El comportamiento de los niños, a debate: “Tenemos bares, no guarderías”

El comportamiento de los niños, a debate: "Tenemos bares, no guarderías"

Rioja2

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La noticia de que restaurante italiano decidió aplicar un descuento a unos clientes por el buen comportamiento de sus hijos ha causado revuelo en las redes sociales. Lo cierto es que el debate siempre ha estado en la calle e incluso ya hay hoteles y establecimientos en los que los más pequeños tienen prohibida la entrada. A un lado, clientes que se quejan de niños excesivamente revoltosos. Al otro, padres que creen que no es para tanto y que protestan ante las miradas de recelo de los clientes “excesivamente susceptibles”. ¿Y los hosteleros? ¿Cómo se vive esto al otro lado de la barra?

Francisco Martínez-Bergés, presidente de la Asociación Hostelería Riojana, integrada en la FER, habla claro para Rioja2: “tenemos paciencia y somos tolerantes con los niños, pero tenemos un bar, no una guardería ni una zona de juegos”. Y es que en los últimos años ha observado cómo este fenómeno crece. “Hay niños que, mientras estén entretenidos, pueden hacer lo que quieran: correr, saltar en las sillas...los clientes van a una cafetería a charlar y tomar algo y no tienen por qué aguantar determinados comportamientos...¿o es que esos niños en sus casas se suben a las sillas?”

Martínez-Bergés lo achaca a un problema de educación, o más bien, mala educación. “Cada día pasa más, antes los padres frenaban esos comportamientos y ahora, en cambio, se molestan y te tachan de raro cuando se lo dices”.

Una posible solución es contar con zonas infantiles. Cada vez son más los locales que piensan en un público familiar y cuentan con áreas y juegos para los más pequeños, aunque no siempre es posible. “Cuando tienes espacio suficiente, lo puede hacer, pero no en una cafetería pequeña”, explica.

Los hosteleros reconocen que no todos los niños se comportan así y se muestran comprensivos ante comportamientos normales en un menor, como el llanto de un bebé. “Yo les doy chocolatinas o un caramelo a los niños que se portan bien”, subraya. Eso sí, no está dispuesto a dar un paso más y aplicar descuentos como ya ha hecho el restaurante italiano. “No vamos a incentivar lo que debería ser un comportamiento normal, e incluso obligatorio”.

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