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Castaño se lleva una oreja

Rioja2

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Guillén abrió plaza y feria ante un novillo encastado. Con el capote estuvo lucido, banderilleó levantando el ánimo del público poniendo un para al violín con la zurda. Ya con la muleta se le ve falta de poder al perder unos pasitos a un buen novillo que exigía más quietud, temple y madurez. En el cuarto, aplaudido de salida, le muleteó por abajo en una faena que se creía que iba a ir a más, sacándoselo a los medios. Con la derecha le dio distancia pero se vio rebosado por el novillo. La faena fue a menos, acabando con unas manoletinas. Fue silenciado en sus dos faenas.

Lo mejor de la tarde ha venido de manos de Castaño que se ha topado con el mejor ejemplar de la tarde, aplaudido en el arrastre. Comenzó dándole mucha distancia desde el centro del ruedo con unos derechazos largos y templados, arrancando unos fuertes olés. Por el izquierdo, con menos calidad el utrero, dejó constancia más de su valor que de otra cosa, por el arrimón que se dio. De estocada entera lo pasaportó cortándole una oreja. En el quinto novillo con la cara muy alta toda la faena estuvo valiente ya que se le quedaba en cada remate parado. Lo intentó pero todo se quedó en nada.

Rafael Cerro comenzó por unos doblones por ambos pitones sacándoselo a los medios y ganándole terreno. Ya en los medios y al natural no llegó a acoplarse ante un astado al que sólo lo medio toreó por el derecho. Se quedó lo mejor en su cierre de faena con otros doblones para poner al toro en suerte. Estocada tras pinchazo. En el sexto jugó bien los brazos lanceando con el capote. Empezó su faena por el derecho y de lejos, con buena armonía. Al natural bajó el tono de la faena a un novillo que pedía mano baja y distancia, pero lo ahogó, acabando entre los pitones. Terminó con unas manoletinas que no llegaron. Tras un aviso y dos pinchazos dejó una entera. Fue silenciado en ambos.

Entre las cuadrillas destacar a David Adalid de la cuadrilla de Damián Castaño, que se desmonteró en el segundo de la tarde y a Rubén Elías, picador de Rafael Cerro, en el tercero de la tarde, por hacer todo lo que no debe hacer un buen picador, abroncado por el público.

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