El barco va a la deriva
El desvío de la nave es más que evidente. Los empates en Cuenca y en Benidorm avisaban de que había algo que perturba al entorno del Ciudad de Logroño, su futuro más inmediato. Dos indicaciones que se habían acusado en la pista, pero que parecían subsanables después de la inesperada derrota de León en Huesca que volvía a ilusionar a todos por la pelea por el subcampeonato. Nada más lejos de la realidad. Acudía Puente Genil con los colmillos afilados al Palacio en busca de agudizar la crisis de los franjivinos.
Quino Soler lo había mencionado antes del encuentro, es decir, que los riojanos sabían de las aviesas intenciones de los cordobeses para tratar de ponerle remedio. Poco se hizo al respecto. Una pena que el barco vaya a la deriva, que la ausencia de un patrocinador principal para los próximos meses están haciendo tanto daño dentro del 40 por 20. Entendible que la inseguridad provoque nerviosismo y dudas, pero nunca en la pista. La profesionalidad está por encima. Cuando llegue el final de temporada que pase lo que tenga que pasar, pero mientras tanto hay un público al que responder, que no tiene culpa, que acude apoyar a los jugadores y que espera recibir algo a cambio de su aplauso. Y estas siete jornadas, más la Copa del Rey, pueden ser muy duras si no se cambia el chip.
El 28-30 y las hasta tres exclusiones encadenadas en los últimos siete minutos determinan que este Naturhouse se muestra impotente, que es incapaz de desplegar su juego, que ha perdido las señas de identidad, que no sabe qué hacer sobre la cancha, que se desconecta. El bloque, una de las características diferenciales del Naturhouse, se ha diluido. No hay un sistema y si lo hay dista mucho del propuesto en los últimos meses e incluso en las pasadas temporadas. Responsabilidades para todos. No es momento de esconderse. Ahí está el capitán Aginagalde, que en redes sociales no tardó en hablar: “Pido perdón por mi parte de responsabilidad ante la situación que vivimos a todo el que siente por el Naturhouse, momentos muy duros”.
Lo extraño del caso es que el cuadro franjivino se repuso del 1-4 de entrada para ir creciendo con el paso de los minutos, afianzarse con el marcador favorable, pese al 12-11 momentáneo, y alcanzar el descanso con una ventaja, 16-13, más que sólida para pensar en una victoria que metiera presión a León. Sin embargo, llegó el momento de acomodarse, de relajarse, de comprobar cómo el rival, un aseado Puente Genil, consciente de que si apretaba podía poner nerviosos a los locales, iba acercándose. Tanto que en el ecuador de la segunda mitad, el 23-22 era ya más que un serio aviso.
El 24 iguales a 13 minutos de la conclusión tras un gol de Vázquez, autor de 8 tantos, determinaba que había partido. Y el 25-26, obra de Doménech, antes de entrar en los diez minutos finales, indicaban que el panorama no pintaba bien para un conjunto crispado -como se apreciaría después-, más pendiente de buscar culpables ajenos que de mirarse al ombligo y apechugar con su parte de culpa. Pese a ello, un robo de Rocas y una contra de Ángel Fernández -una vez más los extremos fueron los más destacados con 16 goles entre ambos- dejaba el 28-27 con algo más de cinco minutos por jugarse.
Pero un parcial de 0-3, con dos exclusiones de por medio, la tercera de Molina y una de Ángel Fernández, además de dos paradas de Oliva a sendos tiros de Vigo y Garciandia, resultaron letales para que el Puente Genil desquiciara por completo a un Naturhouse desconocido, superado por el presente y maniatado por su enigmático futuro. El subcampeonato se aleja definitivamente. Quizá sea liberalizador por quitar una presión más. Lo que preocupa, al menos, en las próximas semanas es recuperar a un grupo tocado que debe replantearse muchas cosas. Que hubiera un homenaje inicial a Garabaya y a Aginagalde por su trayectoria fue un presagio de que el pasado pesa mucho.
FICHA TÉCNICA
Naturhouse La Rioja: Kappelin (p), Rocas (7,3p), Vigo (1), Garabaya, Langaro (4), Ángel Fernández (9,1p) y Garciandia (2), siete inicial, Aguinagalde (p), Sánchez Migallón, Peciña (1), Montoro (1), Molina (2), Javi García (1), Sanad y Kukic.
Ángel Ximénez Puente Genil: De Hita (p), Cuenca, Muñoz, Revin, Rudovic (10), Vázquez (8,1p) y Doménech (5), siete inicial, Oliva (p), Castro (1), Moya (2), Josic (1p), Melgar (1), Moreira, Porras (1), Mekaru y Díaz (1).
Parciales cada 5 minutos: 1-4, 5-6, 8-7, 11-10, 15-12, 16-13 (descanso), 18-15, 20-19, 23-22, 25-26, 28-27 y 28-30 (final).
Árbitros: Iniesta Castillo y Martín Soria. Eliminado por tres exclusiones al local Molina (mins. 42, 53 y 57). Excluyeron a los locales Garcíandia (min. 7) y Ángel Fernández (min. 59); y a Doménech (mins. 8 y 26), Revin (min. 25), Díaz (min. 33) y Porras (min. 43).
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