Von der Leyen para expresar “su gran preocupación por el impacto potencial que podrían tener las medidas que la UE ha tomado hoy [por este viernes] en las exportaciones de vacunas”.

La presidenta de la Comisión Europea, ha respondido: “Conversaciones constructivas con el primer ministro Boris Johnson esta noche. Estuvimos de acuerdo en el principio de que no debería haber restricciones a la exportación de vacunas por parte de las empresas donde están cumpliendo con sus contratos”.

Es decir, Von der Leyen, dice ahora que no quiere restricciones a las exportaciones de vacunas al Reino Unido.

“Asegurar las vacunas”

“El objetivo es proporcionar inmediatamente total transparencia, que hasta ahora ha faltado y es lo que los europeos esperan, y si es necesario nos dará una herramienta para asegurar la entrega de las vacunas”, ha dicho este viernes en una rueda de prensa del vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.

La medida, que entrará en vigor este sábado, llega tras una semana de tensión con la farmacéutica anglosueca AstraZeneca a cuenta de los retrasos en la entrega de las dosis contratadas por la UE, que se suman a los registrados recientemente con Pfizer-BioNTech.

Bruselas, que teme que AstraZeneca haya entregado al Reino Unido dosis que correspondían a los 27, quiere controlar cuántas vacunas se producen en su territorio y a qué países se destinan, tras haber financiado con 2.300 millones su desarrollo.

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