Ataque suicida en la capital de Osetia del Norte
Un terrorista suicida hizo estallar un coche bomba a la entrada del mercado central de Vladikavkazs, capital de Osetia del Norte, al sur de Rusia. El mercado es uno de los mas concurridos de la ciudad y el atentado se ha saldado, según el balance oficial, con 17 muertos además del autor de la masacre y 121 heridos hospitalizados.
La última víctima mortal ha sido una mujer que falleció esta noche en el hospital, según el ministro de Sanidad de la república de Osetia del Norte, Vladimir Selivanov, quien además ha querido explicar que “catorce personas fallecieron en el acto, mientras otras tres victimas perdieron la vida en el hospital, entre ellas un niño de año y medio, una mujer y un hombre”.
De los 121 heridos que permanecen en los centros médicos rusos, once de ellos fueron trasladados a Moscú por presentar heridas graves. De ellos, cinco se encuentran en estado crítico, tal como ha informado el director de la unidad médica del Ministerio de Emergencias.
La explosión tuvo una potencia equivalente a la de 30 o 40 kilogramos de trilita (TNT) e hizo estallar los cristales de los edificios próximos al mercado. El presidente de Osetia del Norte, Taimuraz Mamsúrov, se personó en el lugar de los hechos acompañado por los responsables de los servicios de seguridad de la república.
Osetia del Norte es una de las siete repúblicas rusas en el Caúcaso Norte, vecina de Chechenia y ha sufrido numerosos ataques terroristas. Este es el cuarto atentado que sufre el mercado central de Vladikavkaz en los últimos once años.
El más sangriento de los atentados que ha sufrido esta zona tuvo lugar hace seis años cuando un comando checheno atacó la escuela Nº 1 de Beslán dejando 334 muertos de los que 186 eran niños.
El ataque suicida fue perpetrado en el día festivo que marca el fin del mes de ayuno de los musulmanes, el Ramadán. En este sentido el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin condenó el atentado y declaró que “atentados como el que tuvo lugar en el Cáucaso Norte buscan sembrar el odio entre nuestros ciudadanos. No podemos permitirlo”.
El jefe del gobierno quiso reafirmarse en que estos ataques despiertan un enérgico rechazo en la comunidad musulmana de Rusia, donde profesan el Islam unos 20 millones de personas, así quiso afirmar que “los que cometen estos crímenes son gente desalmada, sin corazón, para la que no existe nada sagrado. Nuestro deber común es luchar contra estos criminales”.
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