Atrapada en Argentina: una riojana se queda sin vuelo de repatriación
La profesora riojana, Lucía Antón, debía coger este martes un vuelo de Buenos Aires a Madrid para volver a su domicilio tras meses confinada en la ciudad argentina de Córdoba por el Covid-19. A pesar de tener el código de reserva y a la espera de la confirmación del vuelo por el Gobierno argentino para el pago, en el último momento, “un error de gestión” del que tampoco le dan “más explicaciones” hará que tenga que permanecer allí un tiempo indefinido más.
Ante esta situación “tan confusa”, la docente pide “ayuda y una mejor coordinación” ya que, como reconoce, “no sabemos qué va a pasar a partir de ahora. Se supone que el vuelo de este martes era el último para repatriar a los españoles porque, en principio, el espacio aéreo estará cerrado en el país hasta septiembre”.
Además, lamenta, “tanto las Embajadas como los Consulados tampoco nos ayudan ante estos problemas” haciendo de ello “una nula gestión”.
Ciertamente, el avión de este martes es -en principio- el último de los tres especiales que la compañía Iberia ha organizado, en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, para gestionar la vuelta de españoles ante la pandemia del coronavirus en ese país en este mes y, la profesora riojana había conseguido una plaza en el último de ellos.
Como ha explicado a Europa Press, “por fin tenía todo en orden. Después de intentarlo en numerosas ocasiones con otros vuelos, había conseguido una reserva, un localizador...”. Datos que ella creía seguros para poder enfrentar el viaje. Sin embargo, en el último momento, apareció el problema: “mis datos no estaban en la página, la aplicación me confirmaba que no reconocía mi código y, lo peor; el vuelo ya estaba completo”.
A partir de ahí, explica, “volví a realizar numerosas llamadas, a mandar emails, a intentar que alguien me cogiera el teléfono porque las centralitas estaban colapsadas y no era nada fácil”. Finalmente, “tras varias horas de espera”, desde la operadora del vuelo aludían a “un fallo en la gestión económica de mi reserva” y, por tanto, “me quedaba sin opción para volar con ellos”.
Aún así la profesora riojana reitera que siguió absolutamente “todos los pasos que la operadora mandó desde el primer momento” ignorando -explica- “cuál ha sido el procedimiento que ha seguido la compañía para asignar prioridad en los asientos”.
RESPUESTA DEL CONSULADO
Desde el Consulado tampoco ha tenido la respuesta deseada porque, como le han informado a través de un email al conocer su situación: “este Consulado General no interviene en la venta o gestión de ningún vuelo”.
La joven profesora riojana llegó a la ciudad argentina de Córdoba el pasado mes de octubre por motivos profesionales. La Universidad de La Rioja le concedió una beca para desarrollar un proyecto de investigación sobre el 'Síndrome de Fragilidad (SF) y de pre-fragilidad en los adultos mayores en la provincia de Córdoba'. Esta beca, en principio, era de cuatro meses pero, tal y como aclara la investigadora, “dado que el proyecto había sido de gran ayuda para la Universidad de Córdoba me ofrecieron ampliarlo y decidí quedarme”.
En esa situación se encontraba cuando la pandemia la dejó atrapada en dicha ciudad argentina.
A partir de ahí, y con la crisis del Covid-19 en pleno auge, el principal objetivo de la profesora riojana, que da clases en el colegio Paula Montal de Logroño, ha sido “una odisea” para intentar volver a casa. Llamadas a las distintas Embajadas, Consulados, cartas, emails... inscripciones en el Registro de Viajeros del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación...
Tampoco tuvo “suerte” a la hora de explicar su situación en la Universidad Nacional de Córdoba y el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) aunque, como reconoce, sí que ha obtenido respuesta por parte de la Oficina de Retorno del Gobierno de La Rioja.
“Desde que me inscribí me preguntan por mi situación. Yo les informo de cómo estoy pero tampoco pueden hacer nada”, ha afirmado.
También agradece la colaboración de otros españoles que se encontraban en la misma situación que ella en la Plataforma Española de Varados en Argentina que, según afirma, “me ha sido de gran ayuda”.
Por su parte, y registrada también en el Consulado de la Embajada de España en Córdoba, la problemática con los vuelos ha sido constante “desde el primer momento”, ha afirmado.
Así, recuerda, “me registré antes del 20 de marzo y, mientras esperaba noticias de la Embajada, nos enteramos de muchos vuelos pero de algunos cuando ya habían salido. Por ejemplo, el domingo 22 de marzo hubo un vuelo que no fue anunciado oficialmente donde viajó una compañera catalana que había conocido en Córdoba”, afirma la investigadora.
PROBLEMAS AL COMPRAR LOS VUELOS
Además, explica, “en el primer vuelo de repatriación como tal no era posible comprar el billete. La Embajada le daba una lista de los registrados a la compañía y ésta era la que tenía que llamar para decir si tenías lugar en dicho avión”. Sin embargo, nunca la llamaron.
Los siguientes vuelos de repatriación (que no comerciales) “siempre se han llenado en menos de dos horas” y, tal y como ella considera, “se han puesto muchas trabas con la forma de pago hasta el punto de cogerte los datos de la tarjeta, pensar que tenías lugar y llamarte al día siguiente diciendo que no era así”.
Además, critica, “los vuelos se avisaban con dos días de antelación como mucho y las personas que están en el interior o en el sur del país (muy lejos del aeropuerto de Buenos Aires) tienen imposible el acceso ya que no pueden moverse libremente entre provincias”. Además, “solo una vez que se haya comprado el vuelo y con unos permisos especiales en transporte privado (no están funcionando ni autobuses, ni trenes, ni nada público) no puedes acudir al aeropuerto”, ha afirmado la joven logroñesa.
Con todo, su “última esperanza” eran estos tres vuelos que se habían prometido para el mes de mayo. Con los dos anteriores, explica, “ni siquiera llegué a tiempo para coger plaza porque el 'Call Center' estaba ocupado en todo momento” pero, en este último, sí que lo había conseguido aunque, finalmente, “no voy a poder volar”.
“La situación es desesperante porque aunque aquí yo estoy bien y sé la dificultad de la situación que se está viviendo en todo el mundo, hay muchos españoles que, como yo, necesitamos volver a casa por nuestra seguridad, nuestra salud y nuestra economía”.
Ante ello, y a la espera de ver qué ocurre en su futuro más inmediato, la profesora riojana pide “que no nos olvidemos de los españoles que queremos volver a casa. Necesitamos más vuelos de repatriación porque todavía somos muchos los que seguimos aquí y tenemos que ayudarnos entre todos”, finaliza.
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