El PP propone un programa piloto de acompañamiento social y laboral de familias vulnerables
El Grupo Municipal Popular ha presentado una moción para su defensa en el Pleno de este jueves del Ayuntamiento de Logroño en la que reclama “que se implante un Programa piloto de acompañamiento social y laboral de las familias en situación de vulnerabilidad, identificadas por los servicios sociales, con la colaboración de entidades sociales del Tercer Sector y FER mediante los instrumentos que las partes decidan”.
La edil popular Celia Sanz ha presentado en rueda de prensa esta iniciativa, que recalca que “la pandemia ha dado lugar a que crezcan exponencialmente los usuarios de las ayudas de emergencia y, en definitiva, los datos muestran la incapacidad económica de un amplio porcentaje de familias para afrontar una crisis de la envergadura de la COVID-19 ya que muchos hogares que vivían en una situación normalizada y, que en muchos casos cuentan con hijos, se van a ver golpeados por esta situación de precariedad, van a encontrarse en una situación grave y la única salida van a ser los servicios sociales para cubrir necesidades básicas como son los alimentos”.
“Los datos son reveladores y todas las entidades sociales han visto cómo desde marzo han aumentado entre un 40% y un 50% las ayudas. Así Cocina Económica confirma que reparte más de 200 raciones de comida al día y Cáritas ha atendido, en el 2020, a unas 685 familias más que en un año normal en busca de alimento o de ayuda para pagar el alquiler y, por el Centro de Reparto de Alimentos, han pasado ya 1.550 familias, cuando en todo 2019 fueron 900”, detalla el texto de la moción.
Y añade que “las ayudas para el pago del alquiler de la vivienda, desde marzo hasta mediados de septiembre, ascendieron a 141.000 euros, cuando lo normal son 100.000 para todo el año. El Fondo de Solidaridad de Cáritas -que funciona desde el 2008- ha visto duplicado el número de familias atendidas en el 2020 y si en 2019 fueron un total de 66 familias, en 2020 han sido 123. Por su parte Cruz Roja también ha visto como crecían los usuarios de sus ayudas y ha variado el perfil que acude a la entidad”.
En este sentido, para Sanz “es evidente que la pandemia ha llevado a los servicios sociales a atender, junto con los usuarios más habituales -básicamente por sus bajos ingresos- 'un nuevo perfil' de personas consideradas normalizadas, que han visto cómo su economía familiar se veía directamente afectada por el confinamiento, los ERTES laborales y la tardanza en recibir ayudas económicas impulsadas por el Gobierno central. Personas que, como consecuencia de todo ello, necesitaban ayudas para el pago de alquileres, suministros básicos, transporte, productos alimenticios y de primera necesidad, siendo principalmente trabajadores con empleos precarios de sectores afectados por las restricciones, como la hostelería y el comercio y quienes sobrevivían en la economía sumergida”.
Ante este reto social, el PP entiende que “es necesario intervenir de manera rápida, con anticipación, para evitar que esas situaciones de vulnerabilidad económica, basada en la economía precaria de muchas familias, no les lleven a una codificación de su situación”.
“Es necesario atender esa emergencia social y, para ello, hay que actuar con carácter preventivo y no solo proporcionar la ayuda económica puntual que sea precisa -como actualmente está sucediendo con el Ingreso Mínimo Vital- porque de lo contrario, muchas de esas ayudas asistenciales harán que se produzca un efecto contrario al que se pretende, ligado a la búsqueda activa de empleo y la dotación de una acompañamiento social y formativo laboral que procure la inclusión social”, ha detallado.
Por ello, los populares proponen “arbitrar e implantar un programa piloto, junto con entidades sociales del Tercer Sector con experiencia y una larga implantación en nuestra ciudad y, en coordinación con la FER, basado en una colaboración entre los servicios sociales de base -que son los primeros en detectar y atender en esas situaciones de precariedad económica- con el fin de identificar, hacer un seguimiento y potenciar el proceso de intervención de varias unidades familiares con más dificultades y en situación de vulnerabilidad. La dinámica se basaría en hacer itinerarios personalizados e individualizados con el objetivo de alcanzar la autonomía y un nivel de empleabilidad suficiente”.
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