El profesor de la UR Carlos Villar Flor relata su calvario en Florida con el Irma
Una de las millones de personas que han padecido estos días las consecuencias del huracán Irma ha sido el escritor y profesor de la Universidad de La Rioja Carlos Villar Flor. Se encontraba en Miami para dar las últimas pinceladas al libro que está escribiendo cuando las noticias empezaron a llegar.
Tal como cuenta en su blog personal, al principio se lo tomó un poco a la ligera, pensando que la alarma era fruto del tremendismo propio de los norteamericanos. “Una cadena se dedicó exclusivamente a seguir su evolución minuto a minuto. El consejo generalizado, en ocasiones mandato, de las autoridades ha sido la evacuación, lo que ha provocado un éxodo masivo de millones de floridianos que han optado por quitarse de en medio. A los que nos hemos quedado nos han urgido a tomar medidas extremas de precaución y almacenamiento de agua y víveres”, relata.
Recuerda como todo parecía una película “en las que tanto los que se quedan como los que huyen acaban pereciendo frente el avance devastador de la amenaza (salvo que seas el prota, o incluso ni siquiera). A veces el miedo te hace ver más de lo que hay, pero tampoco conoces el alcance real del peligro, por lo que no sabes si la aprensión es sabia o exagerada. Este ambiguo consejero, el miedo, señala la existencia de peligro, pero no puedes dejarte dominar por él o te paralizará”.
Para el escritor, lo más parecido a esa sensación de tensa espera es “la antesala de una operación hospitalaria”. Finalmente, cuando el huracán llega, Villar Flor describe “palmeras azotadas, árboles caídos y mucha, muchísima agua”. Relata además cómo sintió un cierto alivio cuando el huracán comenzó a desviarse de la zona en la que se resguardaba, al tiempo que un sentimiento ambiguo no le dejaba estar tranquilo al pensar que otros iban a padecerlo.
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