Control, Aliento y Julia en v.o.
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } 'Control' despertó el morbo de los aficionados a la música cuando se estrenó en 2007, ya que estamos hablando de la película que se basa en la vida de Ian Curtis, cantante de 'Joy Division'. Está dirigida por Anton Corbijn, quien ya realizó el vídeo de la canción Atmosphere , y la interpretación del protagonista corre a cargo de Sam Riley, cantante del grupo '10.000 Things'. Además 'New Order' se encarga de la banda sonora.
Una película que parece captar el espíritu de la banda, denso y torturado, que se convirtió en una de las estrellas del New Wave. Eso sumado al suicido del cantante el 18 de mayo de 1980, su epilepsia y su figura desgarbada hacen de imagen un auténtico mito y su discografía se convierte en una de las más señaladas no sólo del rock siniestro sino de la música en general.
Lo curioso es que la película está inspirada en las memorias de la viuda de Ian. La esposa recuerda anécdotas y pasajes de su vida más bien desmitificadores y las fotos del libro (de la boda, de la vida en común, de paseos por la playa) traen un Ian Curtis más cotidiano, que hacía la compra y se emborrachaba en el pub, lejos del mito.
'Aliento' también se estrenó en 2007 y procede de Corea del Sur. Está dirigida por Kim Ki-Duk, director de películas como 'La Isla', que se caracterizó, entre otras cosas, por la crudeza de algunas de sus escenas y que llevaron al desmayo de un crítico en su premiere en el Festival Internacional de Cine de Venecia.
La historia parte de cuanto Yeon se entera de que su marido tiene una amante y decide visitar a un preso desconocido cuyos continuos intentos de suicidio han sido noticia en la televisión. Chen se queda sorprendido cuando Yeon vuelve a visitarle pero, poco a poco, el preso se abre a la mujer y ésta se ha propuesto llevarle las estaciones del año a la cárcel.
Por último está 'Julia', que tiene 40 años y es alcohólica, manipuladora, mentirosa e insegura a pesar de su flamante apariencia. Entre tragos de vodka y citas nocturnas, Julia sobrevive a base de pequeños trabajos, pero cada vez está más sola y las únicas atenciones que recibe provienen de su amigo Mitch, que trata de ayudarla aunque ella lo evite.
Previendo una perdición inminente y tras un encuentro casual con Elena, una mujer mejicana, Julia se convence, movida por el pánico y su delicada situación económica, para cometer un acto violento. Un intenso thriller que alcanza cotas trepidantes en su última hora de metraje. Hasta entonces Zonca se toma con calma el planteamiento con el que acaba formándose un conjunto de lo más satisfactorio, sobre todo sustentado en una Tilda Swinton, espléndida, en la que el director de La vida soñada de los ángeles vuelca gran parte de sus demonios.
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