El Calahorra se abona a ganar en el tiempo añadido

23 de marzo de 2019 07:18 h

Respira. El Calahorra se abona al minuto 93. Ya lo hizo ante el Izarra con un gol de Carralero para dar un triunfo balsámico ante un rival directo para eludir el descenso. Y dos semanas después, es Goñi, con un remate a la media vuelta, el que solventó la papeleta en Tabira, justo cuando unos instantes antes el colista Cultural de Durango había logrado el empate en una falta lateral pegado al banderín de córner donde Ekain se anticipó al despeje de Zabal.

Pese al mazazo que podía suponer irse de tierras duranguesas con sólo un punto, el bloque rojillo tuvo la pizca de fortuna para ganar quizá cuando menos lo merecía. No en vano, el cuadro local tuvo la opción de incluso remontar el partido. Ekain, tras una internada de Pradera, controló y con todo a favor remató muy mal con todo a favor. Era el minuto 91 y podía haber condenado a los riojabajeños que en el tramo final del encuentro habían claudicado ante el empuje de una Cultural de Durango que venía enrachada con dos victorias seguida.

Sola, de partida, tuvo que modificar sus planes ya que en el calentamiento Cristian dejaba su sitio a Javi Barrio. Primer contratiempo. No afectó en una primera parte espesa, en la que los dos equipos querían la pelota, pero en la que ninguno fue mejor que su adversario. Por oportunidades, hasta hubo tablas. Ubis gozó de la mejor ocasión para los visitantes, pero su intento de vaselina no fue fructífera ante Errasti. En el bando blanquiazul, Ekain, que metió la más complicada, pudo adelantar a los suyos en la última jugada del primer período. Sin embargo, su tiro cruzado, dentro del área, se marchó lamiendo el poste. Respiró el Calahorra aliviado para arrancar en la segunda mitad con un planteamiento diferente.

Los de Sola ya no pugnaron por el control del juego. Dejaron hacer a una Cultural de Durango que quiso dar un paso adelante. No sufría Zabal, más allá de alguna acción a balón parado, porque con espacios los rojillos podían hacer daños. Así fue como Carralero se encontró con el larguero en un centrochut. Por el perfil diestro del extremo andaluz llegaría el tanto de Obeng. Yasin peleó por una pelota en la que Galarza tenía ganado el cuerpo. Pero el navarro pugnó hasta llevársela y asistir a Obeng, que aprovechó el error de un defensa por no despejar, para controlar y batir a Errasti antes de la hora de partido.

La Cultural de Durango estaba tocada, aunque sólo duró unos minutos. Con Pradera el campo el conjunto local demostró más empaque en sus acciones ofensivas, aunque para suerte de los riojabajeños, no terminaban de culminar sus centros y cuando lo hacían los remates no eran adecuados. Con el paso de los minutos, el ímpetu de los anfitriones era mayor. El Calahorra intentaba sentenciar a la contra, pero carecía de oportunidades. En la estrategia buscaría el equipo vasco hacer peligro, aunque no intimidaba.

A excepción de una falta lateral. Todo comenzó porque Yasin se relajó. Le ganaron la tostada y tuvo que cometer la infracción. Ekain peinó, lo justo, para que Zabal se quedara con el molde. Empate y vida para una Cultural de Durango que se podía ir con el premio por su empuje e intenciones. Los calagurritanos parecían irse del duelo porque a renglón seguido, ya en el minuto 91, Pradera se metía en el área y dejaba atrás para que Ekain golpeara de manera defectuosa con el portero alfareño ya batido. Se marchó fuera. Otra vez a respirar profundamente.

Pero iba a llegar el minuto 93. Falta lateral, rechace largo para los rojillos, nuevo centro al área, balón que se queda en la frontal y Goñi, casi de espaldas engancha una volea que sorprende a Errasti, algo adelantado, por arriba. Ver para creer. Segundo choque, como aconteció en Merkatondoa, donde el Calahorra se lleva 3 puntos de oro para estar más cerca del objetivo de la permanencia.