España estrena su presidencia en Bruselas
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se estrena hoy en Bruselas como próximo presidente de turno de la Unión Europea junto a los primeros ministros de los países que asumirán tras España el liderazgo comunitario, Bélgica y Hungría.
Antes de que comience el Consejo Europeo que reunirá a los jefes de Estado o gobierno de la Unión Europea, Rodríguez Zapatero, acompañado del belga Herman Van Rompuy y el húngaro Gordon Bajnai, presentará las líneas maestras que guiarán a la política comunitaria durante el próximo año y medio.
Sin embargo, esta nueva etapa de los 27 se presenta rodeada por la polémica que ha generado la visita del ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, a Cuba. La Comisión Europea ha manifestado que las relaciones de la Unión Europea con Cuba es algo que deciden “conjuntamente” todos los Estados miembros, en clara referencia a las declaraciones de Moratinos en las que expresaba la intención de España de modificar la Posición Común ante La Habana aprovechando la presidencia española de la Unión Europea.
El Ejecutivo comunitario considera que el lanzamiento de un diálogo político y la reanudación de la cooperación al desarrollo con el régimen cubano “podría, eventualmente, crear las condiciones políticas para un marco contractual que enmarcara las relaciones entre la Unión Europea y Cuba”, ha explicado el portavoz comunitario de Cooperación, John Clancy, en declaraciones a la agencia Europa Press. Sin embargo, Clancy ha recalcado que cualquier decisión debe ser fruto del trabajo conjunto entre los Estados miembros.
El portavoz europeo ha insistido en que la posibilidad de avanzar en las relaciones con Cuba, tal y como quiere España, es algo sobre lo que tendrá que “trabajar conjuntamente con todos los Estados miembros” durante su presidencia de turno.
La Posición Común, que fue promovida por el entonces presidente del gobierno José María Aznar, condiciona los avances en las relaciones entre ambas partes a la consolidación de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Cuba. Cualquier cambio en esta política, que se revisa cada año en el mes de junio, ha de ser aprobado por unanimidad por los Estados miembros.
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