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“Al intentar cambiar hábitos en jóvenes una de las cosas más difíciles es quitar las bebidas energéticas”

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Las bebidas energéticas están estos días en el punto de mira. Esta semana la Xunta de Galicia anunciaba que se encontraba elaborando un anteproyecto de ley de Prevención de Adicciones en Menores para regular su consumo. Según esta, no se podría vender los productos junto a los refrescos y se prohibiría su publicidad dirigida al público infantil. Además, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha propuesto al Ministerio de Consumo que estas bebidas contengan en su etiquetado mensajes de advertencia, como en el caso del tabaco.

Y es que, según un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en 2021, entre los adolescentes españoles (es decir, una franja de edad de entre los 10-18 años), la prevalencia del consumo de estas bebidas es del 62 % (68 % en Europa), siendo el 10% catalogados como consumidores crónicos.

Como apunta la Dietista-Nutricionista Paula Fernández Giménez, directora del centro Nutrium, en Logroño, en los últimos años han notado en sus consultas un aumento de las adicciones a a este tipo de bebidas. Un ascenso, además, más destacado en menores y durante la adolescencia y juventud. “En torno a los 13-14 años, cuando comienzan a quedar con amigos e incluso hasta los 25-30, gente joven que llega a ser incluso adicta, es decir, no se siente capaz de pasar un día sin consumirlas”, apunta la experta, que centra este consumo en contextos sociales y en épocas de exámenes. “Pero esto es un error, aunque sí te da un plus de energía, como cuando te tomas un café solo, afecta luego a la calidad del sueño y provoca arritmias o nerviosismo, lo que es contraproducente en época de exámenes”.

Entre otros efectos secundarios, Fernández cita, igualmente, irritabilidad, cambios de humor, insomnio y falta de concentración como los más comunes. También puede provocar alteraciones en el tránsito intestinal. Además, recuerda, “no podemos olvidar que muchas de estas bebidas contienen unas cantidades ingentes de azúcar, lo que provoca los efectos secundarios de cualquier bebida azucarada”.

De hecho, en sus consultas, indica que han notado que vienen menores o adolescentes ya que sus padres “están preocupados porque tienen malos hábitos o sobrepeso y quieren que lo corrijamos”. Ahí, señala, es donde las nutricionistas “vemos que las bebidas energéticas están incluidas dentro de esos hábitos, pero los padres no se han dado cuenta”. Así, describe, “lo han visto como algo ocasional, para días especiales, y ha resultado que el consumo era mucho mayor de lo que ellos creían”. Es en el caso de jóvenes, donde ya ven más palpable esta adicción. “Al intentar cambiar sus hábitos una de las cosas más difíciles es quitar las bebidas energéticas, les resulta casi imposible”.

Desde la Consejería de Salud y Servicios Sociales del Gobierno de La Rioja apuntan que no se cierra la posibilidad de estudiar las medidas que se plantean en Galicia pero, de momento, el Ejecutivo regional no tiene una normativa en la que esté trabajando. Además, recuerdan que hay políticas que favorecen medidas saludables entre los menores como puede ser el programa de consumo de frutas y hortalizas, que depende de la Consejería de Agricultura.

Una lata equivale a tres cafés con leche

Y es que, como compara la directora de Nutrium, una lata de bebida energética equivaldría al consumo de 2 cafés solos o 3 cafés con leche. En cuanto a la cantidad de azúcar, “como en cualquier otro refresco, podríamos estar hablando de incluso 40 gramos de azúcar”. “Es una barbaridad, los menores de edad no deberían consumir más de 15 o 20 al día”.

Además de la cafeína, en algunas de estas bebidas no hay que olvidar también la presencia de taurina, con efectos similares. “Tenemos que ser prudentes, igual que no le damos a un crío un café o un refresco con cafeína, tampoco le debemos dar este tipo de bebidas”. Así, ha señalado, “llevamos mucho tiempo informando al respecto, también en el ámbito deportivo, ya que se han comercializado muchas veces como bebidas para deportistas y tampoco son adecuadas para ellos, sí que pueden ser interesantes en un momento dado como en una prueba de resistencia muy larga, por ese aporte de cafeína y azúcar, siempre para deportistas adultos, pero no es una bebida isotónica ”, recalca. “No tiene las concentraciones de azúcar y sodio que son adecuadas”.

Formación en nutrición y hábitos saludables, esencial para familias

Ante esta situación, Fernández hace hincapié en la importancia de la formación -tanto para padres y madres como para menores- en hábitos saludables. “La medida de Galicia no nos parece mala, no nos gustan las prohibiciones, pero parece que la gente hasta que no se le prohíbe y no se genera una polémica de este tipo no se alarma, no nos damos cuenta de que estamos hablando de posibles problemas para la salud de los pequeños”.

Por ello, la experta señala: “Nos parece fundamental que, tanto a nivel sanitario como educativo, en las aulas, se contemple que haya formación en nutrición y que especialistas puedan advertirles”. “Los menores de edad se conciencian rápidamente. Es bastante fácil que les llegue el mensaje”, asegura. “Si al final estamos bombardeados por publicidad pero nadie nos advierte de los peligros es normal que la gente esté desinformada”.

El peligro de mezclar las bebidas energéticas con alcohol

Además de los efectos de estas bebidas, Fernández recuerda el peligro que conlleva su ingesta mezclada con bebidas alcohólicas. “Cada una de estas bebidas tiene efectos contrarios, si una tiene efecto depresor y la otra es excitante, podemos tener problemas importantes, el alcohol da somnolencia mientras que la bebida energética nos da ese 'subidón' y no nos podemos dar cuenta de que estamos teniendo una arritmia, por ejemplo”, detalla.

Por otro lado, “al estar consumiendo tantas sustancias excitantes que nos hacen estar más vivos y despiertos, sin darnos cuenta consumimos más alcohol, porque si solo consumes este, te vas dando cuenta de sus efectos, pero la bebida energética ralentiza su percepción”.

Alternativas saludables para un aporte extra de energía

En cuanto a alternativas saludables para conseguir un extra de energía, desde el centro Nutrium, se recomienda, a la población adulta café o té, “también hay caramelos o cápsulas de cafeína que te pueden ayudar”. “Pero mucho mucho más importante que eso es el propio descanso”, recalca. En el caso de menores y adolescentes “no tenemos alternativas saludables excepto dormir y descansar bien, hacer ejercicio y entender que si un chaval de 13 o 14 años no tiene energía ¿quién la va a tener?”. En definitiva: “Tienen que tener una alimentación saludable, buenos hábitos de descanso, ejercicio físico y de higiene y con eso no van a necesitar tomar nada para darles energía”.

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