Cumbre española sobre la Enfermedad de Parkinson
Cerca de cincuenta médicos residentes de neurología de toda España acaban de asistir al Curso Práctico sobre la Enfermedad de Parkinson promovido por Novartis. El curso, dirigido e impartido por tres especialistas en neurología, ha constado de información teórica y casos prácticos destinados a profundizar los conocimientos relativos a la enfermedad, a subrayar la importancia del diagnóstico correcto en las fases iniciales de la enfermedad, y a la instauración de una terapia eficaz que necesitan más de cuatro millones de personas en el mundo.
El Curso Práctico sobre la Enfermedad de Parkinson se ha estructurado en dos bloques. Durante el primer día de trabajo, el tema central del curso fue la etiopatogenia de la enfermedad, así como el diagnóstico y valoración de los principales síntomas. Gurutz Linazaroso, neurólogo en el Centro Hospitalario Policlínico de San Sebastián y uno de los directores del curso, afirma que esta primera jornada “pretende ser un ABC de la enfermedad para adjuntos jóvenes y médicos residentes de neurología”. Y añade: “Con estas ponencias pretendemos que cuando los doctores estén frente a un paciente, sepan diagnosticar, identificar y tratar la enfermedad de Parkinson y no confundirla con otras enfermedades que pueden presentar síntomas muy similares”.
El segundo día del curso se centró en el tratamiento de la enfermedad en su fase inicial y en la avanzada. A este respecto, Rosario Luquin, neuróloga de la Clínica Universitaria de Navarra y una de las organizadoras del curso, comenta que “en estos momentos existe un importante debate sobre el cuándo y el cómo ha de tratarse la enfermedad en su fase inicial. Hace algunos años se pensaba que el tratamiento debía empezarse una vez avanzada la enfermedad, sin embargo, desde hace unos años se ha demostrado que es más favorable para el paciente comenzar el tratamiento cuanto antes.
El segundo punto a debate en estos momentos radica en el tipo de tratamiento que debe indicarse en estas etapas tempranas de la enfermedad, si ha de ser con levodopa o bien con agonistas dopaminérgicos. En este sentido, un estudio británico reciente ha demostrado que es indiferente con cuál de los dos se comience a tratar la enfermedad, ya que a la larga en unos 10 años de tratamiento los pacientes se encontrarán en el mismo punto de incapacidad por la presencia de síntomas que no se deben a una déficit dopaminérgico. Lo más importante es tratar la enfermedad cuanto antes“.
Ambos bloques informativos se complementaron con clases prácticas ofrecidas por los tres neurólogos organizadores del curso, por lo que los participantes pudieron disfrutar de una sesión dinámica enfocada a conseguir el máximo rendimiento de su participación en las jornadas. En estas clases prácticas se presentaron casos clínicos de pacientes reales y se comentó el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los mismos mediante un sistema de preguntas y respuestas interactivo que permitió la participación simultánea de todos los
asistentes.
Actualmente, la enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurológica en todo el mundo y afecta a más de cuatro millones de personas. En España, se estima que puede haber entre 75.000 y 85000 afectados. Pedro García-Ruiz, neurólogo en la Fundación Jiménez Díaz y también director y ponente del curso, comenta que: “La enfermedad de Parkinson es mucho más que la entidad sencilla y concreta descrita por los clásicos. En solo dos décadas, se ha hecho evidente que esta enfermedad, además de los síntomas motores clásicos (bradicinesia o temblor) incluye molestias de muy diversa índole.
Hoy se acepta que la enfermedad de Parkinson se caracteriza por síntomas no motores, y con el paso del tiempo, los síntomas no motores son los mayores responsables de la merma en la calidad de vida del paciente con Parkinson. Los síntomas no motores incluyen elementos tan diversos como el deterioro cognitivo, el dolor, las alteraciones del sueño, los síntomas autonómicos y la fatiga. Con frecuencia los síntomas no motores anteceden en años (y veces en décadas) a los motores. Por desgracia, en el momento actual, el tratamiento para estas manifestaciones es poco eficaz. El reto de la próxima década incluye encontrar fármacos para un control sintomático de los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson“.
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