Cómo se produce una metástasis
Joan Massagué y sus colaboradores del Memorial Sloan-Kettering han identificado tres genes que colaboran en el proceso de diseminación del cáncer de mama al cerebro. Su estudio indica que las células cancerígenas emplean técnicas moleculares observadas en otros tumores para infiltrarse al cerebro. Su hallazgo se ha dado a conocer en una edición avanzada de la revista 'Nature' en internet.
“Es el primer trabajo de este tipo que abre una ventana por la cual ver qué es lo que hacen las células tumorales para atacar el cerebro”, explica el investigador español. “Muestra -añade- que es posible empezar a comprender este problema. Hasta ahora no sabíamos nada del proceso”.
La metástasis tiene lugar cuando las células de un tumor se extienden por el organismo y atacan otro órgano. Es un fenómeno que transforma la enfermedad en una amenaza para la vida del paciente, y que de hecho, provoca el 90 por ciento de los fallecimientos por cáncer. Las metástasis al cerebro, principalmente secundarias a tumores de mama o de pulmón, son especialmente agresivas. Incluso con tratamiento, es frecuente que los pacientes no sobrevivan más de diez meses tras el diagnóstico. A pesar de su relevancia clínica, no obstante, este fenómeno se conoce poco, según aclara el propio Massagué.
“La metástasis es el principal objetivo de los tratamientos postoperatorios, como la quimio y la radioterapia, y sin embargo sabemos muy poco de los mecanismos que la explican. Eso es lo que nos animó a aislar células metastásicas e indagar sobre qué características tienen -además de ser células cancerígenas- para poder infiltrarse e invadir órganos distantes”, declara.
Algunas células tumorales, como las pulmonares, parecen bien equipadas para invadir múltiples tejidos del organismo poco después de desarrollarse el tumor original. Para las células de cáncer de mama, no obstante, la metástasis requiere que pase un cierto tiempo. Cuando estas células se diseminan, es posible que aparezcan nuevos tumores años e incluso décadas después de haber extirpado el cáncer de la mama. Para Massagúe, eso significa que las células del cáncer de mama no se hacen verdaderamente metastásicas hasta que acumulan las alteraciones genéticas que les permiten infiltrarse en nuevos tejidos y sobrevivir en ese entorno.
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