El efecto nostalgia en la televisión: ¿Qué garantiza el éxito de la vuelta de los grandes programas?
La coordinadora del Grado en Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Lucia Tello, ha apuntado que “la relación que tiene la gente con la televisión es mucho más emocional y personal de lo que se piensa”.
En una entrevista a Europa Press, esta docente del Máster en Creación de Guiones Audiovisuales y del Máster en Comunicación e Identidad Corporativa ha analizado tanto la vuelta de grandes éxitos televisivos como el poder de atracción de los presentadores.
En un momento en el que grandes éxitos televisivos del pasado como 'Grand Prix' han regresado este 2023 a la pequeña pantalla ha explicado cómo “el efecto nostalgia afecta todos aquellos que ya han vivido algo y les ha gustado”.
En este sentido, “les reconforta algo que les es familiar bajo el prisma de que antes todo era mejor y la vida era mucho más fácil”. Un efecto que se une al “interés que les suscita a las nuevas generaciones que ha oído” el relato de cómo fue.
Sin embargo, “esto no es garantía de éxito porque el contexto es distinto y la población ha cambiado; ha habido cambios sociales, de forma de pensar, y eso impide que pueda tener éxito en un determinado momento”.
Por tanto, “la coyuntura es lo que garantiza que pueda tener éxito” y, en este sentido, “los canales tienen estudios de mercado, sondeos sobre la demanda del público”.
“Garantizado no está el éxito jamás, pero hay aspectos que están relacionados con él, sobre todo la idoneidad, el hecho de que algo llegue en un momento en el que cubre una expectativa o una necesidad y que, de pronto, encuentra un nicho de audiencia”, ha relatado.
EL PRESENTADOR: ESA CARA FAMILIAR
Tello ha subrayado el poder que tiene el presentador, la cara visible de un programa, dentro de lo que se conoce como 'el efecto de mera exposición'.
“Si tú ves a menudo una cara y te resulta confortable, estás más habituado a ver a ese presentador; la familiaridad ya, en sí misma, hace que siempre apuestes por él”, ha relatado.
La familiaridad, el ver a alguien todos los días, es lo que se conoce también como 'el principio de habituación'. “Los presentadores, si tienen el cariño del público, arrastran audiencia; arrastran con él toda la credibilidad que ha ido atesorando”, ha aseverado.
De este modo, “si se coge a un presentador de un canal a otro en un momento en el que tiene el cariño del público no es arriesgado; aunque sí lo es apostar por un formato en el que no es habitual verle”.
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