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El arte congelado de Bettina Geisselmann

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El Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco acogerá, del 28 de febrero al 13 de abril, la exposición Emplazamientos/desplazamientos de Bettina Geisselmann. Esta colección de la fotógrafa alemana viene precedida por el éxito cosechado en la última edición de PhotoEspaña 2007, el Festival Internacional de la Fotografía y las Artes Visuales celebrado en Madrid.

La exposición Emplazamientos/desplazamientos, que llega a Dinastía Vivanco gracias a la colaboración de la Galería Carmen de la Guerra de Madrid, consta de un total de 14 obras, divididas en tres series diferentes.

La primera, titulada Bottled comprende nueve impresiones fotográficas sobre vidrio blindado y metacrilato. Cada una de las imágenes interpreta el contenido congelado de una botella de vino con la disgregación del color como protagonista.

En la serie Memoria detenida, las protagonistas son tres noticias de prensa literalmente congeladas. Los medios de comunicación han sido para la artista una constante fuente de inspiración en toda su obra. Por ello, estas 'noticias congeladas' suponen un conjunto de percepciones, formas y colores que tienen a la actualidad, en todas sus manifestaciones, como protagonista absoluta. Una forma, para la artista, de jugar con el concepto de “tiempo detenido”.

Esta obra gráfica se completa con la instalación llamada Certeza innecesaria que consta de un aro suspendido de 2,5 metros de diámetro, que rodea al visitante. La muestra se completa con la vídeo-creación 'Recorrido de Verano'.

PASIÓN

Todas estas obras suponen un juego entre forma y contenido, entre placer y medida. Como señala Jesús Gironés, el arte de Geisselman es un arte “surgido de la pasión, del juego de los contrarios, de la ambigüedad”. Para el crítico de arte, “como edificios del alma, la ciudad de Bettina Geisselmann habla de nosotros. Ella ha sabido elaborar una metáfora de la vida y el deseo, de la contradicción que incluso imperceptiblemente nos va moldeando. Esa sombra, ese frío: belleza”.

Según Juan Antonio Molina, crítico de arte cubano, en la obra de Bettina Geisselmann, “la fotografía no porta, ni siquiera duplica, el lugar fotografiado; simplemente lo sustituye -lo desplaza- por otro lugar, hasta el momento inédito”. Para este especialista en fotografía, el arte de esta fotógrafa posee una cierta carga de violencia: “Tal vez esa violencia derive de la intromisión de una realidad temporal en la idealidad espacial. Porque al final eso provoca que sus instalaciones, vídeos y fotografías contengan el germen de la duplicidad, de la fugacidad o del desvanecimiento”.

La apuesta del Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco por acoger esta muestra fotográfica en su Sala de Exposiciones Temporales supone un paso más en su interés por contribuir a la divulgación de la cultura en todas sus expresiones artísticas.

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