Control de la metástasis
Un trabajo de centros de investigación de Nueva York y Barcelona revela cómo las células de tumor de mama utilizan una hormona para enviar células tumorales hacia órganos específicos. Este descubrimiento aporta nueva luz sobre el funcionamiento de la dispersión de células tumorales por el organismo, las metástasis, y supone una nueva diana terapéutica para combatir esta patología.
El estudio ha sido liderado por Joan Massagué en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, en colaboración con Roger Gomis, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), del que Massagué es director adjunto, y Cristina Nadal, del Hospital Clínic-Idibaps. El artículo será publicado mañana en la revista científica 'Cell'.
El nuevo estudio se ha centrado en la hormona o citoquina TGFB (Transforming Growth Factor Beta). Las citoquinas son hormonas que, entre otras funciones, dirigen el movimiento y crecimiento celular. Normalmente, esta hormona suprime el desarrollo de los tumores, pero ya en estudios anteriores se había mostrado que las células tumorales “se apropian” de ella para trabajar en favor del tumor en lugar de suprimirlo.
En este estudio, los investigadores liderados por Massagué han comprobado que la hormona TGFB producida dentro del tumor original de mama promueve la diseminación de las células tumorales hacia los pulmones y las habilita para invadir tejido. En el tumor primario, TGFB estimula que las células cancerosas produzcan Angiopoietina L-4, otra citoquina.
Los resultados del estudio demuestran que cuando las células tumorales pasan a la sangre y se alojan en los capilares del pulmón, utilizan Angiopoietina para romper los capilares e invadir el tejido pulmonar.
El científico Joan Massagué, en un escrito, señaló que el estudio demuestra que esta hormona “realza la capacidad de metástasis de los tumores de mama en humanos y revela cómo las células tumorales aprenden a sacar provecho de las citoquinas, que acaban trabajando para asegurar la propagación del cáncer de mama”.
SEMÁFORO EN ROJO
En rueda de prensa, el investigador Roger Gomis, del IRB Barcelona, ejemplificó el proceso como si las células se comportaran como ante un semáforo en rojo: “Primero, no respetan la señal, y luego, la utilizan en su propio beneficio” para desarrollar la metástasis. Por su parte, Cristina Nadal, del Clínic, remarcó que el problema es cuando “se pervierte” la función reparadora de la hormona y facilita las metástasis.
El Clínic e IRB Barcelona aportaron y analizaron, respectivamente, varias muestras vivas de enfermos con un estado avanzado de cáncer, que permitieron confirmar predicciones realizadas a partir de centenares de muestras de tumor congeladas. En total, analizaron unas 384 muestras de tumor.
Los siguientes pasos de los investigadores están destinados a determinar si TGFB y Angiopoitina también están activas en otros tipos de tumores, y buscar la manera de interferir en la acción de estas moléculas para prevenir y tratar las metástasis en pacientes de cáncer. Como las citoquinas actúan fuera de las células son candidatas excelentes para diseñar fármacos que bloqueen su actividad.
Los nuevos descubrimientos incrementan la evidencia de que las metástasis se producen por el mal funcionamiento de múltiples factores a la vez. Los investigadores están identificando los principales factores de metástasis a fin de tener el número más alto posible de dianas terapéuticas por dónde atacar. Algunas compañías farmacéuticas ya disponen de compuestos en fase clínica que bloquean la acción de TGFB como fármacos candidatos contra cáncer de mama, melanomas y otros tipos de cáncer.
Nadal añadió que la investigación se dirigirá ahora hacia ver si el cáncer de mama cuando se dirige a otros órganos sigue el mismo procedimiento de 'perversión' de esta hormona. Los investigadores trabajan en este campo y el conocimiento de perfiles de expresión génica que pueden mostrar dónde un tumor realizará metástasis.
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