El Calahorra no sale de su particular crisis

3 de noviembre de 2019 07:27 h

9 goles en contra en 360 minutos. 3 de los últimos 12 puntos en juego. El Calahorra atraviesa por una crisis de identidad, resultados y solidez defensiva. Parecía que la visita del Alavés B (un punto lejos de Ibaia hasta este domingo) podía ser el rival adecuado para recuperar las buenas sensaciones del arranque liguero. Sin embargo, el filial blanquiazul se llevó un punto, 1-1, y puso en jaque a un cuadro rojillo al que le costó mucho acercarse sobre Gonzi. Por suerte, los de Miguel Sola -realizó dos modificaciones en el descanso buscando más frescura en el ataque y algo de fluidez en el juego- tuvo capacidad para equilibrar el marcador, gracias a un penalti transformado por Jorge Fernández, una vez que el equipo entrenado por Iñaki Alonso saliera dispuesto a amargar a los riojabajeños.

Lo lograron porque Valero avisó, después Paulino hizo el 0-1 tras un gran pase filtrado por Valero y Elejalde estuvo cerca de encarrilar el duelo de no haber mediado una gran mano de Zabal. En apenas veinte minutos, el Calahorra estaba siendo superado por el arrojo de un filial que buscaba por dentro para descargar por fuera. Los riojanos no andaban finos, parecían descentrados. Menos mal que vino una falta lateral que terminó con centro de Cristian y empujón de Primi sobre Chaco. Jorge Fernández no fallaba y se esperaba una reacción local.

El tanto debía estimular a los locales. Cuando menos frenaron las embestidas de los visitantes, ahora algo más espesos que en el inicio. Eso no quita que el Calahorra estuviera lúcido en la parcela ofensiva, al contrario. El único recurso era buscar el perfil diestro donde Yasin estaba por delante de Márquez -en Zubieta fue al revés-. Pero no había remates ni ocasiones con los que inquietar a Gonzi. El intermedio servía para aclarar ideas y para que el preparador navarro pusiera en liza a Goñi y Carralero por Arana y Kamal.

La idea era ser más incisivos, pero no había conexión ni ritmo necesario para desarbolar el orden de un Alavés B que transmitía peligro cuando robaba y disfrutaba de espacios. El problema era que el Calahorra quería, pero no podía. La oportunidad más clara para desnivelar la contienda vino pasada la hora de partido cuando Yasin la puso desde la derecha y Chaco remataba en el primer palo mandando la pelota por encima del travesaño. O una acción posterior en la que se pidió penalti por un tiro de Goñi que impactó en la mano pegada al cuerpo de Primi. Demasiado poco para un conjunto local que acusó la particular crisis vivida en el último mes (3 empates, incluido el de este domingo, y una derrota).

Zabal y Gonzi no tenían trabajo. Salvo una jugada puntual, un error garrafal o una acción individual no se intuía que ninguno de los dos contendientes pudiera marcar en La Planilla. Por si fuera poco, en el tramo final los rojillos tuvieron que sufrir ante el empuje ejercido por los alaveses mediante varias faltas laterales que impedían al Calahorra encontrar el ritmo necesario para merecer la victoria. Al menos, no hubo despistes en ese tipo de lances. Sin embargo, de cara al derbi regional ante el Haro del próximo sábado en El Mazo es evidente que el bloque rojillo necesita mejorar sus prestaciones.