Es posible llegar a tiempo
La Cardiología ha sabido transmitir a la sociedad la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular, así como la prevención del infarto de miocardio, sin embargo no ocurre lo mismo con la muerte súbita, una de las principales causas de muerte en la sociedad occidental y en España, donde mueren anualmente entre 40.000 y 50.000 personas (de los cuales casi 800 pueden estar provocados directa o indirectamente por el deporte).
Los deportistas profesionales o de alta prestación conforman una de las poblaciones más sensibles de padecer muerte súbita, puesto que “la práctica de deporte muy intensa y durante un tiempo prolongado puede provocar problemas cardiacos”, apunta Carlos Pons, miembro de la Junta Directiva de la Federación Española de Medicina del Deporte y vicepresidente del Comité Científico del Congreso Mundial de Medicina del Deporte, que se celebra estos días en Barcelona y que acoge la Mesa Redonda Muerte Súbita en el Deportista, gracias a la colaboración de Boehringer Ingelheim.
La práctica de ejercicio que combate el sedentarismo es beneficiosa para el organismo y como consecuencia previene la aparición de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, la práctica de deportes de alta prestación (remo, ciclismo, maratón, ski de fondo…) “puede ser un factor de riesgo que influye en la aparición de arritmias, como la fibrilación auricular, el tipo de arritmia más frecuente”, señala Josep Brugada, director del Instituto de Tórax del Hospital Clínico de Barcelona.
Durante la práctica de ejercicio continuado, las aurículas derecha e izquierda se dilatan, algo que a la larga puede provocar arritmias importantes.
Asimismo, a nivel ventricular se puede provocar hipertrofia en el ventrículo izquierdo o una hipertrofia cardiaca, que “constituyen importante marcadores de riesgo de enfermedad coronaria”, apunta el Dr. Pons.
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